Muy chusco el espectáculo del 15 de septiembre, al presidente la parafernalia se le da muy bien, solo un detalle, el “Viva México” no encaja en medio de un ambiente tan fúnebre como el que atraviesa el país.
Hace apenas unos días atrás el periodista Francisco Rivas publicaba en El Universal que sólo en los 34 meses que lleva la actual administración federal se ha llegado a la lamentable cifra de 100 mil homicidios dolosos, cuando en la campaña del 2018, el Movimiento de Regeneración Nacional acogió el lema de “Juntos Haremos Historia”, nunca nos imaginamos que esa historia por escribir fuera tan dolorosa y lamentable, hoy el sexenio de López Obrador es el más violento de la historia de nuestro país.
Los números son espeluznantes, de terror, desgarradores, pero no son ni de cerca una traducción fiel a todo el sufrimiento que estos asesinatos han significado para miles de familias, aún pese a eso, la indiferencia y soberbia del gobierno federal parece infinita, lo que los analistas han calificado como una entrega total del país al crimen organizado ha contribuido sin duda alguna a la creciente ola de muertes en el país.
Cito nuevamente al periodista Rivas al referirse a los resultados contra la violencia de este sexenio comparado con gestiones anteriores, “si comparamos los homicidios de la administración de López contra los homicidios dolosos de Peña y Calderón en sus primeros 34 meses, este delito creció un 65 y un 150% más, respectivamente”; es decir, la paz y los abrazos del tabasqueño que prometió tranquilidad desde el primer día de su gobierno nos ha costado más vidas que lo que la narrativa oficial ha llamado “la guerra contra el narcotráfico” de Calderón. El llamado de atención al que el presidente ha convocado a las abuelitas de los delincuentes ha resultado menos eficaz que lo que según los funcionarios que hoy despachan en Palacio Nacional, fue la ineptitud del mismísimo Peña Nieto.
100 mil muertes a manos de la delincuencia son apenas un esbozo del innegable debacle de la auto proclamada transformación de la vida pública, ellos se han calificado como un movimiento de transformación pacífica, pero qué cara nos está saliendo esa paz. Hoy 78.6% de los pobladores del país se sienten inseguros en el lugar donde viven según cifras del Inegi, no han sido solo las muertes, ha sido también el desgaste, el dolor y el peso que ha recaído en miles de mexicanos.
Al día que se redacta este artículo, el 16 de septiembre de 2021, la pandemia del coronavirus ha arrancado la vida de ya 269 mil 912 mexicanos (esto, cabe destacar es solo en las cifras oficiales, pues estimaciones más realistas apuntan a que las muertes podrían ser fácilmente más del doble de fallecimiento, digamos en números cerrados, medio millón de víctimas mortales), en medio de la tercera ola de contagios, y en medio del suicida regreso a clases convocado por el gobierno obradorista cabe destacar una cosa muy importante, no olvidemos que el mismísimo sub secretario de salud, Hugo López-Gatell, aseguraba que ya llegar a la cantidad de 60 mil muertes era caer en un escenario trágico, pues hoy estamos a punto de superar por cinco veces ese catastrófico escenario, cinco veces ha estallado la bomba en las manos de este pésimo operador. Sin embargo, qué barato le ha salido el desastre de salud a Gatell, quien hace tres meses anunciaba el final de sus conferencias vespertinas y después regresó solo para anuncia mil muertes al día, y sobre todo, para negarle vacunas a los niños bajo argumentos falaces y más allá de insustentables, inhumanos.
Solamente usando estas dos tragedias podemos ilustrar el sombrío terreno desde el cual la 4T hoy se para y se ostenta para lanzar un grito cínico a los mexicanos. La 4T hoy se atreve a festejar con un grito siniestro la conjura del ¡Viva México!, pero se olvida de que para que un país viva, su gente debe vivir, cosa de la que el actual régimen no se ha ocupado ni preocupado,
Podríamos seguir extendiendo el panorama de muerte al que hoy nos ha arrojado la 4T, podríamos recordar que miles de niños siguen sin medicinas contra el cáncer, miles de niños hoy siguen sin vacuna y con el riesgo de infectarse a ellos y a sus familias en las escuelas, en este momento miles de pacientes y familias viven en la incertidumbre de ser atendidos por un sistema de salud que no está ni tantito cerca a asemejarse al de los países nórdicos, podríamos seguir y seguir, pero aquí el caso es, ¿se puede ser tan cínico para gritar “Viva México” con tantas muertes sobre la espalda? Se pudo, se vio en el zócalo, queda cobrar factura y no olvidar. No olvidar.
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