En una nota de un medio nacional se lee la siguiente información:
En la conferencia de prensa matutina, conocida como “Mañanera”, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), David Aguilar Romero, anunciaron que la Canasta Básica en México ha logrado mantener su estabilidad en la primera mitad del año.
Según Aguilar Romero, los precios de los 24 productos más consumidos por las familias mexicanas se han mantenido estables, situándose entre los 700 y 800 pesos en promedio desde principios de 2023.
Pues sí, a pesar de que ya es casi un meme que el Gobierno federal tenga otros datos, vuelven a salir con datos que no son reales. Parece, pues, que viven en una burbuja, señalando datos y planteamientos que son irreales. Tal es el caso de la canasta básica, que sirve como medida para que las familias promedien su gasto.
Anpec informó que la canasta básica promedió en octubre un costo de mil 755.21 pesos, lo que significó un incremento de 0.70 % respecto al mes anterior.
Al igual que el salario mínimo, es una medida que fluctúa según el lugar; pero a pesar de ello, vemos que es casi ilusorio que esta canasta pueda ser comprada con 800 pesos, como lo señalan los funcionarios.
De acuerdo con su último sondeo de precios, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) informó que la canasta básica promedió en octubre un costo de mil 755.21 pesos, lo que significó un incremento de 0.70 % respecto al mes anterior.
Analizando los resultados del monitoreo de precios, la canasta básica en la Ciudad de México promedió un costo de mil 706.50 pesos, lo que significó un descenso de 54 pesos respecto a septiembre (mil 760.50 pesos), pero se encuentra 51.50 pesos por encima del costo que tenía a principios de año (mil 655.00 pesos en enero de 2023).
A pesar del aumento al salario mínimo, otros datos señalan que más de 70 millones de personas en América Latina y el Caribe no tienen ingresos suficientes para adquirir una canasta básica de alimentos y 43 millones padecen hambre. Esta problemática se acentúa entre las mujeres, la población indígena y los habitantes de zonas rurales, y responde más a brechas de acceso a los alimentos que a la falta de oferta, expuso José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En la frontera de México con Estados Unidos, la situación es casi similar, pues el aumento consecutivo de los precios en productos de consumo básico ha provocado que el poder adquisitivo de las personas que ganan el mínimo no pueda adquirir siquiera lo mínimo marcado por la canasta básica.
Ejemplo de ello son el huevo, el azúcar, el frijol, el aceite, el arroz, entre otros productos. Esto sin tomar en cuenta que los productos que han aumentado más su costo por la sequía han incrementado en más de 100 por ciento. Esto pasa cuando hablamos de productos provenientes del campo, como el tomate, las verduras y las legumbres.
La política ilusoria de que todo va bien en México, tanto en economía como en otros servicios, ya está desgastada. Es necesario que los mexicanos entendamos que con tarjetas y apoyos económicos superficiales no se podrá cambiar la política económica, pues a pesar de que los mexicanos tengan dinero, no podrán adquirir lo indispensable.
Nadie podrá pagar con esas tarjetas la educación, la salud, ni podrá siquiera soñar con una vivienda con servicios tan básicos como agua, luz, drenaje, etcétera, porque este Gobierno no prevé: es inmediatista y lo inmediato se acaba pronto.
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