El problema de la falta de agua para consumo y actividades humanas, es un problema que afecta de manera grave a miles de familias de varios estados del norte del país, entre ellos, San Luis Potosí, Tamaulipas y Nuevo León. El gobierno de la 4T, como en muchas otras cuestiones, hace oídos sordos ante este delicado problema que lleva meses ocupando los espacios de los medios de comunicación como un problema de primer orden.
Por su parte los gobernadores de distintos matices partidarios, no se ve que quieran entrarle con decisión y medidas concretas a este problema actual que afecta a sus gobernados, particularmente a las capas populares de la población. Veamos.
Llama la atención la nota del periódico El Pulso en su edición del 2 de julio del 2022: “Agua de San Luis…para pagar a los Estados Inodos (EE. UU.” “Además de Nuevo León, Tamaulipas también ambiciona las aguas de la Huasteca Potosina. El gobernador electo de ese estado, el morenista, Américo Villarreal Anaya, dijo a la televisión tamaulipeca que buscará un acuerdo con el gobernador Ricardo Gallardo Cardona para lograr un acuerdo en este sentido y así garantizar el pago de la deuda de agua que México mantiene con Estados Unidos desde 1944”.
Lo anterior nos dice que el morenista Américo Villarreal está más preocupado, antes de asumir el poder, por cumplir con acuerdos pactados con el poderoso país vecino del norte en relación “cuotas” de agua que se le adeudan, que ver qué medidas y acciones de fondo va hacer para que se resuelva el problema de escasez de agua para las familias humildes en el estado que pronto gobernará. “La escasez de agua en Nuevo León ya golpeó a municipios del norte y centro de Tamaulipas e incluso ciudades americanas que hay al sur de Texas en la que sus comercios limitan la venta del vital líquido por persona” (Boletín de Agua.org.mx, del 5 de julio del 2022)
Y no es casual esta postura de Américo Villarreal, ya que, AMLO marcó bien la línea a seguir en relación con de qué lado ponerse en estos casos, si del lado de los mexicanos que claman por agua o de cumplir a rajatabla las cuotas de agua que se le deben entregar a EE. UU., recordemos lo que se vio en la llamada “guerra del agua” del 2020 conflicto por el control de la presa La Boquilla, conflicto en la que se abandonó a los agricultores chihuahuenses a los que se les mandó la Guardia Nacional. Resultado del conflicto: murió una mujer y hubo detención de 4 personas.
¿Y en relación con los otros estados? Ya hablamos en otra colaboración anterior que la mayor parte de las presas del estado de San Luis se encuentran en sus niveles críticos de su nivel de almacenaje, y otras, como el caso de la presa El Realito ha tenido innumerables fallas en los ductos de conducción producto de negligencias y corrupción en su supervisión cuando fue realizada la obra: “Luego de 43 días de que se registró la última falla en el ducto El Realito personal de la dirección y mantenimiento de INTERAPAS se percató, la mañana de este viernes 7 de enero, que los tanques de Almacenamiento Hostal y Termal dejaron de recibir agua proveniente de esta presa” (El Pulso, 1 de julio del 2022)
En el caso de Nuevo León, la situación es más crítica: “Monterrey, Nuevo León, tiene un grave problema de agua porque sus dos presas ya están en su límite, lo que se suma a un crecimiento demográfico no planeado, explica el especialista José Arturo Gleason Espindola, profesor e investigador del departamento de técnicas de construcción del CUAAD, de la Universidad de Guadalajara” (Informador.mx, 25 de junio de 2022).
Debemos decir que el problema del agua en los tres estados, y que afecta principalmente a la gente de las colonias humildes, tiene un común denominador: la falta de sensibilidad de las autoridades respectivas, que no tienen el menor interés de resolver dicho problema, y que más bien están preocupados en cumplir con viejos y anacrónicos convenios con Estados Unidos, siendo que los centros urbanos, como el caso de Monterrey y otras ciudades del norte del país, han crecido enormemente y con ello, como es natural, la demanda de más y más agua, lo cual se agrava en época de sequía.
¿Y el gobierno federal de la 4T no tiene vela en el entierro en el problema del agua? Sí la tiene, porque es quien puede destinar importantes recursos para obras de infraestructura hidráulica, y hacer cambios (como modificar y hasta echar abajo el del pacto con EE. UU. de 1944 sobre el agua) que salvaguarden los recursos naturales, hídricos en este caso, de la nación. Pero como siempre AMLO no oye ni escucha el clamor de la población; prefiere “navegar de muertito”. El pueblo humilde del norte del país clama por que se atienda este problema de falta de agua, ¿y sus gobernantes? Estos solo piensan en sus intereses económicos y políticos particulares. Así, con estos malos gobiernos, el problema de escasez de agua, no tendrá una solución ni siquiera a largo plazo.
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