Las consecuencias de las malas políticas que ha implementado el Gobierno federal durante todo el sexenio afectan a los mexicanos, principalmente a las clases trabajadoras, sobre todo porque la situación económica de miles de trabajadores se agrava día con día.
Por eso, millones de familias trabajadoras, no sólo en México, sino en todo el mundo no pueden resolver sus necesidades mínimas de alimentación.
En México, de acuerdo con la Encuesta de Ocupación y Empleo del Inegi, correspondiente al mes de octubre del 2023, hasta ese mes, de una población total ocupada de 59.4 millones de personas, 32.9 millones laboraban en la informalidad, 550 mil más que en 2022.
Es decir, el 55.4 % del total de las personas ocupadas, por su situación laboral, no tiene acceso al sistema formal de seguridad social, particularmente servicios de salud, pero tampoco financiamiento de vivienda, ni aportaciones a su cuenta individual de retiro, lo que representa un grave problema estructural.
De todos los que laboran en la informalidad, todos ellos viven al día; algunos, si bien les va, tienen una comida al día; su vivienda está en pésimas condiciones y ni siquiera se dan el lujo de pensar en acudir a las unidades médicas del sector Salud.
Por otra parte, el 1 % de los millonarios concentra gran parte de la riqueza mundial. Quizá no imaginamos tal riqueza porque estamos acostumbrados a vivir siempre con carencias, que nos limitan a lo que podríamos realizar si esa riqueza se distribuyera de forma equitativa.
Es nuestra obligación, y la de todos aquellos que observamos cómo empeora la situación del pueblo trabajador conforme pasan los días, elevar la voz junto a la de millones de mexicanos preocupados por la sobrevivencia de todos; por ello debemos exigir, pues es necesario que el Gobierno federal implemente con urgencia un programa alimenticio nacional dirigido a todos los trabajadores sin ingresos fijos y que tampoco reciben alguna ayuda oficial.
Urge que se destinen los recursos necesarios a la población desprotegida; debe hacerse de manera urgente y sin distinciones; debe hacerse ya, si no se hace así, el país seguirá caminando rumbo a un irremediable estallido social que nadie quiere.
La campaña electoral no tiene nada nuevo que ofrecer más que seguir con los programas sociales centrados en las transferencias monetarias, y seguirán culpando al pasado por la incapacidad manifiesta de gobernar, porque en los últimos cinco años del sexenio todo ha empeorado.
Es necesario que el Gobierno federal implemente con urgencia un programa alimenticio nacional, dirigido a todos los trabajadores sin ingresos fijos y que tampoco reciben alguna ayuda oficial.
Ahora son mayores los problemas de inseguridad; sigue la falta de medicamentos en hospitales; el alza en la gasolina y otros combustibles; los alimentos son inalcanzables para las familias, quedando claro que la democracia y la alternancia de los partidos no son la solución a los problemas del país.
El pueblo de México debe politizarse: para descubrir las maniobras y la manipulación, que se han perfeccionado con la 4T. Al mismo tiempo, debe sumarse a la creación de una gran fuerza social que encabece un partido de nuevo tiempo, con su participación real, que no se limite sólo al día de la elección.
Llamamos a todos los mexicanos a unirse y exigir atención; es necesario hacerse oír. Los antorchistas estaremos a su lado tendiendo nuestra mano fraterna; quienes nos conocen, saben que nuestra hermandad y solidaridad es permanente con los humildes, y hoy no será la excepción.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario