La noticia que circula profusamente estos días en los medios de comunicación me dejó muy sorprendida, porque da muestra de la incapacidad, de las ocurrencias y el grado de irresponsabilidad con las que el gobierno de la ciudad dirigido por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, toma decisiones, quien presume tener grado de estudios de doctora. Tal vez está mal llamarle solo ocurrencia al hecho de que el gobierno de la ciudad puso en riesgo la vida de aproximadamente 200 mil capitalinos utilizados, sin avisarles, sin el permiso consciente de cada uno de ellos, y sin empacho ni remordimiento alguno, experimentar la eficacia de un medicamento como si fueran ratones de laboratorio.
Desde diciembre de 2020 repartió a enfermos de coronavirus kits con ivermectina, a pesar de saber que sobre este medicamento organismos internacionales de salud, a los pocos meses de haber iniciado la pandemia de covid-19 alertaran sobre su dudosa eficacia, y su grado de toxicidad en el ser humano. A pesar de los avisos, en enero de 2021, la Secretaria de Salud de esta ciudad Oliva López Arellano aseguró que la ivermectina reducía la reproducción del virus. Siete meses después, el 31 de julio de 2021, la misma Oliva López ratificó que “la ivermectina es un medicamento seguro y eficaz en casos leves de covid-19 según ella, de acuerdo con la última valoración de los Institutos de Salud de Estados Unidos”, aunque la misma alta funcionaria no tenía la certeza de que éste fuera un medicamento confiable, y esto no le importó, y con el permiso de Claudia Sheinbaum, continuó repartiendo los kits que contenían el medicamento. ¿Qué pretendían?
A estos enfermos de covid-19 nunca se les notificó que estaban siendo sujetos de un proceso experimental para probar la eficacia de la ivermectina, y fueron expuestos a este experimento en el que participaron el director de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) del gobierno de Sheinbaum, José Peña Merino, Jefe y promotor del experimento, la mencionada Olivia López, y otros funcionarios locales, que tuvieron el cinismo de presumir su experimento a través de un artículo que llevó por nombre “La ivermectina y las probabilidades de hospitalizaciones por Covid-19; evidencia de un análisis cuasi-experimental basado en una intervención pública en la Ciudad de México”, que fue publicado en la página de divulgación científica SocArXiv de la Universidad de Maryland, Estados Unidos
Las alarmas se encendieron cuando el pasado viernes 4 de febrero, el director de SocArXiv, Philip N. Cohen, retiró el artículo de esa plataforma, al considerarlo, según sus propias palabras “de muy mala calidad o deliberadamente falso o engañoso”, pero el daño ya estaba hecho. Al enterarse de esto, Saúl Caballero, ex colaborador en este experimento sobre el uso de la ivermentina para pacientes con covid que realizó el gobierno de Sheinbaum expresó a través de sus redes sociales: “como coautor de este artículo, yo sí me retracto de sus resultados y las consecuencias de éste, pido una disculpa por los posibles daños y aplaudo la decisión de SocArXiv de retirar el artículo científicamente falso”.
La ivermectina es un fármaco que forma parte de los medicamentos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para tratar algunos parásitos intestinales y de la piel, como los piojos y la sarna, y la propia OMS , máxima autoridad sanitaria a nivel mundial, y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), alertaron desde junio de 2020 sobre el uso de este medicamento: “La revisión concluyó que los estudios sobre ivermectina tenían un alto sesgo, muy poca certeza de evidencia …”. Hasta el propio Hugo López Gatell, titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, desde el 2 de septiembre de 2020 dijo que no debían utilizarse la ivermectina para atender el virus, por considerarla altamente tóxica.
La Administración de alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en ingles), reportó múltiples informes de pacientes que fueron hospitalizados por automedicarse con ivermectina, según la FDA una sobredosis de este medicamento puede causar reacciones adversas, entre ellas, la muerte. Esto es para que la piel se erice, hasta dónde pueden llegar los gobernantes ineptos e inhumanos como los de la Ciudad de México.
Recordemos el infame experimento de Tuskegee, que fue un estudio clínico llevado a cabo entre 1932 y 1972 en la ciudad estadounidense de Tuskegee, Alabama, por el servicio de Salud Pública a 400 aparceros negros, en su mayoría analfabetos, que fueron estudiados para observar la progresión natural de la sífilis (enfermedad crónica, dolorosa y con fallo multiorgánico), cómo la enfermedad se diseminaba y acababa provocando la muerte. Y también, como los enfermos de covid medicados con ivermectina en la Ciudad de México, en este experimento no dieron su consentimiento informado y no fueron informados de su resultado.
Es muy grave lo que ocurrió en la ciudad, pues no tenemos certeza de cuánta gente pudo haber muerto o murió por este experimento y cuantas más habrían podido salvarse si se les hubiese suministrado el medicamento adecuado contra el covid-19. Estamos hablando de un crimen de lesa humanidad cometido por Claudia Sheinbaum y sus secuaces, que debería ser castigado. Esto demuestra una vez más que este gobierno de improvisados antepone sus ocurrencias a los resultados científicos, desgraciadamente por esa y muchas otras “ocurrencias” hoy tenemos 53 mil 345 muertos por covid-19 en la Ciudad de México, según los datos oficiales, que por cierto distan mucho de la verdadera realidad que arroja más de 80 mil muertos por covid solo en esta ciudad capital.
Y la cuenta sigue sumando. Conclusión lógica: la estela de muerte que ha cubierto a la República Mexicana entera en los más de tres años del gobierno de López Obrador (solo en el tema de salud los 310 mil muertos por un pésimo tratamiento de la pandemia de covid-19) y que con seguridad continuará, se corresponde como dos gotas de agua al catastrófico gobierno actual en la ciudad capital del país.
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