Desde que Morena y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) gobiernan en México, las crisis sociales se han agudizado a un ritmo considerablemente alto. Todo lo que López Obrador dijo que iba a desaparecer, ha crecido, todo lo que prometió que iba a mejorar ha empeorado y todo lo que aseguró que iba a bajar, sube y subes, y así podríamos seguir y seguir.
La cuestión económica no es una excepción, también en este rubro, López Obrador ha entregado desastrosos resultados. Desde que Morena y AMLO asumieron el poder gubernamental, el PIB ha venido en franca caída, hasta niveles históricamente bajos y negativos, y en lo que va de su gobierno no se ve que esté haciendo algo para mejorarlo.
El INEGI ha informado que, en la primera quincena de abril de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), registró un aumento del 0.16 por ciento respecto a la quincena anterior; con este resultado, la inflación general anual presentó una tasa al año de 7.72 por ciento, la más alta desde enero de 2001. Estos datos solo dejan claro que, una vez más, las familias más pobres sufrirán las consecuencias, ya que los precios de la canasta básica subirán nuevamente.
Los productos y servicios que registraron aumento de precios y tuvieron mayor incidencia en la inflación de la primera quincena de abril de 2022 fueron el jitomate, la gasolina de bajo octanaje, el pollo, la tortilla de maíz, el chile serrano, los servicios en loncherías, fondas, torterías y taquerías, además del aguacate, los automóviles y vivienda. Todos estos productos forman parte del día a día de los mexicanos, forman parte de la vida cotidiana de toda familia, y cualquier incremento en su costo traería problemas para la alimentación.
Si a esta crisis le agregamos los salarios muy bajos que percibe la gran mayoría, el panorama se empeora cada día que AMLO sigua gobernando, y no hay nada que nos diga que esto mejorará mínimamente.
Durante los tres años que lleva López Obrador al frente del Gobierno mexicano, no nos ha demostrado ampliamente que dentro de sus prioridades esté el resolver los problemas más apremiantes de la sociedad en general y que solo le importa cinco cosas, su Tren Maya, su refinería de Dos Bocas, el Tren Transístmico, el Aeropuerto Felipe Ángeles, y también ganar votos para 2024 con unos de los programas sociales que le garantizarán una parte importante de electores a su favor.
Lo hemos visto pelearse con todo mundo, crear problemas donde no los hay, entablar discusiones a muerte con organismos autónomos cuando no le es posible engullirlos en la ideología de la 4t, crear cortinas de humo cuando no le conviene que se hable mucho de tal o cual cosa. López Obrador pone su atención en cualquier cosa menos en resolver los problemas que aquejan directamente a todos los mexicanos, como por ejemplo la crisis severa de inseguridad, educación, salud, alimentaria y económica, nada de eso le importa al presidente, por lo menos no en la práctica y en la realidad, porque en el discurso ha usado esos temas para no perder esa aprobación de que tanto gozaba en meses anteriores.
Es curioso como el presidente tiene una respuesta adecuada para cada conflicto que se le presenta, y cuando no le es posible argumentar lógicamente el fenómeno y mucho menos proponer una solución que ataque el problema, se apresura rápidamente a descalificarlo y sale con su cantaleta, ya un tanto gastada, de que él tienen “otros datos” o de que es una campaña en contra de su movimiento para desprestigiarlo; así se olvida de tomar el asunto con la responsabilidad necesaria y, por tanto, no da seguimiento ni resuelve de ninguna manera.
Sigue el mismo problema de crisis y pobreza lastimando al pueblo mexicano, y el presidente concentrado en terminar sus obras insignia aun a costa del bienestar de todos los mexicanos.
Ya vimos como inauguró el aeropuerto, lleno de críticas, inoperable y que a largo tiempo no dará los frutos esperados; esto sin considerar que esa obra no es la que la gran mayoría de los mexicanos vaya a utilizar. Una vez más fue dinero, mucho dinero, gastado para el uso y disfrute de las clases privilegiadas de nuestro país, ya que no todos tenemos la posibilidad de subirnos a un avión.
Lo mismo está pasando con el Tren Maya, a pesar de todas las muestras de descontento, de rechazo hacia la construcción de este, del ecocidio que ese está generando con el cambio de ruta y sin mencionar los costos extras que esto genera, millones y millones de pesos más. Y ¿qué dice el presidente? Que es una campaña pagada por los neoliberales para detener el desarrollo del país. Una vez más nos demuestra que el pueblo no es su prioridad, sino que se haga su voluntad a costa de todos nosotros.
Entonces ¿qué queda por hacer ante esta crisis que se avecina y que no se ve que se esté haciendo algo para no llegar a ella? La crisis económica seguirá aumentando, la inflación sube a niveles históricos, ya pasó una vez, vuelve a pasar en abril con un 7.76 por ciento; la inflación, altísima y la energía de toda la 4t está concentrada en terminar sus obras, mientras el pueblo, el pueblo bueno, ese que sobreviva con el dinero que les da.
Todos nosotros debemos tener claro lo que pasa en nuestra realidad y tomar acciones concretas para que, cuando llegue el momento, tomemos una decisión más responsable y eficaz.
No dejar que morena siga gobernado, esa es la tarea de mayor importancia que tenemos todos los mexicanos. Ellos ya echaron su suerte y se están encargando de que así sea. Como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga, entonces, aprendamos de estos tres años y reflexionemos si queremos otros más.
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