Con gran despliegue mediático se reunieron en una Cumbre en Washington, del 9 al 11 de julio, los integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) al cumplirse 75 años de existencia de esa organización, formada después de la II Guerra Mundial supuestamente para la defensa de su territorio contra una agresión de la Unión Soviética por varios países europeos y americanos encabezados por Estados Unidos, pero en realidad protagonista de operaciones desestabilizadoras y agresiones mortales a diversos países de las que el principal operador, patrocinador y beneficiario en todos sentidos ha sido Estados Unidos.
En esta Cumbre, a la que asistieron 32 países, volvieron a lanzarse amenazas a la paz mundial, pero a pesar de mantener su habitual agresividad verbal y militar, la OTAN muestra crecientes e inocultables rasgos de decadencia. Y no me refiero solamente al patético espectáculo que protagonizó en sendos eventos relacionados con la Cumbre de la OTAN el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, primero al presentar en público al líder del régimen ucraniano, Volodymyr Zelensky, llamándolo “presidente Putin”, y después al confundir los apellidos de la vicepresidenta Kamala Harris y del expresidente Donald Trump: "No habría elegido a la vicepresidenta Trump para ser vicepresidenta si no creyera que está cualificada para ser presidenta", dijo este hombre al que poderosos intereses mantienen en la carrera presidencial estadounidense pese a su menguante vigor mental.
La Cumbre se centró en atizar la guerra mediática y armada contra Rusia y China. “La reunión del Consejo del Atlántico Norte formalizó el miércoles la asignación de 40,000 millones de euros en ayuda militar a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa. “No hacemos esto porque queramos prolongar una guerra, lo hacemos porque queremos poner fin a la guerra lo antes posible”, dijo Stoltenberg. A la ayuda financiera se sumó la intención de EEUU, Países Bajos y Dinamarca de proporcionar aviones de combate F-16 a Ucrania que estarán operativos este verano… La OTAN también pidió a China que cese su apoyo al esfuerzo bélico de Rusia contra Kiev, incluida su transferencia de materiales de doble uso, como componentes de armas, equipos y materias primas que ayudan al sector de defensa de Rusia… Stoltenberg respondió en la conferencia de prensa que la declaración del miércoles es “el mensaje más fuerte que los aliados de la OTAN hayan enviado jamás sobre las contribuciones de China a la guerra ilegal de Rusia contra Ucrania" (vozdeamerica.com, 11 de julio de 2024).
Para entender un poco más lo que ocurrido y el lenguaje usado en la famosa Cumbre 2024, veamos el razonamiento de los “padres fundadores” estadounidenses de la OTAN: El Estudio de Planificación Politica de Estados Unidos 23 (PPS/23) nos proporciona una vision de cual fue el objetivo de la creación de la OTAN, que se constituyo aproximadamente un año despues: “Nosotros poseemos alrededor del 50% de la riqueza mundial pero solo un 6.3 de su población [...] . En esta situacion, no podemos dejar de ser el objeto de envidia y resentimiento. Nuestra verdadera tarea en el periodo venidero es configurar un patron de relaciones que nos permita mantener esta posición de desigualdad sin menoscabo real de nuestra seguridad nacional. Para ello tendremos que prescindir de todo sentimentalismo y de sonar despiertos; nuestra atención tendra que concentrarse por doquier contemplando nuestros objetivos nacionales inmediatos. No nos engañemos porque hoy podamos permitirnos el lujo del altruismo y la bendición mundial [...] Cuanto menos nos veamos obstaculizados por consignas idealistas, mejor” (George Kennan). Y así fue, se dejaron de sentimentalismos y crearon la OTAN, que en ese tiempo resultaba militarmente imbatible ante una URSS que había salido de la II Guerra Mundial con miles de ciudades arrasadas y con 27 millones de soviéticos muertos, una organización militar internacional que dependiera de Estados Unidos y le garantizara a su oligarquía el control de Europa y del mundo.
Incluso, los imperialistas se plantearon la posibilidad y conveniencia de eliminar a la URSS y repartirse su terrritorio y recursos. El historiador Richard Toye encontró un memorando de 1951 del director de The New York Times, Julius Ochs Adler, respecto a las intenciones de Churchill de utilizar bombas atómicas contra la URSS: “Un poco abruptamente, [Churchill] me preguntó la cifra oficial de nuestro arsenal de bombas atómicas y nuestra estimación del suministro disponible por Rusia”… "Luego nos sorprendió por segunda vez al afirmar que si era primer ministro y podía asegurar el acuerdo de nuestro gobierno, pondría condiciones a Rusia... un ultimátum. Al negarse, el Kremlin debería ser informado de que a menos que lo reconsiderara, lanzaríamos una bomba atómica en una de entre 20 o 30 ciudades principales… Creía que se negarían de nuevo a considerar nuestras condiciones. Entonces deberíamos bombardear uno de sus objetivos, y si fuera necesario, otros adicionales. Tal pánico se produciría (ciertamente por el tercer ataque) no sólo entre el pueblo ruso sino dentro del Kremlin, que nuestros términos se cumplirían” (Infobae, 12 de septiembre de 2020).
Evidentemente, actualmente le resulta imposible a la OTAN lanzar un ultimatum así, aunque ganas no le han de faltar. ¿Por qué la OTAN no puede ahora amenazar con lanzar bombas atómicas a Rusia y China como Churchill planteó hacerlo con la URSS? ¿Por qué no invadir o bombardear a esos paises, como hicieron con Irak, Libia, Yogoslavia, Afganistán, Siria y muchos otros países? Porque el poderío económico del que se alimentó la OTAN ha disminuido drásticamente, porque particularmente Estados Unidos tiene severos problemas económicos y una feroz lucha política interna en la que una de las partes incluso propone eliminar los gastos excesivos que implica la OTAN; porque Europa está muy disminuida económicamente y su clase política enfrenta rebeliones contra el envío de refuerzos a Ucrania a costa del bienestar de los contribuyentes europeos, además de abiertas rebeliones en los territorios que fueron sus colonias. Y junto con eso, porque ha crecido la fuerza económica y militar de Rusia (antiguo y más grande territorio integrante de la URSS) y de China, ambas armadas con tecnología militar de última generación y porque ambos son países que cuentan con una simpatía mayoritaria y creciente en el mundo. Así que la decadencia de la OTAN no es simplemente un presidente que se extravía en el escenario y confunde los nombres de amigos y enemigos, sino algo más trascendente y profundo que está figurando ya una nueva correlación de fuerzas absolutamente desfavorable para los guerreristas de la ONU, lo cual no quiere decir que estos hayan dejado de ser peligrosos y mortales. Es cuestión de tiempo, y de pueblos en lucha, para que el mundo gire a un mundo multipolar y la OTAN sólo sea un mal recuerdo.
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