Nuestro país se identifica, en el extranjero, por muchas características positivas, pero al interior de México también se proyecta como un país con muchas carencias y adversidades contra las que difícilmente se puede luchar; inseguridad, guerras, carestía, pobreza, pero una etiqueta que se tiene al interior, y en un gran porcentaje al exterior, es que se tortura, asesinan, desaparecen y ocurren otras tantas acciones en contra de las mujeres.
Hay demasiados casos que se pueden referir, y esto se puede tomar como un tema actual o aislado, pero no es así, ya que este viene de muchos años atrás, basta recordar a muchas mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, cuando era común escuchar casos de aquella ciudad fronteriza, pero esto ya se ha agudizado en todo el territorio nacional. La violencia contra las mujeres se ha analizado y resaltado como un problema social.
Esta situación tiene con temor a muchísimas mujeres, de todas las edades, de todos los sectores, con el temor de que salen de su casa a estudiar, a trabajar o hacer la despensa, pero no sabiendo si regresarán con bien a su hogar, con su familia. Es un tema que parece muy complicado para la sociedad mexicana, pero que es una realidad, una situación que viven a diario demasiadas mujeres preocupadas por su integridad y por la justicia que se aplica en México, esa justicia que pareciera que no existe y que tiene en la calle, en libertad, a muchos violadores, a muchos que han desaparecido a una mujer.
Es en este escenario en el que se genera una discusión, si es realmente efectiva la justicia de cada entidad, la justicia en México, pues es realmente un panorama desalentador para una cantidad enorme de mujeres de cada estado, de cada municipio, de cada región.
Este término de feminicidio puede compararse en asesinatos de hombres, pero hay mucha diferencia en los motivos de asesinar a un hombre o a una mujer, pues a las niñas, jovencitas o mujeres adultas, se les ha asesinado o violado por eso, por ser mujer, en cambio a los hombres se les ha atacado por otros motivos, pero resulta contundentemente diferente cada caso, esto hablando de manera general, ya que hay casos particulares.
Esto sin duda, pone en un momento complicado para el país, para las mujeres que en él habitan, y es que cada región o municipio es diferente nivel de inseguridad para las mujeres, pero nadie o ninguna fémina puede decirse segura en su comunidad o colonia, y esta etiqueta de país feminicida es muy complejo.
El país tiene este problema, pero lo que es una realidad, es que las razones por las que hay hombres y mujeres que atacan, violan o asesinan mujeres pueden ser muchas, pero lo que es una realidad es que muchas de las respuestas para erradicar o aminorar este inconveniente, están en el hogar, con una educación integra para niños y niñas, que es demasiado importante.
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