MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los pobres son más pobres, pero AMLO dice que "vamos avanzando”

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Los precios de las mercancías no han dejado de subir desde hace mucho tiempo, en junio de 2022, la canasta básica alcanzó la cifra de 2 mil once pesos, una variación anual del 12.2 por ciento, según un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (C0NEVAL), el incremento a los precios de los productos básicos es una constante en los últimos meses.

El Gobierno federal estableció un programa en contra de la inflación, que se denomina Programa Alimentario contra la inflación y la carestía (PACIC), pero este plan no ha funcionado y aun así el presidente Andrés Manuel López Obrador se atreve a decir que reforzará su plan con los acuerdos que tiene con los empresarios de los alimentos, y en su mañanera del 29 de julio vuelve con su optimismo que ya resulta insultante, nos miente una vez más, dice que “vamos avanzando”, que la economía registro un avance y entonces vamos “requetebién”.

La inflación es el alza en los precios de productos y servicios. En México es un fenómeno que azota especialmente a las clases trabajadoras, pues su nivel de ingresos es mínimo y el poder adquisitivo del salario lejos de incrementarse como todos esperamos que suceda, se reduce aceleradamente.

Otra vez vemos que López Obrador oculta  la realidad, sólo a él se le ocurre que la única forma de evitar la catástrofe es mintiendo y recetándonos optimismo, repitiendo que todo está bien, a pesar de que la inflación que estamos viviendo en la primera quincena de julio se ubicó en 8.16 por ciento.

La crisis económica que estamos viviendo en México, la peor desde hace más de 20 años, amenaza con profundizarse y llegar al grado de la hambruna, es cierto que es un fenómeno global, o sea que afecta a otros países y que ha sido agravada por fenómenos como la covid-19 y la intervención militar de Rusia en Ucrania; sin embargo, la economía mexicana es una economía enferma desde hace mucho tiempo y se ha acelerado por la miopía e ineptitud del gobierno de la Cuarta Transformación.

El pueblo trabajador sufre los efectos de la inflación, de la crisis, sin necesidad de estudios especiales en economía y medición de indicadores estadísticos de la pobreza, sabe que estamos viviendo una terrible inflación y crisis económica; sabe que nuestra economía depende de la economía norteamericana y sabe que si al vecino del norte le va mal a nuestro país también le va mal, también sabe que la economía norteamericana está en crisis, que ya no es la mejor alternativa.

El Gobierno federal prometió que acabaría con el modelo económico neoliberal, a sus adversarios les endilga el epíteto de conservadores y neoliberales; sin embargo, López Obrador  no ha cumplido su promesa de transformar el modelo económico ni ha superado a sus antecesores, al contrario sus medidas económicas son de mero corte neoliberal, recordemos que el neoliberalismo es profundamente anti popular, que ha ido eliminando todos los programas sociales que tengan que ver con las mejoras sociales en vivienda, salud, educación, alimentación, obra pública. 

Esta política la ha continuado y profundizado el gobierno de la Cuarta Transformación, los resultados están a la vista de todos, en lo que va del sexenio el número de pobres ha crecido y los pobres son más pobres todavía, por otro lado, la política económica del presidente ha privilegiado a los grandes magnates, a los dueños del dinero, haciendo que sus capitales crezcan a niveles exorbitantes, por ejemplo el grupo Carso, propiedad de Carlos Slim, el hombre más rico de México y uno de los más ricos del mundo, en lo que va del  año rompió su propio récord y alcanzó la friolera de 1.88 billones de dólares, una cantidad que no podemos ni siquiera imaginarnos.

El contraste es terrible, la inmensa mayoría de los trabajadores mexicanos no cuentan con un salario que soporte la inflación, a los trabajadores ya no les alcanza ni siquiera para la canasta básica.

Se impone la necesidad de un nuevo modelo económico que realmente beneficie a la clase trabajadora, que logre una redistribución de la riqueza social, lo cual puede lograrse en primer lugar con la creación de nuevas fuentes de empleo bien remuneradas, que se incremente el salario a cuando menos lo que vale la canasta básica; que se implemente una política fiscal en la que se establezca que paguen más impuestos los que obtengan mayores ingresos y menos los de menores ingresos, además que se reoriente el gasto social, con el fin de elevar la calidad de vida de las familias trabajadoras, que se destinen recursos no para obras faraónicas sino para obras prioritarias de vivienda, salud, educación, servicios básicos a la población como agua potable, drenaje y electrificación.

Está claro que el gobierno de la Cuarta Transformación no se propone lograr esos objetivos, a más de la mitad del sexenio ya demostró que sus intereses son otros, ajenos a los del pueblo trabajador, por eso no le queda más remedio que el falso optimismo, el engaño de lo que realmente está sucediendo con la economía de nuestro país.

Al pueblo de México no le queda más remedio que dejar de creer en falsos redentores y comprenda de una vez por todas, que sólo puede confiar en su fuerza para defender sus intereses, no le queda más opción que la lucha y la organización.

 

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