Básicamente, sin agua no hay vida. El agua es un elemento esencial para todos los organismos vivos. El ciclo del agua es fundamental para regular las condiciones ambientales, como la temperatura, debido a que posee una capacidad calorífica muy alta.
Asimismo, el agua modifica la morfología, estructura y composición de los ecosistemas a través de la erosión , transporte y acumulación de sedimentos y contribuye a la estabilidad de los mismos; es necesaria para la producción de alimentos y la generación de energía, así como para la limpieza, la higiene, la salud y las economías locales y nacionales.
Pese a ser una problemática creciente y presente en años anteriores, la Conagua, tendrá en términos reales una reducción presupuestal de 13 % este año.
El acceso al agua potable y al saneamiento es un derecho al que todos y todas deberíamos acceder, pero en la realidad lamentablemente esto no sucede. Una de cada cuatro personas no posee agua potable y casi la mitad de la población no accede a servicios seguros de saneamiento.
Desde hace tres años, el país ha atravesado por sequías que han impactado en el nivel de las presas. La Subdirección General Técnica de Conagua informó que las 210 principales presas en México, con capacidad para almacenar el 92 % del agua de los embalses del país, están al 50 % de su capacidad.
México enfrenta una crítica situación hídrica marcada por la sequía y con las presas operando a la mitad de su capacidad. La escasez de precipitaciones y la sobreexplotación de recursos hídricos ponen en riesgo la seguridad del suministro de agua para millones de habitantes.
Las presas que se mantienen en números rojos están ubicadas mayormente en el centro y norte del país. En lo que respecta al almacenamiento del Sistema Cutzamala, vital para el centro del país, su almacenamiento de agua útil está en 38.7 % del total de su capacidad.
Como sabemos, el agua, recurso más valioso de la tierra, es finito: el 97.5 % está en los océanos y sólo 2.5 % es apta para consumo humano. Del agua para consumo humano, 97 % es agua subterránea y 3 % es superficial. Sabemos que el agua de alguna forma se renueva mediante su ciclo; sin embargo, el ciclo hidrológico ha cambiado provocando sequías severas desde 2021 y al menos la cuarta parte de la población mundial está expuesta al estrés hídrico.
México es uno de los países expuestos a este fenómeno. Una sequía extrema está afectando al país desde principios de este año. En 2023, México padeció una de las olas de calor más severas, que afectó a 22 estados.
En ese momento, las presas del país apenas acumulaban 45.5 % de agua de lluvia, cantidad insuficiente para cubrir todas las necesidades de la población.
Ante este problema, revisemos las acciones que el Gobierno toma en materia de gestión del agua: en el país apenas se capta 1.9 % del agua pluvial. Casi la mitad del agua potable en la CDMX se desperdicia en fugas y la Comisión Nacional de Agua, que está a cargo de la infraestructura, tendrá reducción de presupuesto este año, así que habrá menos dinero para reparar fugas y mejorar el suministro de agua. 
Muchas regiones del país padecen escasez de agua, pero la situación de la CDMX y el Estado de México es particularmente crítica en este momento. De las tres presas que integran el sistema, la que tiene mejor nivel de almacenamiento es El Bosque con 58.7 %, muy cerca de su máximo histórico de 61.0 %.
La presa con los niveles más bajos de almacenamiento es la presa de Valle de Bravo, cuyo máximo histórico de almacenamiento llegó a 85.1 % y actualmente sólo reporta 32.5 %.
Mientras más de la mitad del país enfrenta sequías, la Conagua tendrá menos presupuesto en 2024. Debido a que la reducción en la disponibilidad de agua ha sido constante, se advierte que será peor en 2030. Pese a ser una problemática creciente y presente en años anteriores, la Conagua, tendrá en términos reales una reducción presupuestal de 13 % este año.
El organismo pasará de 71 mil 772 millones de pesos aprobados en 2023 a 62 mil 674 autorizados para 2024, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación. Por si fuera poco, y ante la falta de preocupación del Gobierno, la infraestructura es obsoleta.
El IMCO explica en un informe que otro problema que contribuye a la crisis del agua es la obsolescencia de presas, tuberías y alcantarillado, pues presentan deficiencias en detrimento de una correcta gestión del agua:
"Garantizar, mediante el Presupuesto de Egresos de la Federación, que cada año aprueba el Congreso de la Unión, recursos suficientes para que la Conagua pueda invertir en tecnología y recursos humanos".
La toma de decisiones en el sector hídrico se encuentra fragmentada entre actores públicos de los tres niveles de Gobierno y privados con diferentes intereses y responsabilidades, lo que conlleva a la preocupación de que la falta de este vital líquido sea solo de la gente que lo padece y que no tiene los recursos necesarios para pagar el uso de pipas a sabiendas que el acceso al agua, es un derecho y que no se tiene que pagar más de lo que ya pagamos en nuestros impuestos.
En vez de escuchar proyectos sin futuro que solo son productos de una imaginación a la que no se le ve pies ni cabeza y que desafortunadamente es la que nos gobierna, debemos ser partícipes de proyectos importantes que solucionen problemas reales como el que actualmente estamos padeciendo millones de habitantes que conformamos este país.
¡Sin duda alguna, debemos organizarnos y alzar la voz! ¡Queremos agua!
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