A los amables lectores que me hacen favor de tomarse un poco de su tiempo para leer esta pequeña opinión.
En estos días, en nuestro estado se llevarán a cabo tres competencias de paracaidismo extremo en tres diferentes sedes, Mexcaltitán (17 de noviembre) San Blas, (19 de noviembre) y Nuevo Nayarit (20 de noviembre), a este evento lo han llamado “Nayarit desde el cielo”, pues desde las alturas los participantes podrán disfrutar de la belleza de los paisajes.
Quiero, antes de continuar, recordar que hace poco menos de un mes, Nayarit fue azotado por la fuerza del huracán Roslyn que dejó devastada la zona norte; entre las comunidades afectadas y donde incluso hubo un fallecido, estuvo precisamente Mexcaltitán.
El 25 de octubre, el secretario de Finanzas del estado, Julio César López Ruelas, dio a conocer que 70 millones de pesos destinaría el gobierno del estado para la reparación de daños ( una cifra pequeña para las afectaciones), de los cuales, 20 millones de pesos estarían destinados a la reconstrucción de la isla de Mexcaltitán, “Acaba de autorizar un importe cercano a 70 millones de pesos, y de ese fondo, me instruyó para que se destinaran de arranque, 20 millones para Mexcaltitán porque esta será una zona que se tiene que reconstruir en todo lo necesario porque el 17 de noviembre se tiene programado ahí, un campeonato mundial de paracaidismo acuático, el cual no se cancela”. (Realidades de Nayarit, 25 de octubre).
Es importante mencionar que los destrozos por el huracán Roslyn rebasan los 70 millones de pesos, pues de acuerdo con el portal El Financiero.com del 29 de octubre, las autoridades estatales calculan afectadas ocho mil viviendas, 25 mil familias y un aproximado de 800 mil millones de pesos por todo lo dañado; hubo afectaciones a las viviendas, al campo, a la ganadería, a la pesca; de nuevo Tuxpan se inundó y por tercera ocasión cientos de familias tuvieron que subir sus cosas al techo de las casas e incluso pudimos ver por redes sociales que algunas familias abandonaban el municipio cargando en camionetas los pocos enseres domésticos con los que cuentan; las afectaciones a las vías de comunicación y la red eléctrica fueron enormes.
Llamó mi atención la rapidez con la que el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero salió a declarar su apoyo a las zonas afectadas, lo cual, así debía ser, pero lo que me asombró fue cómo la mayor parte de las fuerzas se centraron en Mexcaltitán y es que, debido al evento de paracaidismo la isla debía estar lista. Todo esto hizo que me saltara una duda: ¿Realmente importaba reconstruir Mexcaltitán por la preocupación que causaba al gobierno que la gente estuviera afectada por el huracán? Me parece que lo que más motivó fue la presencia de visitantes extranjeros y nacionales que la misma situación del pueblo.
Quiero, a través de este medio, decir al Gobierno del estado que Nayarit está en el suelo, los problemas de la gente están en tierra; viviendas afectadas para las cuales no basta un pequeño apoyo de láminas pues ahí viven humildes nayaritas que además de su casa perdieron su fuente de empleo en la agricultura o en la pesca.
El Gobierno estatal debe atender con rapidez a la zona de desastre que, además, es la misma que fue afectada en 2021 por el huracán Pamela y en 2018 por el huracán Willa. Poco o nada se ha dicho sobre realizar obras de impacto para evitar nuevas inundaciones; apoyos al campo, a la ganadería y a quienes perdieron sus pangas, redes de pesca y cosecha de ostión, como es el caso de Boca de Camichín, en Santiago Ixcuintla.
Como puede verse, Nayarit está en el suelo y debemos exigirle al gobierno morenista de Miguel Ángel Navarro Quintero que se priorice la reconstrucción de nuestro estado y el apoyo a nuestra gente, de lo contrario los pequeños apoyitos de láminas son solamente un paliativo para el pueblo que se encuentra en una verdadera emergencia.
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