Este año que estrenamos será electoral: todos sabemos que de un momento a otro saldrán algunos personajes de la política a prometer lo que no van a cumplir y que todos tratarán de ganar simpatías con el electorado.
Durante las fiestas de fin de año, todos nos reunimos con nuestras familias a desear buenas vibras para el año entrante, y creo que todos sin excepción nos deseamos lo mejor. Sin embargo, la realidad dice otra cosa: aunque los deseos sean de buena fe, muy pocos se llegan a concretar.
En lo que va del año, la inflación que sufre el país ha afectado principalmente a las personas que menos tienen y cuyos salarios no han aumentado durante años. Los buenos deseos quedan de lado cuando la realidad nos toca la puerta.
Las cosas se recrudecen, sobre todo en las localidades rurales las cosas están cada vez más duras; las de difícil acceso, por ejemplo. En la sierra del municipio de Zaragoza, hay quienes aseguran que, para sacar a un enfermo de esas localidades, de Puerto del Aire o Cuauhtémoc, las distancias son tan largas que en ocasiones los enfermos llegan sin vida a la cabecera municipal.
Para cambiar la situación que padecen las familias del sur de Nuevo León, urge la organización popular. De esta manera se podrán enfrentar mejor los problemas que ya están presentes y los que vengan.
Aunado a esto la falta de medicamentos en los centros de salud, después de que desapareció el seguro popular, la falta de apoyo federal, estatal y municipal.
Los problemas en el sur del estado se están agudizando: la población rural sólo es el 5 % del estado y, aunado a esto, están alejados de la zona metropolitana e industrial, por lo que los empleos son pocos y bajo el salario; las mercancías aumentan, pero el salario no.
Para cambiar la situación que padecen las familias del sur de la entidad, urge la organización popular. De esta manera se podrán enfrentar mejor los problemas que ya están presentes y los que vengan, no sólo del sur de Nuevo León, sino de todo el país.
Es necesaria la presencia y la capacidad organizativa de un organismo capaz de entender lo que el pueblo quiere y cómo le puede hacer para quitarse las cadenas que ha tenido durante años y que han impedido su desarrollo y progreso.
La única organización capaz de realizar esta hazaña organizativa es el Movimiento Antorchista Nacional. Con su forma de educar, trabajar y organizar ha demostrado en los hechos que es la única que está al lado del pueblo más necesitado.
A mis poquísimos lectores los invito a organizarse en Antorcha: conózcanla de cerca y verán que sus objetivos son nobles y en beneficio para todos.
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