Todo el recurso público que maneja el gobierno de la 4T está destinado a ser sebo electoral para este año. Los diversos programas sociales "del presidente” tiene rato que se vienen denunciando por distintas voces como un instrumento comprador de votos. El más reciente y sonado caso de uso electoral de recursos y programas es el de la vacuna contra el covid-19, que se viene promocionando y ejerciendo descaradamente de manera que favorezca electoralmente al partido en el poder.
Y ha venido dando dividendos la ilegal campaña electoral de Morena desde Palacio Nacional. Tengo a la mano los resultados de la encuesta de "intención del voto para elegir gobernador” de Massive Caller, publicados el 1 de febrero de los corrientes. De quince gubernaturas que se disputarán en las siguientes elecciones, 10 las ganaría, si hoy fueran las elecciones, el partido en el poder, y solo 5 serían ganadas por PRI, PAN o una alianza entre estos dos o más partidos. La casa encuestadora de marras es conocida por el tino de sus estudios por lo que hay que poner atención a estos resultados.
Pero no toda la culpa de los malos pronósticos electorales para la oposición son producto del abuso de poder de MORENA, de la demagogia del presidente de la república, del engaño y manipulación del electorado por la vía de darle limosna social en tiempos de crisis; buena parte de los malos augurios para PRIANRDistas está en el pobre desempeño que sus abanderados que hoy gobiernan distintas entidades de la república han mostrado. Siete de las gubernaturas que ganaría Morena están actualmente en poder del PRI, una en manos de PRD y una controlada por el PAN.
No nos engañemos. Si el desempeño de los actuales gobiernos fuera bueno y, por lo tanto, superior al del gobierno federal encabezado por el morenismo; si fueran gobiernos realmente interesados en el bienestar del pueblo y concientizaran a este para alcanzar mejores niveles de bienestar, sus gobernados los respaldarían. Sin embargo, la situación es distinta: sus gobernantes votarían hoy "con los pies&rdquo, yéndose a comprar la vacía oferta del partido oficial.
En Sinaloa, por ejemplo, a pesar de que el actual gobernador, priísta, Quirino Ordaz Coppel destaca frecuentemente en las encuestas de aprobación de su gobierno (aparece en los primeros tres lugares a nivel nacional), el estudio de Massive Caller sitúa a su candidato, Mario Zamora Gastélum, en segundo lugar, con solo 19.6% de intención del voto, mientras que en primer lugar está Rubén Rocha Moya, abanderado morenista, con 44% de intención del voto, por lo que hoy ganaría Sinaloa 2 a 1 sobre el priismo gobernante.
Hay en los medios quienes tienen la tendencia a explicar los buenos pronósticos morenistas en la "debilidad” del candidato mochitense. Según mi modesto punto de vista, eso no es lo esencial y si bien sería un factor que influyera en la decisión de los electores, el fondo del problema es otro: la insatisfacción popular con el gobierno actual y la falta de educación política de la gente que le impide ver que Rocha Moya y su partido no serían una solución a la problemática actual del estado.
Sinaloa tiene graves problemas de vivienda, de salud, de ingresos, de carencias de obras y servicios públicos, que no se han atendido decididamente por parte de la administración quirinista. Hablo a nombre de los antorchistas: desde julio de 2019 hay una minuta firmada por el Secretario de Obras Públicas, que a nombre de Ordaz Coppel comprometió subsidio para adquirir lotes habitacionales para las familias sinaloenses que representamos; así como diversas pavimentaciones, techumbres, obras de agua potable, drenaje sanitario, entre otras. Nada de lo anterior se ha cumplido. Aún más: se han entregado renovadas peticiones de atención a problemas sociales en los años subsecuentes, 2020 y el actual, 2021, sin que a la fecha hayan sido siquiera escuchadas. Así, a las carencias de vivienda y obras de 2019 se les han sumado otras del mismo tipo, más necesidades de incremento del pago a profesores que reciben un apoyo mínimo por su labor, becas para que más jóvenes del interior del estado puedan seguir sus estudios, regularización de colonias en zonas urbanas, entre otras. Si el antorchismo es una muestra importante de la población en el estado y se le ha maltratado e ignorado, podemos deducir de ahí que importantes grupos sociales han recibido el mismo trato injusto y afirmar que en todo el estado miles de sinaloenses claman por soluciones sin ser escuchados.
Quedan menos de 4 meses de campaña, si el PRI quiere evitar debacle en Sinaloa y en entidades donde gobierna, debe dejar de hacerle el juego a Morena, debe resolver las peticiones de los inconformes. Ahí donde se demuestre incumplimiento de su gobierno, que cumpla y que demuestre con hechos superioridad sobre Morena. ¿O ya habrá entregado la plaza como muchos dicen?
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