Aunque oficialmente el proceso electoral federal arrancó el 7 de septiembre, fecha en que el Instituto Nacional Electoral (INE) emitió su declaratoria de inicio de las acciones para la sucesión presidencial, elecciones de diputaciones federales y senadurías, todos los mexicanos hemos sido testigos de la desbocada carrera que numerosos personajes han disputado, con todo, el privilegio de poder ser ellos los abanderados de las distintas coaliciones hechas exprofeso para pelear el poder político de este país.
Esta carrera desbocada por el poder la han hecho con todo, empleando desde descalificaciones personales, uso indiscriminado de los programas sociales, hasta atropellos a la ley electoral; no hay que dejar de lado, que uno de los puntos principales era llevar a cabo las asambleas en lugares cerrados, pero algunos de los aspirantes no se cansaron de presumir músculo para intimidar a sus compañeros.
Así, los mexicanos vimos eventos multitudinarios que nada tenían de asambleas informativas, sino más bien, verdaderos eventos de campaña electoral vendiendo a los asistentes y a quien les llegaba la nota, no solamente el discurso, sino también evidenció el poder que los impulsa y por tanto los intereses políticos que representa.
En el caso de las llamadas “corcholatas”, no dejaron de presumir una y otra vez los logros alcanzados por el gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación, en particular, del “avance” en el combate a la pobreza, anunciado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), los primeros días del mes de agosto, haciendo todo a su alcance por congraciarse con el Presidente de la República.
Cada uno a su modo, resaltó que gracias a los programas implementados por el presidente López Obrador, más de ocho millones de mexicanos salieron de la pobreza y hay una mejora económica en las familias, por ejemplo, Claudia Sheinbaum Pardo, dijo que “el presidente ha hecho una hazaña en estos años, pero todavía hay cosas por hacer, hay que ponerle un segundo piso a la Cuarta Transformación, y que quede claro en la encuesta que se quiere la continuidad de la transformación”.
El ex secretario de gobernación, Adán Augusto López, no quiso quedarse atrás y presumió las cifras sobre la reducción de mexicanos en pobreza y llamó a hacer un último esfuerzo para acompañar al presidente Andrés Manuel López Obrador en el cierre de su gobierno, “nunca antes en la historia de México un gobierno se había ocupado y preocupa tanto en ello, en los pobres, y vamos por más, porque se trata de consolidar una política social que ya está en marcha que es lo que significa la Cuarta Transformación”, dijo.
De lo que se trata con la difusión de los datos del Coneval, es de afianzar a la Cuarta Transformación, esa que llevó a los mexicanos, primero, a una austeridad republicana, que suprimió el Seguro Popular, las guarderías infantiles, los comedores comunitarios, escuelas de tiempo completo, por mencionar algunos, y posteriormente, a una pobreza franciscana que poco se dice; provocó un incremento en la falta de cobertura médica entre los sectores populares, ya que de 2018 a 2022 pasó del 16.2 por ciento al 39.1 por ciento de la población sin este servicio, como resultado de la transición fallida del Seguro Popular al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) justo en medio de la pandemia.
En el caso de las llamadas “corcholatas”, no dejaron de presumir una y otra vez los logros alcanzados por el gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación, en particular, del “avance” en el combate a la pobreza, anunciado los primeros días del mes de agosto
Otra de las áreas afectadas, sensiblemente, según el informe del Coneval pero que poco se difunde, es la educación, que incrementó en su rezago 0.2 por ciento. Y aquí, a diferencia de las otras carencias del Índice de Privación Social que hacen referencia a bienes materiales, la condición humana no se recupera tan fácilmente. Basta recordar que durante la pandemia de Covid-19, millones de familias mexicanas tuvieron a sus hijos en casa tomando clases durante el confinamiento y que la mayoría de estos hogares no tenían la tecnología apropiada para que sus niños tomaran las lecciones del día, desde un móvil o computadora y mucho menos contaban con servicio de internet; además, millones de adultos que asistían a las aulas para aprender a leer y escribir, dejaron de hacerlo a partir del 2020.
Estos aspectos tan importantes para la vida material y espiritual de millones de mexicanos, le tienen sin cuidado a los defensores del gobierno federal en turno, principalmente, al Presidente de la República que ha declarado sentirse muy bien, hasta presumir la “reducción” de la pobreza y desigualdad en México, afirmando que “con su gobierno, así como a los pobres, a las empresas y bancos, les ha ido bien, arriba los de abajo, que no significa necesariamente abajo los de arriba".
Pero esos datos del Coneval que tanto alaban el gobierno federal y los gobiernos estatales, dice el doctor Julio Boltvinik, destacado estudioso de la pobreza e investigador en el Colegio de México, están minimizados, que el método utilizado para determinar la pobreza es equivocado, las cifras de disminución de la pobreza, están hechas para maquillar el problema y presentarlo como algo menor, que no llega a alcanzar a la mitad de la población mexicana; sin embargo, si se suma la población clasificada como vulnerable (gente sin recursos económicos suficientes para resolver sus necesidades) más la clasificada como pobre, suma un porcentaje de 72.9 por ciento de mexicanos pobres a nivel nacional y no el 36.3 por ciento que reconoce el Coneval.
Entonces las cifras se falsean y se hacen a modo, precisamente en un momento crucial, justamente para el Quinto Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero también de la legitimación con una encuesta -a modo- del personaje que dará continuación a la Cuarta Transformación, según lo dicho por los mismos aspirantes.
En todo esto, no ha importado el costo económico ni de cualquier otro tipo para armar un entramado que ante el pueblo de México muestre un rostro democrático y progresista del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); de lo que se trata es de la permanencia en el poder, no importa que la terca realidad y las estadísticas independientes digan lo contrario.
Por nuestra parte diremos que, la pobreza y desigualdad se han agudizado para los desfavorecidos de siempre, porque no son las estadísticas, es la realidad la que demanda mayor y mejor atención a los problemas de obra social, de seguridad, salud, educación, deporte y cultura, que de masificarse disminuirá verdaderamente la brecha existente.
Los escandalosos recursos utilizados en campañas anticipadas y afianzamiento de la “corcholata” oficial ganadora de la encuesta, pone de manifiesto que no son primero los pobres en el bienestar, sino los intereses de la clase política en el poder que se resiste a dejarlo y para ello no le importa el despilfarro ni dejar sin obras y servicios a los necesitados de siempre.
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