La riqueza que genera la economía de México es enorme, no obstante, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la posiciona como la doceava más grande del mundo, sin embargo, esa inmensa riqueza está concentrada en unas cuantas manos, situación que se contrapone ampliamente con el ingreso del que disponen millones de hogares para subsistir, lo que convierte al país como uno de los más desiguales del mundo.
Por ejemplo, el hogar más pobre de nuestro país tiene un ingreso promedio de 13 mil 411 pesos trimestrales, es decir, 4 mil 470 al mes, en contraste, las viviendas más acaudaladas disponen de 15 veces más recursos, exponen los datos de la última edición de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Esta desproporción de ingresos y bienestar en nada afecta a las familias más acaudaladas quienes viven en enormes y hermosas mansiones. Los vecindarios de la clase alta rara vez colindan con pobres. Naturalmente, los ricos tienden a estar rodeados de clases medias altas y los pobres de clases medias bajas. La brecha de desigualdad y oportunidades que separa a ricos y pobres, sigue siendo muy enorme, y de acuerdos a las últimas lecturas de expertos en economía, esta aberrante miseria se está enraizando más y más, lo que ha llevado que poco más de la mitad de la población mexicana viva en pobreza y pobreza extrema.
En contraste México es de los más ricos del planeta, pero también alberga a más de 90 millones de pobres, asimismo, el 47 por ciento no pueden alimentarse correctamente, eso ha provocado que cada año miles de personas enfermen y mueran porque no tienen una ingesta suficiente ni adecuada de alimentos, como resultado principalmente de las persistentes condiciones de pobreza, rezago social, marginación y discriminación que privan en todo el país. Así también el 39.2 por ciento de la población vive sin acceso a una institución que le permita cuidar su salud y en educación ni se diga, nuestro país ocupa el deshonroso lugar 51 de 81 países evaluados con resultados inferiores a sus estándares en matemáticas, lectura y ciencias, pues claro, que rendimiento pueden tener muchos estudiantes humildes que no tienen acceso a una alimentación balanceada y nutritiva.
A grandes rasgos, la pobreza en México ha persistido a lo largo de su historia. Aunque el país ha experimentado un crecimiento económico en las últimas décadas, sus beneficios no se han distribuido de manera equitativa. Esto se refleja en las estadísticas de pobreza, que indican que una proporción significativa de la población sigue viviendo en condiciones precarias. En otras palabras, aproximadamente 36 de cada 100 personas presentan al menos una carencia social y tienen un ingreso mensual insuficiente para adquirir algunos cuantos artículos de la canasta básica alimentarias.
No obstante, el lema de “primero los pobres” del gobierno de la cuarta transformación no se ha reflejado en la disminución de esta problemática social nos vendió durante la campaña a la presidencia de la república, no se ve avances y menos ahora que el gobernante de Palacio Nacional está a escasos meses de concluir de mandato presidencial. Las causas de la pobreza son obvias, pero lamentablemente en la política de la “transformación” han sido totalmente ignoradas.
Nuestro país es grande y rico, míseramente los políticos usan a los pobres como capital político a cambio de dádivas e incluso son los primeros a los que olvidan, como se ha podido ver en estos últimos cinco años de gobierno morenista, en donde la gente más necesitada está perdiendo todo y siguen siendo ignorados por el gobierno federal. La errática política social y la desafortunada actuación de la 4T está sumergiendo a millones de personas en pobreza y pobreza extrema. Por eso llamo a los desamparados y marginados de nuestra querida patria para que se sumen a la lucha de Antorcha, para que más temprano que tarde logremos cambiar el estado de cosas que nos agobia y limita a vivir como seres humanos.
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