Las prioridades del presidente López Obrador son otras, en ellas no están las víctimas de la tragedia en Guerrero ni la reconstrucción de sus humildes viviendas que a final de cuentas son las que menos a la vista están en el otrora destino turístico más importante de nuestro país en varias décadas del siglo XX, que fue el más afectado.
El pasado viernes 3 del mes en curso los diputados de Morena no etiquetaron un solo peso, ni partido por la mitad, para los damnificados de aquel estado en el Dictamen de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública con Proyecto de Decreto del PEF 2024, el cual ya fue aprobado el día de ayer lunes 6 por la mayoría de Morena y sus aliados del PT y Verde en el pleno de la Cámara de Diputados.
Pero, no lo hicieron porque como todos sabemos obedecen no a los intereses de los mexicanos, sino a los intereses del Presidente y, estos no están con la población en desgracia, a pesar de que el gobierno de México ejercerá el próximo año un poco más de 9 billones de pesos, que equivalen a 9 millones de millones de pesos, de los cuales, casi 2 billones los obtendrá endeudando al país. Hay en los hechos, aunque de palabra se diga lo contrario, una inaudita falta de humanidad ante la desgracia de sus gobernados.
El huracán Otis es el fenómeno natural que mayor desastre social ha provocado hasta el momento en nuestro país durante el sexenio de López Obrador, el cual tocó tierra en Acapulco la madrugada del pasado 25 de octubre con rachas de vientos que superaron los 300 kilómetros por hora que arrasaron con todo lo que a su paso encontraron, dejando una devastación nunca antes vista en el estado de Guerrero y en México, en el que desgraciadamente también hubo pérdidas humanas y desaparecidos que según la cifra oficial son hasta el momento 47 y 53 respectivamente.
También fueron 47 municipios afectados según la declaratoria de La Coordinación Nacional de Protección Civil emitida el 27 de octubre, que fue corregida el viernes 3 de noviembre aun cuando ya se había publicado en El Diario Oficial de la Federación, después de lo cual, sólo el Puerto de Acapulco y Coyuca de Benítez podrán acceder a los raquíticos recursos que el Presidente López Obrador anunció que destinará a esta catástrofe monumental, de tal manera que, inexplicablemente, se quedarán sin apoyo 45 municipios.
Ésta que es la más grande tragedia en cuanto a destrucción de inmuebles se refiere, en la que se estima que el 80% de los hoteles y comercios y más del 90% de las viviendas se vieron afectadas por el huracán, esto sólo de Acapulco, que requiere cuando menos 300 mil millones de pesos para su reconstrucción, será atendida por el gobierno con un presupuesto de 61 mil millones de pesos, es decir, apenas una quinta parte de lo requerido, insisto, esto solamente para Acapulco y Coyuca de Benítez, ¿Y los otros 45 municipios afectados?.
Antes del huracán, la pobreza en Guerrero alcanzaba al 66% de sus habitantes, equivalente a 2 millones 336 mil 852 guerrerenses y; la pobreza extrema la padecían 902 mil 874 habitantes, por eso está catalogado como el segundo estado más pobre en el país; el 33.5% de los guerrerenses no tienen acceso a servicios de salud, situación que empeoró en este sexenio, pues en el 2018 la gente que vivía en esa condición era el 19.7%, según datos del Coneval. En diciembre de 2021, el mismo Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social reveló que Acapulco era el municipio con mayor pobreza extrema en el país con un poco más de 126 mil personas en esta condición. Según estimaciones de Citibanamex, la economía de Guerrero se va a contraer 16% en el último trimestre del año, con efectos que se prolongaran hasta la segunda mitad del 2024, como consecuencia de Otis.
La situación de los que de por sí, tenían una vida llena de carencias que trataban de resolver con el sudor de su frente día a día, después del huracán es francamente impactante, desgarradora, cuando vemos por los diferentes medios de comunicación y redes sociales, como nuestros hermanos guerrerenses no tienen, ya no digamos un techo donde guarnecerse de las inclemencias del tiempo, que no han probado alimento y bebido agua por uno o dos días. Y si contrastamos esta realidad con la insignificante ayuda del gobierno en sus tres niveles, y con el inhumano proceder de la mayoría parlamentaria de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados al aprobar el PEF 2024, no se puede concluir con otro razonamiento que no sea que, estamos en las fauces de un gobierno lobo disfrazado de oveja.
Los Antorchistas de diferentes estados se han movilizado y desde hace varios días han instalado centros de acopio para recolectar, víveres, agua y productos no perecederos que ya empezaron a llegar a su destino en solidaridad con los damnificados, como un acto de hermandad con los que menos tienen y sufren más las calamidades de esta tragedia. Los Antorchistas guanajuatenses estamos empeñados en la tarea de sumar nuestro granito de arena a tan loable fin, para esto se instalaron dos centros de acopio, uno en el municipio de Valle de Santiago y Otro en Irapuato.
Sirva este espacio para convocar a mis compañeros de los distintos municipios del estado de Guanajuato para que en sus colonias y comunidades, realicemos también esta noble actividad, ante la crueldad del gobierno de López Obrador, la solidaridad de los trabajadores.
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