Toda la colonia Gaviotas sur y otras aledañas estaban sin energía y la gente asomándose a la calle con desesperación para ver qué estaba pasando; como si esperaran encontrarse de pura buena suerte con una camioneta con hombres vestidos de overol azul y cascos amarillos, armados de largas escaleras de aluminio y garrochas color naranja para arreglar inmediatamente el desperfecto que provocó la interrupción de electricidad a los hogares.
Pero por más que buscaban con la aún soñolienta mirada hacia todos lados, no veían a nadie que pudiera resolver el problema. Otros, teléfono en mano, marcaban desesperados al número de emergencia de la CFE, pero la respuesta en todos los casos era: “espere en la línea, los estamos atendiendo” y luego una musiquita que en vez de tranquilizar dan ganas de azotar el celular ante la falta de una rápida solución.
Cada vez son más las voces que aseguran que tenemos instalaciones obsoletas, transformadores sobrecargados, cableado muy antiguo y falta de mantenimiento a las instalaciones de la red eléctrica.
El problema no acabó ahí. Conforme avanzaba en el “pochimóvil”, me encontraba con más y más gente que regresaba de las escuelas con sus niños.
—¿Qué pasó, oiga; no le recibieron a su niño?
—Los están regresando a todos, mire usted; que porque no hay luz y así no van a poder trabajar. ¡Tanto calor que hace y sin aire ni ventiladores los salones son un infierno! Lo malo es que, ¿ahora yo qué voy a hacer? …Yo tengo que ir a trabajar…
Hablaba en voz alta mientras se alejaba sin esperar respuesta. No era momento para quedarse a platicar; ante este imprevisto que venía a alterar todo. Más allá, la dueña de la tiendita de la esquina se desahogaba con la vendedora de salbutes y empanadas.
—Acabo de comprar ayer todo lo de la semana y se me va a echar a perder si no arreglan la luz hoy mismo. ¡Todo se va a descongelar! Y lo demás, si no está en el refri, se va a echar a perder.
—¿Me dice usted a mí? ¡Toda la venta se me quedó! Si no hay clases, ¿dónde voy a ir a vender yo? Son pérdidas que tengo. ¿De dónde voy a sacar para volver a invertir mañana, yo que voy al día?
Seguramente las autoridades y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ni se imaginan o no les importa todo el daño que hacen al permitir que hayamos llegado a esta situación.
Pérdidas económicas de grandes empresas, pero también de gente que ante la falta de empleo y de mejores salarios, vive de pequeños y micro negocios y del comercio informal, y se abren paso día con día, batallando no sólo con las bajas ventas, sino con los constantes apagones que ya llevan varios meses que cayeron como una plaga en el estado y hasta la fecha no se ha podido resolver.
Todos recordamos el día en que la comunidad de Tamulté de las Sabanas, cansada de la indiferencia gubernamental y de la CFE, decidió bloquear la carretera Villahermosa-Frontera por más de cinco horas hasta lograr que iniciaran los trabajos de cambio de línea de abastecimiento del fluido eléctrico para mejorar el servicio.
También recordamos cuando diferentes fraccionamientos y vecinos de diferentes calles se organizaron para bloquear los accesos y presionar para que los funcionarios públicos voltearan a verlos y atendieran el llamado de la ciudadanía.
De eso ya pasaron más de dos meses y en aquel entonces le echaron la culpa a la ola de calor intenso que nos invadía, argumentando que la demanda había aumentado repentinamente, provocando que el sistema colapsara.
Con la llegada de las lluvias las altas temperaturas aminoraron, pero los apagones siguen estando a la orden del día. ¿Qué es lo que pasa entonces? ¿Por qué no se dice claramente cuál es el problema y se ataca de raíz?
Cada vez son más las voces que aseguran que tenemos instalaciones obsoletas, transformadores que están sobrecargados, cableado muy antiguo y falta de mantenimiento a las instalaciones de la red eléctrica; pero todo eso lo niegan categóricamente cada vez que se les cuestiona.
El pasado 15 de mayo, cuando el gobernador Carlos Merino rechazó tajantemente que la situación sea resultado de la falta de capacidad de producción. El problema es que a pesar de que dicen que todo está bien, el suministro de luz se sigue interrumpiendo una y otra vez sin que haya nadie capaz de ponerle remedio.
Creo que ya va siendo hora de que los tabasqueños nos planteemos seriamente cambiar la forma en que elegimos a nuestros gobernantes. Por lo general, votamos por aquel que promete más apoyos en efectivo, pero nunca nos detenemos a pensar si estamos eligiendo a alguien que conoce el estado, así como los problemas que lo aquejan; sobre todo, si sabe cómo resolverlos.
Otra cosa que debemos hacer, desde mi humilde opinión, es que nos decidamos a participar activamente, que nos involucremos en la vida política de nuestro estado y del país entero.
Si es cierto que el pueblo es sabio, entonces se le debe permitir que participe en política, que elija entre la gente de su confianza a los futuros jefes políticos; de lo contrario, seguiremos padeciendo los males que, teniendo una solución precisa, se prefiere minimizar sus efectos o de plano negar su existencia con pura palabrería que nada cambia.
Si seguimos así, lo que recibimos como apoyo monetario nos lo gastaremos al doble, tal y como está sucediendo aquí y ahora con los apagones, que con todas las pérdidas que provocan, al final la gente viene gastando más de lo que recibe.
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