Por la situación de crisis económica y pandemia que vivimos en el país, estos problemas sociales son tema de noticia de todos los días, escuchamos derivado de las famosas mañaneras, declaraciones que provocan desencanto y malestar en lugar de esperanza, recordamos claramente el hecho de que López Obrador a manera de chunga, de ocurrencia dijera al inicio de las muertes por covid-19, que tenía estampitas para impedir que el contagio nos llegara, o que López-Gatell dijera que no prosperarían los contagios, que si llegaríamos a los 60 mil fallecidos sería una verdadera tragedia, y la tragedia se duplicó, luego pasaron a la explicación de gráficas y afirmaban que se estaba "domando la curva&rdquo, lo decían ambos políticos arriba referidos con flemática aseveración y criticando abusivamente a quien se atreviera a dudar o sostener otros datos condenándolos desde su puesto de poder. Finalmente al apretar el fin del año 2020 la pandemia, reconocía el gobierno lo grave del contagio, pero que dejaban libertad al ciudadano para escoger si salía o no de su casa, es decir, evadir su responsabilidad como gobierno, porque en realidad con ese discurso nos dejaron claro las autoridades que la pandemia no es asunto de estado, que no va a gastar en apoyos alimentarios para el desempleado ni para pequeños inversionistas y nos condenó como sucede hasta la fecha a quedarnos en casa a morirnos de hambre, y a los pequeños y medianos negocios a la quiebra como lo han expresado manifestaciones de gente humilde que pide ayuda alimentaria por no tener trabajo: taxistas, restauranteros, inversionistas del turismo, etc.
Recordemos que vivimos en zozobra el cierre del año 2020, sin que pararan los contagios y muertes, sin medicinas suficientes en hospitales y sin equipo de protección adecuado y suficiente a los doctores y enfermeras para atender a los contagiados que acudían desesperadamente a salvar su vida, de los cuales muchos no lo lograron. Hasta la fecha seguimos en problemas, la suma de muertos reconocidos en la estadística oficial suma más de 177 mil en el país.
Pues bien, ante este panorama se informó por el presidente un plan de vacunación donde el sector salud sería el primero en cubrirse, así llegaron las primeras 3 mil dosis el 23 de diciembre pasado, jefes de Estado, ejército y una nube de reporteros recibió en el aeropuerto con gran escándalo esta primera dotación, pero este trompetazo mediático se apagó ridículamente enseguida; la farmacéutica Pfizer anunció que se veía obligada a reducir a la mitad las dosis pactadas (que según Pfizer dejó de funcionar su planta en Holanda y el Presidente no dijo ni pío), dejándonos sin posibilidad de concluir la primera fase. Se anuncia ahora una segunda etapa que contempla a los adultos mayores, pero, ¿qué certeza tenemos de contar con las vacunas? si la mayoría de las farmacéuticas con las que se pactó la dotación son empresas privadas y en alianza con los países ricos, y nos pueden dejar colgados de la brocha como ya lo hicieron en diciembre. Ahora en la implementación de la segunda etapa (ni siquiera se termina la primera) se inició con un nuevo empadronamiento, surgió una página de la cual la población no sabía nada, hasta que los directivos de salud reconocieron la existencia de una plataforma, que, por cierto, sigue funcionando mal; dice Gatell que por la saturación de llamadas (creemos que es por la ineptitud de los encargados de dicha plataforma). Se agregan problemas señalados por estudiosos del tema que alertan de buena fe con posibles fallas, como Brasil Acosta Peña, doctor en Economía, que afirma que sólo el 35% de adultos mayores pueden tener acceso a dicha plataforma, por la condición de pobreza que viven muchos de ellos ¿qué pasará con el resto?
Llama la atención que una vez registrado el adulto mayor va a recibir una llamada de un "siervo de la nación” para ubicar su vacunación; pregunta, ¿qué tiene que ver un ciervo de la nación con el sector salud? Dígame usted amable lector, ¿no se presta a que al final llamen sólo a la persona que les convenga y usen esa llamada para la oficial inducción del voto? Claro que sí.
Por otra parte, para cubrir a toda la población de 126 millones de mexicanos, se requieren dos aplicaciones por persona (así lo marcan los laboratorios para hacer más efectiva su vacuna); ocupamos 252 millones de dosis, el Gobierno federal dice que pactó con 5 farmacéuticas, que enviarán progresivamente hasta diciembre de 2021, la cantidad de 174 millones 208 mil 450 dosis que alcanzará para vacunar a 87 millones 104 mil 225 mexicanos, surgen dos interrogantes ¿Qué pasará con el resto de población? ¿Qué vamos a hacer en caso de que nos fallen los contratos como sucedió con Pfizer? No sabemos, mientras seguirán los contagios y muertes.
Aquí en San Luis Potosí no escapamos a la problemática mencionada, llevamos 4 mil 274 muertes. Mucha gente sin empleo, la que lo conserva tiene que salir a trabajar para llevar el gasto a su casa y se pone en riesgo de contagio. Tenemos cada vez más negocios en quiebra o protestando para que se dé apoyo u oportunidad de funcionar para no caer en la ruina. A decir de las autoridades, únicamente recibimos poco más de 12 mil dosis que básicamente se aplicaron en el sector salud y nos falta mucho para cubrir los 2 millones 717 mil 820 habitantes del estado. De ese tamaño es el problema y todavía insiste el presidente López Obrador en el uso político e inescrupuloso de la pandemia. Por eso afirmamos que el plan de vacunación es incierto y con manipulación política descarada. En la 4T vimos que además de su poco interés en resolver seriamente la pandemia se pelearon hasta con la cubeta los líderes de tribus y facciones por aparecer en la boleta de votación del próximo 6 de junio. Por eso el llamado a todos los potosinos y ciudadanos del país, antorchistas y amigos en general, a que razonemos y entendamos que sólo unidos y muy conscientes, vamos a lograr poner un gobierno que sí luche por los intereses de toda la ciudadanía y nos comience a sacar seriamente del hoyo en que nos ha metido el gobierno en turno.
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