Desde el inicio de la pandemia la situación del país se ha agravado peligrosamente no solamente en el aspecto económico o de salud, la educación se ha visto seriamente afectada.
En febrero de 2020 el Gobierno de México confirmó el primer caso de coronavirus y aunque muchos consideraban que no pasaría a mayores hasta hoy la realidad ha superado todo; las cifras de contagiados y fallecidos comenzaron a elevarse y para el mes de junio de 2020 ya había 16 mil 872 defunciones y 142 mil 690 contagios acumulados, para esa fecha no habían dado resultado los detentes que el presidente AMLO había dado a conocer en sus mañaneras ni el mole de guajolote que el gobernador de Puebla Miguel Barbosa había recomendado comer para evitar y/o curar el virus.
“La nueva normalidad” que íbamos a comenzar en junio de 2020 no se pudo realizar, pues las condiciones empeoraban; en este sentido, el sector educativo se ha visto afectado, pues el programa “Aprende en casa” no ha dado los resultados esperados, pues hay quienes consideran que la educación a distancia es poco funcional para el aprendizaje, los padres se han quedado sin empleo y eso no permite que se tengan las condiciones económicas para adquirir un celular o tableta con internet para recibir las clases.
La deserción escolar ha aumentado. De acuerdo con los cálculos que la SEP había realizado para agosto de 2020 sería el equivalente al 10% de la población estudiantil, 2.5 millones de educación básica y 8% de nivel superior, 325 mil universitarios, pero la realidad es otra pues de acuerdo al Inegi, para marzo de 2021, 5.2 millones de estudiantes entre 3 y 29 años no se inscribieron al curso escolar.
La Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020 reveló que 3 millones de las deserciones son de nivel básico, 1.3 millones no se inscribió por motivos relacionados al covid-19, 1.6 millones por falta de recursos económicos. Además 3.6 millones no se inscribieron porque tenían que trabajar.
La educación es un problema que debería tomarse con más responsabilidad por parte del gobierno. Ahora con el inicio de la tercera ola de contagios se vuelve grave la declaración que dio AMLO sobre el regreso a las aulas en agosto de 2021 pues los contagios se han elevado, tan sólo en Nayarit el día 15 de julio hubo 104 contagios y 12 fallecidos; la experiencia ocurrida en la CDMX del regreso de manera presencial y el contagio en las escuelas debe aplicarse al resto del país y más en estos momentos que la nueva cepa es agresiva sobre todo con los niños y jóvenes.
Los jóvenes estudiantes adheridos a la FNERRR han permanecidos firmes en la lucha por que se agilice la vacunación para todos; las escuelas en México no tienen las condiciones para evitar que los niños, jóvenes, maestros y personal administrativo pueda contagiarse.
Nos unimos a la lucha que mantiene la FNERRR para exigir al Gobierno federal que la vacunación sea para todos, de otra manera el regreso a clases de manera presencial sería lanzar al pueblo a la muerte de manera criminal.
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