A estas alturas de la vida, nadie puede dudar ni poner en juicio sobre la importancia de tener una educación de calidad desde la etapa inicial del ser humano. El gobierno federal entregó el martes su Proyecto de Presupuesto de Egresos para el 2022 y para los rubros de Ciencia y Tecnología, también llamado Ramo 38, se plantea una asignación de 102,720.8 millones de pesos, superior en 4.47% a los 98 millones destinados en el presupuesto del 2020. Según la OCDE, se debe destinar cuando menos el 8% del PIB nacional de cada país, para poder lograr una educación de calidad. En nuestro país, para el 2022 se destinará un raquítico 3.14 % de la riqueza nacional, el más bajo registrado en los últimos cuatro años, no es ni la mitad de lo que se sugiere gastar en educación.
¿Y cuál es la consecuencia de este poco presupuesto a la educación? Pues significa que desaparecerán más programas que contribuían a la mejora educativa, como: las Escuelas de Tiempo Completo, el programa para la atención de la diversidad de la educación indígena, programa de atención educativa de la población escolar migrante, entre otros programas, este recorte se ha venido haciendo desde hace tres años, justo a partir del inicio del gobierno de la “Cuarta Transformación”.
Este ínfimo presupuesto a la educación, aprobado por los diputados de morena, no ofrece un nuevo diseño acorde a las necesidades de los estudiantes, es escaso para financiar formación continua de los docentes e inexistente para recuperar a quienes han abandonado a las escuelas.
México vive la exclusión y la inequidad más severas desde que comenzó el sistema educativo nacional, por la pandemia, pero el PEF como quedó aprobado para 2022 no propone medidas para remontar el desajuste emocional, recuperar el ritmo y propósito grupal, superar la pérdida de aprendizaje y revertir el riesgo de abandono, es un fracaso para los niños y jóvenes estudiantes.
Maximino Aldama (2012), describe que en México existen dos factores por los cuales está estancada la ciencia. El primer factor es la falta de inversión tanto por parte del Gobierno como del sector privado; el segundo factor es porque se carece de una cultura o educación científica.
Es por eso que, debemos seguir denunciando el mal manejo de la riqueza que producimos todos los mexicanos por parte del actual gobierno encabezado por López Obrador, la riqueza se debe de repartir de manera equitativa acorde a las necesidades de cada mexicano y que los beneficios lleguen hasta el último rincón de nuestro país, que no se inviertan en obras faraónicas que el presidente quiere hacer ver que son prioridad para el pueblo como: el Tren Maya, el Aeropuerto de Santa Lucía, la refinería Dos Bocas etc.
Los mexicanos debemos de concientizarnos, politizarnos, para lograr un gobierno emanado del pueblo y que la riqueza generada por los mexicanos se vea reflejada en mejores condiciones de vida de cada uno de los mexicanos, empezando por una educación de calidad y que todos los objetos que utilizamos en tecnología y trabajo sirven para realizar un trabajo o ayudan a resolver problemas a planificar el trabajo, a ejecutarlo; y, finalmente, a evaluar el propio trabajo y el de los demás. La tecnología ayuda a identificar necesidades, a buscar ideas, siendo la clave para el desarrollo de un país, ya que esto impacta directamente en el crecimiento del PIB y aumenta la productividad, lo que se traduce en una mejora en la calidad de vida de la población, de ahí la importancia de aumentar la inversión anual al 1% como porcentaje del PIB.
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