Bien dicen que antes de hablar hay que pensar. Y es evidente que al columnista Miguel Ángel Vargas le faltó razonamiento, o al menos, enredó todavía más el nudo gordiano.
En su columna periodística titulada “Las tropelías de seudolíderes”, publicada el 10 de julio en Milenio, el señor dedicó un gran esfuerzo físico y mental en calumniar a Antorcha Campesina utilizando un tema político que se está gestando coyunturalmente en el estado de Puebla.
Al principio de su texto, Miguel Ángel comienza a hablar de la escandalosa iniciativa que presentó en el Congreso del Estado el diputado morenista Fernando Sánchez Sasia, quien, en pocas palabras, pide desde tres días hasta cuatro años de prisión para toda persona que se manifieste en vías públicas.
A esos antorchistas que se manifestaron para exigir agua potable, respóndales esta pregunta, señor Miguel Ángel: ¿A usted le falta el agua? ¿Tiene problemas porque le falta el drenaje?
Y según sus propias palabras, el columnista dice:
“Estoy convencido de que las manifestaciones sociales tienen justificación, siempre y cuando se respeten los derechos de terceros, porque muchas de las veces son expresiones de impotencia ante la falta de atención de las autoridades”.
Primera corrección, señor Miguel Ángel Vargas: toda manifestación social tiene justificación, siempre sobrarán las razones para salir a las calles a manifestarse.
Y para que le quede más claro: si la gente sale a la calle a manifestarse es porque las autoridades se niegan a escuchar, atender y resolver las peticiones de los ciudadanos; es obligación de los presidentes municipales, del gobernador y del presidente de la república hacerlo.
Para eso votamos por ellos. ¡He ahí el origen de las manifestaciones en Puebla! Usted mismo lo dice, Miguel Ángel Vargas, pero creo que usted mismo no se entendió.
Y como parece que su mano no estaba obedeciendo al cerebro, en otro párrafo sentencia que:
“El punto es que debemos distinguir entre aquellas que son legítimas, y las que son meramente chantaje para conseguir prebendas o beneficios a través de la extorsión como lo hacen algunas organizaciones sociales”.
Lo dice como si hubiese encontrado el bálsamo de Fierabrás.
Segunda corrección de nivel básico: en esta sociedad capitalista, en este Estado burgués, ninguna manifestación ni protesta es legítima; las leyes y la justicia están hechas y son manipulables por la clase gobernante para mantener sometido al pueblo.
Legítimas o no, las manifestaciones se hacen; es un fenómeno social que nunca va a respetar voluntades humanas.
Y como se ve en su texto, el señor Miguel Ángel Vargas no tenía argumentos y se lanzó encolerizado contra Antorcha. Cito los renglones:
“Antorcha Campesina es una de ellas [de las que chantajean, según el columnista]. En días pasados acudieron a las oficinas de Agua de Puebla en Plaza del Sol y a las oficinas en San Manuel, para exigir a través de sus bloqueos que les pongan el servicio de agua y drenaje en sus colonias irregulares en el sur de la ciudad”.
A esos antorchistas que se manifestaron para exigir agua potable, respóndales esta pregunta, señor Miguel Ángel: ¿A usted le falta el agua? ¿Tiene problemas porque le falta el drenaje?
Como usted vive en otro planeta, le doy a conocer que miles y miles de familias, al sur y al norte de la capital poblana, antorchistas y no antorchistas, desde hace años sufren todos los días porque su hogar no tiene acceso al servicio de agua potable y de drenaje, y aunque lleven años acudiendo a Agua de Puebla para tramitar las obras correspondientes o para solicitar dotación del líquido en pipas, siempre han encontrado trabas a su petición.
Y todavía se atreve a decir:
“Durante algunas horas impidieron entrar o salir a la gente que de manera puntual paga su servicio, mientras estos señores quieren por la fuerza que les hagan caso, cuando ni están en su zona de cobertura, ni fueron legalmente establecidas, es decir, están fuera de la ley”.
Como usted no tiene idea de lo que está diciendo, le vuelvo a hacer otra aclaración: los antorchistas también pagan su servicio de agua potable, el problema es que Agua de Puebla cobra excesivamente sin dar agua a los hogares. Pero usted sí sabe qué colonias están fuera de la cobertura de la empresa y están fuera de la ley, ¿verdad, señor Miguel Ángel Vargas?
Cuando usted quiera puede ir a las colonias, antorchistas y no antorchistas, para que compruebe con sus propios ojos que las colonias sí están en la cobertura de Agua de Puebla, que sí están dentro de la ley, y que aunque a la gente le cobran el servicio, a sus casas no les llega el agua y si llega, es sucia o contaminada.
Y su texto termina de la peor manera, destrozó lo poco bueno que este tenía. Dice que:
“… debe aplicarse todo el peso del Estado para poner en orden a dirigentes vivales, y que abusan de la necesidad de la gente para sacarlos a la calle a cambio de un terreno o una despensa. Eso no se vale y esos corruptos seudolíderes sí deberían ir a la cárcel…”.
Vaya razonamiento. ¿Qué dirigentes vivales abusan de la necesidad de la gente? ¿Qué corruptos seudolíderes deberían ir a la cárcel? ¿Es un crimen que la gente adquiera un terreno o una despensa? Hágase claridad a usted mismo, Miguel Ángel Vargas.
La historia comprueba que las manifestaciones nunca le han pedido permiso a nadie para llevarse a cabo, es gracias a las manifestaciones y protestas en las calles que millones de personas en el mundo gozamos de derechos primordiales.
El Congreso del estado de Puebla tiene que tratar con pinzas la iniciativa del diputado Fernando Sánchez Sasia. Es un tema delicado que se puede salir de control si no hacen bien las cosas en este caso.
Los poblanos tenemos que estar vigilantes de este hecho, porque si se aprueba sería un duro golpe de la clase gobernante contra los ciudadanos.
Y aunque la maquillen con palabras bonitas, la propuesta del morenista Fernando Sánchez es un atentado contra el derecho a la manifestación y a la libertad de expresión. Se tenía que decir, y se dijo.
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