En septiembre de 2022, Leticia Ramírez Amaya fue designada como titular de la Secretaría de Educación Pública por el presidente Andrés Manuel López Obrador para reemplazar a Delfina Gómez, quien abandonó el cargo para contender por la gubernatura del Estado de México en 2023. La nueva titular aseguró que los esfuerzos educativos se centrarían en las personas más vulnerables como los indígenas, afromexicanos, jornaleros, migrantes y personas con discapacidad, así como una larga lista de buenas intenciones, para ahora sí sacar adelante la educación en México; de igual manera aseguró dar continuidad a la entrega de apoyos mediante los programas de becas de gobierno como la Escuela es Nuestra, también la actualización curricular en educación básica, media superior, entre otros. Esto con el único fin de alcanzar las metas del proyecto educativo.
El problema exige una solución integral que implica atender las escuelas, pero esto no ocurrirá mientras continúen en el poder las mismas siglas
Sin embargo, a escasos meses de que concluya la gestión de esta administración, no se ha dado solución a carencias históricas en escuelas, ni mucho menos se ha dado atención a las demandas de estudiantes en México. Lo anteriormente mencionado es fácil de comprobar, solo basta recorrer en cualquier ciudad de nuestro país para ser testigo del estado deplorable en el que la mayoría de ellas se encuentran: carecen de buena infraestructura, mobiliario, baños, agua, electricidad, equipo de laboratorio, pintarrones, salas de cómputo, aulas equipadas, climas para aula, becas para todos los estudiantes, esto con el fin, de que todos los mexicanos puedan acceder a una formación académica de calidad. Lo mencionado no es un capricho, sino las condiciones mínimas, para contrarrestar la terrible crisis educativa por la que está pasando el país y que afecta de manera severa a millones de niños y jóvenes.
De acuerdo con datos publicados por la organización “Mexicanos Primero”, muestra que las escuelas en nuestro país carecen de servicios básicos, esto genera ambientes poco propicios para el aprendizaje y en lugar de hacer un lugar en el que sea grato la permanencia, lo único que se logra es ahuyentar a los estudiantes. Esta organización asegura que actualmente existen 26 mil 463 instituciones sin electricidad, 56 mil 109 sin agua, 43 mil 558 sin lavamanos y 5 mil 950 sin sanitarios. Datos proporcionados por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) revela que durante el ciclo escolar 2021-2022, el 35 por ciento de las escuelas de preescolar no contaban con servicios básicos completos, de igual manera el 35.9 por ciento de las primarias, el 32.9 por ciento de las secundarias y 36.8 por ciento de los planteles de nivel medio superior tampoco tenían los servicios completos, aunado a esto la mayoría de las escuelas carecen de recursos tecnológicos, así como conexión a internet y aseveraron que 127 mil escuelas (53.7) de preescolar a media superior no cuentan con computadoras para propósitos pedagógicos, así como que 168 mil 163, el 70.7 por ciento, no tiene conexión a internet. La titular de la Secretaría de Educación Pública ha tenido el tiempo suficiente para mejorar esta situación y no lo ha hecho y como pintan las cosas, no lo hará.
Leticia Ramírez Anaya, se comprometió también en trabajar para recuperar a todos los estudiantes que abandonaron la escuela por la pandemia a causa de la Covid-19, que asciende a 520 mil 454 estudiantes. Durante el ciclo escolar 2021-2022, se inscribieron 34 millones 413 mil 485 estudiantes, cuando el año previo eran 34 millones 933 mil 939. La titular sostuvo que el reto de recuperar la matrícula era compromiso de la sociedad, gobierno, familias, estudiantes y maestros; al respecto es importante señalar que de las cinco partes involucradas cuatro ya cumplieron su parte, la que ha fallado es la del gobierno, ya que Leticia Ramírez solo se ha dedicado a cumplir su función de florero en la dependencia. No esperemos mejores resultados ya que los índices de deserción indican que son miles los estudiantes que no regresaron a las aulas y la SEP es dirigida por una funcionaria tan corta de miras e incompetente.
De acuerdo a datos estadísticos la tasa de abandono en educación media superior en México aumentó 12.6 por ciento entre los ciclos escolares 2019-2020 y 2020-2021, esto implica que en todo el país 11.6 estudiantes de educación media superior dejaron la escuela durante el ciclo escolar 2020-2021, por cada 100 matriculados para el mismo ciclo. Aunado a lo ya expuesto el gasto en educación básica registra una tendencia a la baja en los tres últimos sexenios, sin embargo, en el gobierno de López Obrador se reporta la mayor disminución en términos reales, esto de acuerdo a datos de la organización Mexicanos Primero.
Las cifras expuestas son altas y de graves consecuencias tanto en lo inmediato como a futuro para el país. Estos datos para cualquier gobierno habrían significado una alerta y los hubiera puesto en movimiento para agilizar recursos e iniciativas necesarias y revertir el daño, sin embargo, a las autoridades mexicanas no les afecta en lo más mínimo y los datos fueron tomados con ligereza, algo que ha caracterizado al gobierno ante cualquier problema y con estos datos se han dedicado a realizar maniobras para esconder estos errores.
Indolencia y austeridad perjudican la enseñanza, por lo que, urge revertir esta tendencia. Se debe atender con esmero, sin regateos que niegan a la educación recursos. El problema exige una solución integral que implica atender las escuelas, pero esto no ocurrirá mientras continúen en el poder las mismas siglas, por lo que, estudiantes, maestros y padres de familia no debemos aceptar que sigan hundiendo la educación, la actual administración del país solo ha acelerado el deterioro educativo a niveles nunca vistos, esto provocará más atraso, delincuencia y violencia.
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