Las promesas deben cumplirse, por eso cuando esto no sucede y quienes incumplen son los gobernantes, a quienes dimos nuestro voto de confianza, debemos denunciarlos porque ellos están para servir a la sociedad.
Y esto precisamente está sucediendo en la Ciudad de México, que parece que está abandonada, pues la gobernadora en turno, Claudia Sheinbaum está más preocupada por agradar al inquilino de palacio nacional que en cumplir con su deber y dar la batalla a los problemas sociales que nos invaden, como la inseguridad, pobreza, falta de servicios básicos, transporte eficiente y seguro, entre otros muchos.
La señora Sheinbaum no ha sabido gobernar, le quedó el puesto muy grande, y mucho menos gobernará ahora que anda preocupadísima tratando, por todos los medios, de continuar como la corcholata favorita de Andrés Manuel López Obrador.
Se creyó, muy en serio, eso de que podría llegar a ser presidenta y ahora se siente soñada e incluso se gasta los recursos públicos en placearse por distintos estados de la república para ganarse la simpatía de todos los mexicanos; claro, por lo visto no recuerda que, a pesar de todas las promesas que hizo en nuestras comunidades cuando andaba en éstas tocando la puerta de los habitantes para pedirles su voto, han sido olvidadas por ella, y hoy, a cuatro años de su fallido gobierno, miles de familias padecen la falta de servicios básicos a lo que todo ser humano tiene derecho.
A cuatro años de su gobierno, la Ciudad de México continúa con ingobernalidad, porque la señora que despacha en esta jefatura, al parecer, no le ha caído el veinte de la gran responsabilidad que tiene a cuestas y sigue atenida a las órdenes que le da su jefe mayor, Andrés Manuel López Obrador, es por eso que se ha ganado ser reprobada por los capitalinos
A los capitalinos les duele la violencia e inseguridad que los acecha, la falta de servicios públicos básicos, las inundaciones que se padecen constantemente y la falta de vivienda, el abastecimiento del agua, la corrupción que impera que dejan al descubierto el fracaso del gobierno morenista en turno.
Como dice el dicho, deberíamos experimentar en cabeza ajena; sin embargo, a los capitalinos les ha tocado enfrentarse a toda esta serie de gobernantes cuya ineptitud sobrepasa los límites.
Ante esto, es necesario que se ponga mucha atención a quienes damos nuestro voto de confianza, tener muy en claro que quien se sienta en la silla del poder manejará los recursos públicos, por lo que este debe ser un personaje realmente honesto y preocupado por la sociedad.
No debemos volver a equivocarnos; los tiempos demandan ser más conscientes y apuntar más nuestro tino en las decisiones que tomamos y los gobernantes que elegimos.
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