La consulta popular es uno de los tantos distractores que ha lanzado el gobierno emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para desviar la atención del pueblo de los muchos problemas que aquejan a México y que no se atienden, como: la mala atención de la pandemia que hoy se vuelve a activar con la tercera ola de la covid-19, que nuevamente está aumentando los contagios, saturando los hospitales de enfermos y aumentando el número de muertos, sin que se vea un plan firme del gobierno federal para controlar la pandemia; sigue él desabasto de medicinas y los padres de los niños con cáncer siguen protestando en la calle sin que se les escuche y mucho menos se atienda su justa demanda; la violencia se extiende por el territorio nacional, más de 100 muertes diarias sin que la política de “abrazos y no balazos” de resultado alguno y no hay cambio de estrategia; el gobierno de la 4T, en lugar de resolver problemas, crea nuevos, como al inicio del sexenio, que su combate al “huachicol” creo un grave desbasto de gasolina, ahora que según López Obrador pretenden controlar el precio del gas, ha generado paros de los distribuidores en varias partes del país, que ha hecho que miles de gentes no puedan abastecerse de este combustible y podemos seguir enumerando las muchas erráticas políticas públicas del señor presidente, que han causado más dolor y pobreza.
En su acendrado afán por desviar la atención de los mexicanos hacia cosas muy diferentes de los graves problemas que no resuelve, el promotor de la 4T Andrés Manuel López Obrador, sigue generando medidas distractoras, cada vez más incongruentes.
Hace poco y tal como se veía venir, la famosa consulta popular del promotor de la 4T Andrés Manuel López Obrador, fracasó rotundamente y ya no se enjuiciará a los expresidentes de México al participar únicamente el siete por ciento del electorado de acuerdo a datos proporcionados por el Instituto Nacional Electoral. Fracaso porque la mayoría de los electores sabe que la aplicación de la ley no se consulta, se aplica y si los expresidentes o cualquier mexicano viola la ley, hay que castigarlo sin consultar a la población.
El gobierno de la 4T necesita desviar el foco de los verdaderos problemas nacionales para seguir conservando su popularidad, no le importa el costo que tengan que pagar los mexicanos, no le importa tirar a la basura más de 500 millones de pesos que costo la consulta, que era inútil y resulto un verdadero fracaso. Ese dinero se pudo utilizar para resolver demandas acuciantes de los muchos pobres que necesitan medicamentos y atención médica. De acuerdo con el Inegi y el Coneval, tenemos hoy la mayor cifra de pobres de toda la historia del país: 55.7 millones, pero estos y otros problemas no están en la agenda de López Obrador, prefiere seguir con sus shows mediáticos para distraer a los mexicanos. Afortunadamente, no toda la población cae en sus mentiras y la prueba son los malos resultados de esta consulta.
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