En 2021 se perpetraron en Baja California 350 asesinatos de mujeres y se reportaron 30 feminicidios, la mayoría en Tijuana, ciudad que ocupa el lugar 10 de este ilícito a nivel nacional. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, tan solo en el primer mes del año, el estado se ubicó en el tercer sitio nacional por homicidio doloso en contra de mujeres, y en el segundo en cuanto a víctimas por cada 100 mil mujeres.
Las muertes de Elizabeth Martínez y la desaparición de Carolina no aparecen en la estadística oficial que por ahora solo ha registrado los homicidios en contra de mujeres y feminicidios de enero de este 2022, poniendo a Baja California en el lugar 17 con solo un feminicidio. En el informe Tijuana no aparece entre las ciudades con más casos como ha ocurrido en los últimos dos años; el feminicidio cometido en enero fue en Mexicali, la ciudad que ocupa el lugar once en el conteo nacional.
María Trinidad y su esposo Gonzalo Ortega están entre las pocas familias víctimas que logran tener frente a un juez a alguna persona para que responda por el crimen de sus hijas, pero no les ha valido de nada hasta ahora.
Llevan más de dos años tratando de escuchar una sentencia en contra de las dos personas detenidas: el ex novio de Ana, de nombre Samuel, y su nueva pareja, llamada Melina.
Fueron asegurados 10 días después de que las autoridades encontraron el cuerpo de Ana en un cañón de Rosarito. Una estadística cuatro veces más que la media nacional, pues en Baja California hay 16 mujeres asesinadas por cada 100,000 habitantes.
En este 2022, de acuerdo con la fiscalía general del estado, ya suman 30 homicidios de mujeres tan solo en Tijuana. Crímenes que en la mayoría de las veces quedan impunes. “El delito que tú puedes pensar y tiene más del 90% de probabilidad que no le pase nada eso se llama impunidad y es histórico”, agregó el presidente del Consejo ciudadano de seguridad.
Aunque familias como la de Carolina Ulloa, desaparecida desde hace más de tres meses en Tijuana, aún mantienen viva la esperanza.
“Por más presión que uno meta por más apoyo que uno pida no hay nada, es lo último que muere la esperanza es lo que nos mantiene hasta ahorita en que la vamos encontrar”, señaló Claudia Ulloa, hermana de Carolina.
Las cifras oficiales, a pesar de que no contemplan el total de los feminicidios en el estado son muy altas, lo que demuestra la incapacidad del gobierno federal y estatal para poder erradicar los ataques contra las mujeres, para ello se necesitan políticas que no solo garanticen el bienestar de las mujeres en el estado, sino que las pongan en las mismas condiciones sociales que a los hombres, garantizar por ello una vida más equitativa, pero para ello es urgente y necesario que se garanticen de primera instancia, mejorar la calidad de vida, no solo de las mujeres, sino de todos los mexicanos, demanda que ha planteado el Movimiento Antorchista y por las que seguirá trabajando como lo hace desde su nacimiento.
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