La semana pasada, el Movimiento Antorchista, llevó a cabo la XXI Espartaqueada Deportiva Nacional, que resultó un rotundo éxito al abrigar a jóvenes de todos los rincones del país que se entregaron de lleno para obtener diversos triunfos, es que nos hemos dado a la tarea de convocar a nuestros deportistas para conformar el semillero de campeones que necesitan ser tomados en cuenta con la finalidad de que el país logre enfrentar justas deportivas mundiales con resultados óptimos.
Con recursos propios, obtenidos gracias a actividades económicas y colectas, se demuestra que los antorchistas formamos parte de una organización fuerte y capaz de construir la nación que se requiere para que todos los mexicanos tengan las oportunidades de desarrollo que merecen, donde el reparto de la riqueza sea justo y democrático.
Con estas justas, no solo deportivas, sino también culturales, revelamos la grandeza de los mexicanos que pueden conquistar el medallero a nivel nacional e incluso internacionalmente, con mujeres y hombres que contienden en la Espartaqueada Deportiva y que debe servir para nutrir el espíritu de nuestra gente por lograr mayores conquistas en todos los aspectos de la vida.
En el Movimiento Antorchista, tenemos la tarea de politizar al pueblo, de darle una ruta, por eso son importantes las Espartaqueadas, porque para los mexicanos significa que la tarea sigue siendo la de aplicar las medidas efectivas para una transformación a fondo y verdadera. Si no hay pueblo, no hay revolución.
La XXI Espartaqueada Deportiva Nacional y el grito de ¡viva Antorcha Revolucionaria!, se dejó escuchar en todos los rincones de México, esta justa deportiva es también un grito de protesta, luego de que nuestra organización fue víctima de un atroz asesinato en el estado de Guerrero, donde valientes miembros del Movimiento Antorchista Nacional, abnegados y decididos luchaban por las clases más desprotegidas de esa entidad y desafortunadamente fueron víctimas de ese artero crimen.
El pasado 12 de abril, los antorchistas de la patria entera nos estremecíamos ante lo que en un primer momento fue considerado un accidente, pues en el fondo de un barranco se encontró el auto en el que viajaban dos valiosos luchadores sociales que desde jóvenes abrazaron la causa del antorchismo: Conrado y su esposa Mercedes, ambos integrantes del Comité Estatal de Antorcha en Guerrero, con ellos también su pequeño hijo.
Luego del esclarecimiento del caso, se arrojaron datos increíbles; nuestros compañeros no habían perdido la vida en la volcadura del automóvil, sino que habían sido masacrados a golpes previamente, y al niño lo asfixiaron. Fue un brutal magnicidio efectuado con saña y odio.
A pesar de la exigencia inmediata de justicia para que se castigue a los culpables, ni la Fiscalía de Justicia del Estado, ni el encuentro con el secretario de Gobierno dan cuenta de avances serios en las pesquisas, y hoy a mas de un mes del terrible asesinato no hay avances en el caso y los asesinos materiales e intelectuales de este crimen siguen libres.
Sabemos que la lucha contra la desigualdad e injusticia que hemos abrazado implica riesgos y peligros, pero no podemos guardar silencio o cerrar los ojos, clamamos por el esclarecimiento del crimen, levantamos con determinación y firmeza la bandera del antorchismo, porque esa será la manera de honrar a Meche, Conrado y a su hijo a la vez que denunciaremos en todo el territorio mexicano el atroz asesinato.
No bajaremos la guardia en momento alguno, seguiremos denunciando las injusticias y luchando contra la desigualdad hasta lograr la construcción de una nación más justa y libre, con oportunidades de desarrollo para todos y donde el reparto de la riqueza nacional sea justa y equitativa, donde se ponga fin a la pobreza y el abandono, donde las familias puedan vivir de manera digna.
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