Al grave problema de la falta de agua potable a nivel nacional se ha sumado en los últimos meses la falta de energía eléctrica, que se manifiesta en los continuos apagones en Querétaro y en la mayoría de los estados del país.
Estos son dos de los muchos problemas que ninguna autoridad quiere abordar, empezando por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el Gobierno de la “4T” representado todavía por Andrés Manuel López Obrador, los gobernadores y menos aún los presidentes municipales.
La presidenta virtual, que dice trabajar ya en el “2º piso de la transformación”, tampoco. No quieren abordar ambos temas complicados porque la falta de propuestas de solución empaña su imagen política, y no están dispuestos a exponerse antes de hacerse del bastón del poder.
Todos tratan de mantener a la ciudadanía con argumentos “justificativos” pero no sólidos ni creíbles de cómo resolver ambos problemas.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Eólica, los apagones han dejado al descubierto la necesidad de abrir la puerta al sector eléctrico para la generación de energías renovables complementando con otras tecnologías como se ha insistido, a pesar de la necedad de AMLO.
Mientras, los mexicanos están obligados a aguantar sus “tandeos” de agua, y no sólo por la escasez de este vital líquido en los manantiales derivado de la falta de lluvias, sino también por la falta de obras de infraestructura por parte de las autoridades encargadas, igual que sucede con el “tandeo” de la luz eléctrica.
El problema y las consecuencias no son inventadas y mucho menos exageradas. Desde hace meses, cada mexicano lo padece en su colonia, en su comercio o en su domicilio, provocando múltiples estragos, de acuerdo con los reportes proporcionados por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
A pesar de que se ocultó parte de la información por considerar que la situación implica riesgos para la seguridad nacional, los apagones se presentaron en más de 20 estados de la república como Hidalgo, San Luis Potosí, Puebla, Guanajuato, Sinaloa, Guerrero, Chiapas, Zacatecas, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo y Querétaro, entre otros.
Tan sólo en el estado de Querétaro, los apagones de los últimos días alcanzaron más de 537 colonias. En Querétaro capital, el reporte fue de 386 colonias, además de 90 asentamientos afectados en el municipio de Corregidora y 61 en El Marqués, afectando centros comerciales, hospitales y sobre todo viviendas, cuyos aparatos eléctricos como refrigeradores, televisores y estufas se averiaron definitivamente.
Y aunque según la CFE se dice una empresa productiva del Estado, propiedad exclusiva del Gobierno federal con personalidad jurídica y patrimonio propio, por lo que es su responsabilidad resolver el problema de los apagones a través de la inversión y modernización, es prioridad la generación de energía limpia y sustentable para todo el país y no continuar con la generación de energía mediante la utilización del carbón y combustóleos, método obsoleto muy criticado por la generación de alta contaminación.
De acuerdo con Héctor Treviño, director general de la Asociación Mexicana de Energía Eólica, los apagones han dejado al descubierto la necesidad de abrir la puerta al sector eléctrico para la generación de energías renovables complementando con otras tecnologías como se ha insistido, a pesar de la necedad del presidente López Obrador.
Actualmente existe una crisis energética en México por la falta de inversión en producción y distribución, como también lo ha expresado reiteradamente la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Aunque si bien es cierto que el problema es de competencia fundamentalmente de la CFE y del gobierno federal, los gobiernos de los estados, como el nuestro en Querétaro, también tienen su respectiva parte de responsabilidad, pues no pueden ser testigos mudos del desabasto y desmantelamiento del país, sobre todo cuando en el mes de septiembre de 2023 se solicitó la contratación de un crédito, avalado por la Legislatura local, por 3 mil 300 millones según se dio a conocer oficialmente ante los medios de comunicación, para la inversión en transmisión de energía.
¿Qué sentido tiene la búsqueda de inversión de capital extranjero en el estado si no se cuenta con la infraestructura necesaria para echar a funcionar las industrias con las que se produciría mayor inversión y generación de empleos?
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