Hace unos días, el Instituto Mexicano para la Competitividad, (Imco), durante la presentación de su Informe Legislativo 2022, llamado “Congresos ricos, auditorías pobres” resaltó que los 32, congresos estatales que operan en la república mexicana se mantienen como uno de los poderes del país más opacos y caros, esto, toda vez que, a nivel nacional, 12.5 millones de pesos es el promedio del presupuesto por congresista estatal, lo que contrasta una bolsa económica y el rezago legislativo aunado a un mal desempeño para la presentación de iniciativas y elaboración de leyes.
En el recinto legislativo de Oaxaca, el promedio por congresista es de 10.2 millones, con lo que el refrito de la pobreza franciscana o austeridad republicana, que tanto pregona el presidente Andrés Manuel López Obrador, no aplica, sobre todo en una entidad donde, el pueblo se debate entre marginación y pobreza.
Si, mientras millones de familias de Oaxaca se debaten entre marginación y pobreza, los y las diputadas locales que cobran en la LXV Legislatura local sobresaltan las incongruencias que, de nueva cuenta, en las pasadas elecciones repitió, sin importar su nula productividad en la anterior legislatura, como lo detalla el IMCO, como una de las más improductivas y onerosas del país.
Como todos sabemos, en Oaxaca, también a estas alturas, el congreso es controlado por Morena, es decir, las y los diputados que en su mayoría pregonan austeridad, entran entre los criticados por el IMCO, pues, aunado a lo citado líneas arriba, hace unos días el periódico “Imparcial de Oaxaca”, en su apartado editorial, resaltó que, la actual presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), en la pasada y en la actual: Laura Estrada Mauro, a pesar de que entre sus medidas de austeridad dijo que estaban prohibidos el pago de gasolina para los vehículos oficiales, de telefonía celular, de remodelaciones de oficinas, entre otras. Sin embargo, al mes de tan brillante iniciativa, simplemente ignoraron la cacareada austeridad y se dejaron llevar por los peores vicios: dispendio, tráfico de influencias, conflicto de intereses y otros más rentables. Es decir, abjuraron de su propósito original para dejarse llevar por lo que la mayoría prefiere: explotar el erario del pueblo a placer.
La publicación añade que hace sólo unos días, le fue autorizada a Laura Estrada una ampliación presupuestal por 93 millones de pesos, luego de que, al inicio de primer período ordinario de sesiones, ya se han gastado cerca del 60 por ciento del presupuesto autorizado para este año. Todo lo anterior diario nos debe llevar a reflexionar sobre a quienes ponermos y damos el poder para que nos gobirernen y debemos frenar esto para que no se nos recetan fórmulas mágicas, mensajes y discursos del presidente de México respecto a una supuesta austeridad, para salvar los escollos de esta espiral inflacionaria que afecta al país y sus encarecidos proyectos presidenciales, pero tal parece que, contagiados por la incongruencia o la frivolidad, aquí nuestros (as) diputados (as), particularmente los emanados del partido en el poder, tienen otros datos.
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