La primera parte se publicó aproximadamente hace un año, pero pareciera que las cosas no han cambiado con respecto a las continuas inundaciones en diversas zonas de Tabasco. Cuando se anuncian fuertes lluvias, las familias en automático empiezan a hacer maletas, procediendo a guardar en bolsas de plástico los documentos más importantes y pidiendo de favor a algunos familiares que les apoyen a transportar los muebles más valiosos, o los que más usan en el hogar a otros sitios donde puedan resguardarlos de los problemas que causa el agua encharcada dentro de su propia casa.
Precisamente hace unos días que cayó una fuerte lluvia, en un solo día se inundaron varias avenidas aledañas a la laguna que se encuentra en la colonia Gaviotas, al grado de volverse intransitable. Por lo que nuevamente escuché las inconformidades de varios vecinos quejándose del problema de las inundaciones constantes y preguntándose ¿quién podría ayudarlos?; al momento les contesté, ¡hay que pedir apoyo al Gobierno, o al Ayuntamiento! Como respuesta observé la cara de mis vecinos con muecas de desaprobación, de tristeza, de impotencia.
Uno de ellos expresó: “llevo más de 40 años viviendo aquí en Gaviotas y nunca, ningún gobierno le ha encontrado una solución al problema de las constantes inundaciones que sufrimos, cuando mucho, nos visitan para tomarse la foto con nosotros y si bien nos va, nos regalan una despensa y prometen que volverán con nuevos apoyos. Esa es la costumbre de los políticos tabasqueños, ya los conocemos, así proceden siempre”.
Pero ¿qué pasa en Tabasco? ¿Por qué continuamente sufre inundaciones? ¿Cuándo iniciará el Gobierno un programa hídrico, serio, que pueda por lo menos resolver una parte del problema constante que sufren los tabasqueños? Hagamos un poquito de historia para comprender el impacto económico y social de este problema. Iniciaremos con el dato de que Tabasco es una llanura formada por los ríos desbordados y las lluvias, la deforestación, la mala planeación urbana y desde luego la corrupción (que no ha terminado), aunado a que no existe por parte del Gobierno actual un programa hídrico que permita medio resolver el constante problema de inundaciones que sufren los tabasqueños, son las causas de una problemática que parece no tener fin.
Tabasco cuenta con 24 mil kilómetros cuadrados de extensión y por su territorio corre entre el 28 y el 35 por ciento del agua superficial del país. Debido a que es la desembocadura del Grijalva y el Usumacinta, enormes ríos que nacen en las montañas de Guatemala y atraviesan Chiapas. El 60 por ciento del territorio está en un nivel inferior a 20 metros sobre el nivel del mar. La altura promedio de 11 de 17 municipios está por debajo de los 20 metros sobre el nivel del mar: Cárdenas, Comalcalco, Cunduacán, Frontera, Huimanguillo, Jalpa, Jonuta, Macuspana, Nacajuca, Paraíso y Villahermosa. Siendo terrenos planos, son muy susceptibles de inundarse, pero cuando hay exceso de agua en los ríos, el sobrante se extiende hacia los lados del cauce.
Cuando se habla de inundaciones, el Gobierno se enfoca principalmente en Villahermosa, cuyos 833 mil 907 habitantes concentran el 35 por ciento de las dos millones 300 mil personas que pueblan el estado, esto de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Desde la gran inundación de 2007, los gobiernos declararon que habían gastado miles de millones de pesos en obras, desde compuertas, drenes, desvíos, bordos, pero los resultados son sumamente cuestionables porque el resultado son nuevas inundaciones. En ese año, el 62 por ciento del territorio tabasqueño se inundó, quedando damnificada el 75 por ciento de la población, con más de 33 mil millones de pesos en daños.
“En diversos informes de la propia Secretaría de Gobierno se indica que aproximadamente cada 5 años se inunda el territorio y desde Roberto Madrazo hasta los gobernadores actuales todos culpan a las presas del Grijalva, pero hay que tomar en cuenta que la primera presa, la de malpaso, se terminó en 1969, aclarando que anteriormente ya había inundaciones que se repetían regularmente cada 5 años. Son 28 eventos de inundaciones severas que desde 1868 ha sufrido Tabasco en los últimos 152 años, contando hasta el 2020”. Lo anterior fue presentado por investigadores del Nube de Monte.com Historias de biodiversidad y cambio climático en las cuencas Grijalva-Usumacinta.
Por los antecedentes que se presentan, la problemática de las inundaciones en Tabasco tal parece que continuará; hasta el día de hoy persisten problemas de drenajes mal hechos, de vasos reguladores que no han recibido ni siquiera el tratamiento adecuado para su mantenimiento, volviéndose un foco de infecciones para los vecinos, incluso sistemas de agua potable que están contaminados por drenajes al aire libre y desde luego bordos o drenes pluviales inservibles, entre otros muchos males. ¿Quién aborda el problema para darle solución? En este momento no se escucha nada, que no sea la labor política de posicionar a la mejor corcholata para el próximo 2024. Esa es la principal preocupación del gobierno ante la apatía de la población, que se sigue conformando con al menos una despensa, cada que hay inundación.
Por lo anterior, hago un llamado a las más altas autoridades del país, al Andrés Manuel López Obrador (tabasqueño, por cierto), para que se realice un plan hídrico que permita por fin a los tabasqueños vivir tranquilamente, sin tener que estar año con año con la preocupación de una nueva inundación, hay que hacer realidad la frase “primero los pobres”. Realizar las obras que sean necesarias para salvaguardar la vida de los tabasqueños.
Por otra parte, les digo a mis compatriotas tabasqueños, aprovechando la fiebre electoral de las corcholatas presidenciables, que no olvidemos solicitar a los elegidos, las obras hídricas necesarias para evitar las eternas inundaciones que se sufren en toda la región. Una despensa te dura dos o tres días, las obras hídricas te salvan por muchos años.
En el Movimiento Antorchista de Tabasco te invitamos a organizarte y luchar por lo que verdaderamente necesitamos los tabasqueños, obras hídricas que nos salven de próximas inundaciones. Aquí tienes una mano amiga.
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