Poco le ha durado el gusto al partido en el poder, y es que, a casi tres años de haber ganado la elección presidencial de manera arrasadora, Morena se cae a pedazos en todo el país. Pero lo curioso de todo esto, es que, como diría el presidente López Obrador, no son los “adversarios” del partido que están ocasionando ese resquebrajamiento, sino los mismos morenistas que se pelean como canes todos y cada uno de los huesos habidos y por haber.
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) obtuvo su registro como partido hace 6 años, hoy se encuentra sumido en una profunda crisis provocada por una contienda interna donde predominan los intereses personales, los golpes bajos y las ambiciones de poder. Esto que digo, inició con los malos manejos, actos de corrupción y diversos escándalos de la exdirigente nacional, Yeidckol Polevnsky, después, la pelea por la presidencia de ese partido entre varios de sus militantes, que se agudizó entre Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo.
La renovación de la dirigencia de Morena presentó los mismos vicios de los viejos partidos políticos que tanto han criticado. El partido marrón está destinado al cacicazgo, a la división y a la creación de distintas tribus que buscan enquistarse en el partido para tener el control de las jugosas prerrogativas que le destina el INE que, tan solo el año pasado, fueron de mil 700 millones de pesos.
La designación de candidatos para las elecciones en Coahuila e Hidalgo también dejó ver que los morenistas actuaron con el hígado y no con la cabeza, les faltó tacto y unidad para poner a sus “mejores” “cuadros”, pudo más la ambición por el poder, que la verdadera causa que dicen encabezar, esa que ellos llaman: “Por el bien de todos, primero los pobres” frase hueca que solo es de puro membrete.
El pueblo, poco a poco le va perdiendo la fe a Morena, así quedó demostrado en las elecciones de Coahuila e Hidalgo donde el PRI triunfó por amplia mayoría. Ahora sí, como dice el refrán popular “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Esto, son las consecuencias de las guerras intestinas entre los distintos grupos de Morena y las malas decisiones de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de la República, fundador y líder moral del partido en comento.
López Obrador supo capitalizar el hartazgo de la gente, por eso, arrasó en las elecciones de 2018, su popularidad, ayudó a que muchos candidatos de Morena a diferentes puestos de elección popular, aun sin tener vocación y conocimiento de la difícil tarea de gobernar, llegaran al poder, teniendo pésimos resultados hoy día. Así, podemos ver el fallido gobierno de Cuitláhuac García en Veracruz, todos sabemos la debacle en la que se encuentra el estado; el pésimo gobierno de Miguel Barbosa en Puebla, quien lejos de gobernar para todos, solo se ha dedicado a reprimir a sus enemigos; ni que decir de Cuauhtémoc Blanco que tiene a Morelos en un verdadero caos.
Lo mismo pasa con senadores, diputados y presidentes municipales. Todos conocemos el caso de Félix Salgado Macedonio, senador de Morena y ahora, flamante candidato a gobernador del estado de Guerrero a pesar de las graves acusaciones de violación que pesan en su contra; los casos de Jalapa y Macuspana, dos municipios de Tabasco gobernados por Morena que, por corrupción, el congreso local se vio obligado a desaparecer los ayuntamientos de ambos y, en su lugar, nombrar un consejo municipal; la debacle en la que tiene Otoniel Segovia al municipio de Othón P. Blanco, donde se encuentra la capital de Quintana Roo es otra muestra clara del fracaso de Morena. Podemos seguir dando ejemplos, porque hay muchos, pero el espacio es muy corto. Creo, estimado lector, que, con estos ejemplos, dejo claro, que no son ganas de echarle “leña al fuego” si no la realidad monda y lironda.
López Obrador también ha contribuido enormemente al hundimiento de Morena, puesto que todo lo que prometió que haría, solo se quedó en el discurso. Hoy vemos un país en franco retroceso, con una economía hecha trisas; millones de mexicanos en edad de trabajar están desempleados; existe una fuerte crisis en el sistema de salud donde no hay medicamentos para enfermos crónicos ni para niños con cáncer, el Insabi ha resultado un fracaso; el crimen organizado, la delincuencia y el feminicidio siguen en aumento; La crisis energética que ha ocasionado apagones y perdidas millonarias en todo el país nos golpea fuertemente, la gasolina, el gas y la energía eléctrica siguen al alza.
Por si fuera poco, el mal manejo de la pandemia generada por la covid-19 que ha contagiado a cientos de miles de mexicanos y causado la muerte de casi 200 mil personas también dejan mal parado al gobierno del “cambio”. Pero lo peor, es que el gobierno la 4T no reconoce la crisis económica, la pérdida de empleos, la violencia criminal, los fallecimientos por la pandemia, al contrario, dice que todo va “muy bien”, que “ya domamos la pandemia” y todo aquel que opine lo contrario, que no esté de acuerdo con lo que dice el gobierno federal, pero sobre todo lo que dice AMLO, es un “conservador”, prensa vendida, fifí o neoliberal. Es decir, no hay libertad de expresión en este país, so pena de atenerse a las consecuencias.
Espero que los partidos de oposición, hayan aprendido la lección y trabajen intensamente en sus alianzas para poder ganar el Congreso de la Unión, las gubernaturas y las presidencias municipales que se disputaran este 6 de junio. Morena es un partido lleno de oportunistas que solo andan de chapulines, buscando su beneficio personal o de grupo, aprovechando que es el partido en el poder. El país está en peligro, bajo una dirección errada que se autodestruye y que, de no actuar a tiempo, los daños en nuestra patria serán irreparables.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario