En el artículo anterior a este afirmé que la teoría científica legada por Marx y continuada por Lenin, después de poco más de un siglo, conserva su validez y sigue teniendo vigencia en la actualidad. En este escrito intentaré demostrar aquella afirmación, para lo cual habré de referirme a una de las obras que mencioné en aquel artículo, cuyo autor fue el joven Lenin, quien apenas tenía 24 años cuando escribió: “¿Quiénes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas?”.
El proletariado debe organizarse y educarse políticamente para entender su papel histórico y encabezar la lucha de clases, porque sólo así podrá lograr la emancipación de la clase trabajadora y derribar el régimen capitalista.
Es necesario aclarar que, en el tiempo que escribió Lenin aquella obra, decir socialdemócratas equivalía a decir marxistas revolucionarios; no se refería a los socialdemócratas que involucionaron tiempo después, abandonando la teoría marxista para convertirse en lacayos de la clase dominante. Con algunas variantes de matiz, los vemos ahora gobernar en varios países, tanto de Europa Occidental como de nuestro continente y específicamente en nuestro propio país.
También creo necesario señalar que la mencionada obra de Lenin fue elaborada en tres entregas, o tres partes, de las cuales la segunda se perdió, y las que pudieron llegar hasta nosotros fueron la primera y la tercera. A pesar de ello, son suficientes para ayudarnos a entender lo que está ocurriendo actualmente en nuestro entorno mundial en materia de formas de gobierno.
Veamos, pues, nuestro propio caso, lo que está sucediendo actualmente con la “nueva” forma de gobierno en México.
Como todos sabemos, ya va a concluir el primer sexenio de un gobierno supuestamente izquierdista, o mejor dicho, de un gobierno de izquierda reformista, que asumió el poder mediante un proceso electoral; tal es el gobierno autodenominado como la “Cuarta Transformación” (4T).
Resumidamente, la “4T” ha tratado de lo siguiente: una vez en el poder político, ha promovido las dádivas monetarias que los gobiernos anteriores ya venían dando a la gente, sólo que ahora dichas ayudas en dinero se ampliaron.
Aunado a eso, se desaparecieron programas de apoyo social que venían funcionando, se promovió la construcción de obras faraónicas que no han funcionado, y se ha venido reformando la constitución para desaparecer organismos autónomos, como es el caso de la escenificación del sainete de la reforma a la Constitución para que los integrantes del poder judicial sean electos mediante voto ciudadano.
Traslademos ahora estos hechos concretos, esta forma de Gobierno, para verlos bajo la lente científica de la ya referida obra de Lenin. En la primera parte de “¿Quiénes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas?”, encontramos una clara exposición y defensa de la teoría materialista de la historia frente a la posición de los populistas que negaban que Marx hubiera hecho algún aporte importante a la concepción científica del desarrollo de la sociedad.
Lenin aclara de manera brillante y contundente que Marx descubre el concepto de formación socioeconómica y que pone su atención en el análisis de la última formación socioeconómica de la humanidad, que es la capitalista. Nos ofrece un minucioso estudio de las leyes que rigen su funcionamiento y desarrollo; con el descubrimiento de estas leyes de la formación socioeconómica capitalista, Marx descubre que existe una base material de dicho sistema que no es otra cosa más que la base económica o estructura económica, a partir de la cual surge una superestructura que se corresponde a dicha base y la complementa. Tal superestructura es el estado capitalista y las diferentes formas de Gobierno, así como las leyes o constituciones políticas, entre otras cosas, que sirven para reforzar el funcionamiento del sistema socioeconómico.
A pesar de que mi planteamiento es bastante resumido, confío en que mis posibles lectores sean benevolentes y acudan a la lectura de la obra referida. Pero también considero que con esto es suficiente para sacar algunas conclusiones, y pudiéramos entonces decir que, mientras no se cambie la base del sistema, la base económica, todo lo que se modifique o reforme en la superestructura solamente servirá para reforzar al mismo sistema.
Los gobiernos de izquierda reformista, mientras se dediquen a modificar constituciones, mientras se dediquen a realizar cambios en la superestructura, lo único que conseguirán será reforzar el funcionamiento de todo el sistema socioeconómico.
Hace unos días escuché a uno de los diputados de la 4T (Ricardo Monreal) decir que ellos están haciendo en México una revolución pacífica; tal vez algunos de ellos en el fondo así lo crean, pero en su libro ya mencionado, Lenin les llama a este tipo de políticos representantes de la pequeña burguesía, oportunistas y reaccionarios.
Y ya en la última parte de su libro, Lenin analiza el programa político de esos señores, de los populistas, cuyo análisis se entiende que era obligatorio como parte medular del libro “¿Quiénes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas?”.
Al estudiar esa parte del libro, no dejan de causar asombro las coincidencias entre dicho programa y las propuestas programáticas que hoy plantean los partidos de la izquierda reformista que están gobernando en algunos países; repito, como es el caso de México.
Los populistas proponían, entre otras cosas, el acceso a créditos fáciles y todo tipo de filantropía en apoyo a los explotados, acerca de lo cual Lenin decía que no era más que un intento de lavado de cara del sistema explotador.
Con sus propuestas programáticas, decía Lenin, los populistas no solamente ponían uno, sino los dos pies dentro de la dinámica del desarrollo capitalista. Sus propuestas no eran más que remiendos para mejorar o embellecer el desarrollo del capitalismo.
En oposición a las propuestas de los populistas, Lenin planteó la necesidad de organizar al proletariado y educarlo políticamente para ponerlo en condiciones de entender su papel histórico y encabezar la lucha de clases; táctica que al final demostró ser correcta, pues unos 23 años después de escribir su obra “¿Quiénes son los amigos del pueblo…?”, se logró derrotar a la autocracia zarista y al mismo tiempo al sistema capitalista en Rusia.
Por eso yo coincido con quienes afirman que el Gobierno de la 4T será, a fin de cuentas, un fracaso que en nada logrará que en nuestro país las cosas cambien realmente para mejorar la vida de las clases trabajadoras.
Al concluir este primer sexenio, ya se está viendo lo que va a suceder, pues los ricos siguen acumulando más riqueza y los pobres cada vez son más pobres, aumentando la cantidad de ellos. Si alguien quiere comprobar esto, puede consultar los datos estadísticos oficiales y no oficiales que se han publicado al respecto.
El resultado del Gobierno de la 4T será una catarsis para aliviar y rejuvenecer al viejo sistema explotador; será una válvula de escape que funcionará durante algún tiempo para evitar un estallido social.
Aquí, en lo que está ocurriendo en el país con el Gobierno de Morena, considero que, sin temor a equivocarme, se puede aplicar aquello de que: “todo cambiará en la superficie para que todo en el fondo siga igual”. Pero esto no debe ser motivo de desaliento o pesimismo, porque el camino está muy claro, y la esperanza de que se logre un sistema social con justicia y paz está cifrada en la concientización y organización de las clases trabajadoras de México y del mundo entero.
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