MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Para entender la teoría del valor de Marx: importancia, utilidad y alcances (I/II)

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La teoría del valor es uno de los pilares de la economía marxista. Sin embargo, esta teoría también puede ser complicada de entender. Por eso, en dos breves artículos presentaré algunas de las principales ideas y conceptos que Marx utiliza para elaborar su teoría del valor. El objetivo de estos artículos es facilitar la comprensión de esta teoría, por lo que intentaré emplear un lenguaje sencillo y claro, aunque sin abandonar los conceptos clave usados por Marx. En esta primera entrega solo hablaré de la importancia, utilidad y alcances de dicha teoría.

I. Importancia de la teoría del valor

El Capital es la gran obra de Marx, su opus magnum[1]. El objetivo de esta obra es explicar, de manera clara y rigurosa, el funcionamiento esencial del modo capitalista de producción. Lo que Marx quería era desentrañar la lógica interna del sistema y las tendencias de su desarrollo. Pero no solo eso. El capital también buscaba denunciar que, en el corazón mismo del capitalismo se encuentra una forma particular de explotación, la del trabajo asalariado. Es precisamente esta explotación la que, de la mano con el funcionamiento del modo de producción, da origen a la desigualdad y pobreza modernas. Así, el análisis de la explotación está en el centro de la crítica de la economía política de Marx, y la teoría del valor está en la base del análisis de esta explotación. Por eso, si queremos comprender bien la economía de Marx, es necesario comprender la teoría del valor.

II. Para qué sirve la teoría del valor

La teoría del valor cubre al menos tres funciones principales[2]: en primer lugar, nos sirve para comprender, de manera lógico-dialéctica, el origen histórico y social de los mercados y el dinero. Es importante notar que la teoría del valor no es una historia de los mercados. Con esta teoría, Marx no nos cuenta cómo fue, de manera concreta, que las distintas sociedades, a lo largo de cientos de años, fueron creando mercados, primero recurriendo al trueque y finalmente inventando el dinero. Lo que sí hace Marx es explicarnos cuál fue la lógica de dicho desarrollo. Ambas cosas son importantes: la historia y la lógica. Sin embargo, con la segunda podemos comprender de mejor manera cuál es el fundamento social de los mercados y el dinero. Con esta lógica, Marx nos explica cómo ambas cosas están ancladas a las prácticas de subsistencia de las personas, al trabajo. Por eso, aunque los mercados parecen ser relaciones entre cosas, en realidad son relaciones entre personas[3].

En segundo lugar, la teoría del valor de Marx nos permite visualizar y comprender, con toda claridad, que las sociedades no siempre tuvieron mercados ni dinero. El mercado no es eterno, sino un producto del desarrollo histórico. En ese sentido, podemos decir que los mercados han tenido un origen y un desarrollo, y también podemos decir que es perfectamente posible su superación. Pero ¿qué son los mercados? Los mercados son un mecanismo de asignación de productos para el consumo; son útiles porque permiten que las personas intercambien sus productos, facilitando que las mercancías lleguen a manos de los consumidores. Sin embargo, los mercados no son el único mecanismo de asignación posible.

Históricamente, los mercados surgieron para permitir la asignación de bienes producidos de manera privada. En este sentido, los mercados permiten conectar a mucha gente para que intercambien las cosas que producen de manera individual. Por eso, conforme las sociedades se van conectando cada vez más, conforme se va volviendo más fácil saber lo que la gente necesita consumir y en la medida en que se va volviendo mucho más eficiente la producción, se va haciendo posible que surjan otras formas de asignación distintas al mercado, formas planificadas y democráticas de asignación de los recursos. Esto es algo que, en nuestros días, es cada vez más factible, por el desarrollo de las tecnologías de la información, la automatización de la producción y la distribución más eficiente de las mercancías. Por supuesto, esto es algo que Marx no pudo ver en su tiempo. Sin embargo, es algo que sabía que podía ocurrir. Y lo sabía no porque fuera adivino, sino porque entendía que los mercados tenían un origen histórico, y sabía que ese origen histórico tenía sus causas en la necesidad de asignar bienes producidos de manera privada en sociedades bastante atomizadas. De manera que, cuando estas condiciones fueran superadas, los mercados dejarían de ser necesarios y podrían ser sustituidos por otro tipo de mecanismos de asignación[4].

Pero quizá la función más importante de la teoría del valor de Marx es la tercera: que nos permite encontrar el origen social de la explotación asalariada. Recordemos aquí que cuando hablamos de explotación estamos hablando de apropiación de trabajo ajeno. Alguien es explotado cuando los productos de su trabajo le son parcial o totalmente arrebatados por alguien más. La explotación asalariada también es apropiación de trabajo ajeno. Sin embargo, aquí la explotación ocurre de una forma muy particular: mediante la libre contratación y el pago de un salario. En el capitalismo, por primera vez en la historia, el trabajo está sujeto al mercado. Pero, como en el mercado todos los intercambios parecen justos y todas las relaciones parecen relaciones entre cosas, resulta sumamente difícil encontrar el origen de la explotación. Sin embargo, la teoría del valor nos permite encontrar el fundamento social de los mercados, que no son relaciones entre cosas, sino relaciones entre personas. El valor no es un misterio puramente subjetivo, sino que tiene su origen en el trabajo. La explotación del trabajo asalariado esconde el secreto de la desigualdad moderna, el enriquecimiento de unos cuantos y el empobrecimiento de las mayorías.

III. Las relaciones de producción y el valor

La teoría del valor de Marx es una teoría sobre el origen y fundamento social de los mercados[5]. En principio, esta teoría aplica para cualquier economía mercantil. Pero a Marx no le interesa cualquier economía, le interesa una en particular, la economía de mercado por excelencia, el modo capitalista de producción. Es importante enfatizar esto porque la teoría del valor de Marx está orientada a encontrar no solo el fundamento social de los mercados, sino el de la explotación asalariada, y este tipo de explotación solo ocurre en el capitalismo. En otras palabras, la teoría del valor de Marx, tal cual aparece en El capital, está aplicada a un modo de producción particular. Pero ¿en qué consiste este modo de producción? Marx tomaba muchas precauciones metodológicas y una de ellas consistía en delimitar con toda precisión su objeto de estudio. Veamos esto con más cuidado. De acuerdo con Marx, el modo de producción capitalista está delimitado por al menos tres relaciones sociales.

En primer lugar, está la propiedad privada de los medios de producción. Aquí, estamos ante una relación de exclusión porque, para que unos puedan ser propietarios es necesario que otros estén privados, excluidos, de la propiedad. Sin embargo, la propiedad privada es una institución antiquísima, previa al capitalismo. Por eso, aunque es una condición necesaria para el surgimiento de este último, no es una condición suficiente.

En segundo lugar, está el intercambio mercantil. Los mercados no son más que esto: relaciones de intercambio entre personas. Hay mercados ahí donde distintos propietarios privados se ponen en relación para realizar alguna transacción. Los mercados surgieron sobre la base de la propiedad privada y son también una de las condiciones necesarias para el surgimiento del capitalismo. Pero mercado no es sinónimo de capitalismo. Los mercados son anteriores. En este sentido, también son una condición necesaria, aunque insuficiente.

En tercer lugar, está la libertad jurídica. Cuando Marx habla de libertad jurídica se refiere a la ausencia de coacción directa en las relaciones económicas. En otras palabras, cuando hay libertad jurídica no hay esclavitud ni vasallaje, de manera que ninguna persona es propiedad de nadie ni está, en principio, obligada a trabajar para alguien dándole algún tipo de tributo. La libertad jurídica se refiere a una situación social donde las relaciones económicas se establecen bajo condiciones jurídicas de igualdad entre los individuos, y donde cada persona es formalmente “libre.” Sin embargo, Marx aclara que esta libertad es solo legal. No se trata de una libertad real porque, incluso cuando la esclavitud está prohibida y todos somos iguales ante la ley, en la realidad, esta libertad coexiste con la propiedad privada, de manera que las personas son “libres” para hacer lo que quieran, pero no tienen medios para subsistir, por lo que se ven en la necesidad de vender su fuerza de trabajo para sobrevivir.

Estas son las tres relaciones con las que Marx delimita el modo de producción capitalista, porque son estas las que permiten que surja algo que es exclusivo del capitalismo: el mercado de trabajo. Esto es muy importante notarlo. El mercado de trabajo solo surge ahí donde una economía está sustentada en la propiedad privada, el intercambio mercantil y la libertad jurídica. Es esto lo que permite que las personas sin propiedad, y con la “libertad” de no ser esclavos o vasallos, vayan al mercado a buscar un empleo asalariado, y es precisamente aquí donde se da la relación social que a Marx le interesa analizar: la de la explotación asalariada.

IV. Resumen

En este pequeño artículo vimos que la teoría del valor de Marx es muy importante porque es uno de los fundamentos centrales para entender la economía marxista. Vimos, además, que la teoría es útil, al menos, para tres cosas: (1) nos permite encontrar el origen social de los mercados y el dinero, (2) nos ayuda a comprender que estos mercados son mecanismos de asignación históricos, que tuvieron un origen, pero también pueden tener un final, y (3) nos permite encontrar el origen de la explotación a salariada. Finalmente, vimos que la teoría del valor puede aplicar en principio para cualquier economía mercantil, pero aplica en particular para el modo capitalista de producción, que está delimitado por al menos tres relaciones sociales: la propiedad privada, el intercambio mercantil y la libertad jurídica. Son estas tres relaciones las que permiten que surjan los mercados de trabajo donde se esconde la explotación del trabajo asalariado.

 

Referencias

Marx, K. (1974). Carta a Ludwig Kugelmann en Hannover (1868). En C. Marx y F. Engels: Obras Escogidas en Tres Tomos. Tomo II. Editorial Progreso.

Marx, K. (1975). El capital: Crítica de la Economía Política. Libro Primero: el proceso de producción del capital (P. Scaron (ed.); Vol. 3). Siglo XXI.

Marx, K. (1976a). El capital: Crítica de la Economía Política. Libro Segundo: el proceso de circulación del capital. Siglo XXI.

Marx, K. (1976b). El capital: Crítica de la Economía Política. Libro Tercero: El proceso global de producción capitalista. Siglo XXI.

Marx, K. (2008). Introducción general a la crítica de la economía política (1857). En J. Tula (Ed.), Contribución a la crítica de la economía política (9a ed., pp. 281–313). Siglo XXI.

Sweezy, P. (1945). Teoría del desarrollo capitalista. Fondo de Cultura Económica.

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