El próximo 10 de abril se realizará la revocación de mandato, una consulta donde el principal interesado es el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su partido, Morena, mientras que las principales víctimas de ese proceso electoral son los propios seguidores de Morena porque están violando sus derechos, ya que eligieron a López Obrador por un periodo de seis años.
Así, con esta consulta popular, López Obrador y Morena pisotea los derechos de casi 30 millones de mexicanos, aquellos que en 2018 lo eligieron por un sexenio para que los gobierne.
Luego, López Obrador es otra víctima de su propia iniciativa de revocación de mandato, ya que de acuerdo con el artículo 14 constitucional “a ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho”.
En otras palabras, la revocación de mandato, por ley debe aplicarse hasta después de la elección presidencial de 2024, concretamente hasta 2027. El presidente López Obrador debió tramitar un amparo o una acción de inconstitucionalidad, porque se están violando los derechos adquiridos de los que votaron por él; es decir 30 millones de mexicanos.
Lo anterior significa que López Obrador viola la ley porque le interesa que sea ratificado por sus seguidores, legitimar lo que le resta de su gobierno para seguir lastimando, sobre todo, a los más pobres, ya que es por todos conocidos, no hay obra pública, no se construyen clínicas ni hospitales, escuelas, al contrario; lo que si abunda es la entrega de recursos y apoyos de manera clientelar.
La consulta popular es un ejercicio amparado en la constitución mexicana, en el cual es promovida por los ciudadanos debido a que se encuentran inconformes con su gobierno. Aunque también por el congreso a solicitud de los ciudadanos, como mínimo, el 2 por ciento del padrón electoral.
Sin embargo, con artimañas, el presidente justificó que la consulta popular, al tener mayoría en el congreso, era para que aquellos inconformes participaran y votaran en su contra. En esta ocasión, Morena recabó las firmas de los ciudadanos inconformes, en un proceso tan poco claro, que el INE tuvo que rechazar casi el 25 por ciento de las firmas.
López Obrador ha vendido la idea de que la revocación de mandato es un ejercicio de democracia participativa. Según él, debe ser respaldado por la mayoría para seguir gobernando y ha señalado que en el gobierno de Peña Nieto, la mayoría no aceptaba su gobierno, sin embargo, tuvo que estar un sexenio. Ahora, afirma, que los mexicanos tienen la posibilidad de que, si ya no avalan su gobierno, con la consulta de revocación de mandato, lo pueden rechazar.
En los hechos, el presidente ha pasado de campaña en campaña. En sus mañeras, realiza campañas durante la semana, con sus giras también anda en campaña.
El gobierno de López Obrador es especialista en estos ejercicios, porque de atender los problemas que aquejan a los mexicanos no ha tenido resultados, y los datos del Gobierno federal lo demuestran; aumentó la pobreza, incrementó la violencia en todo el país, no supo atender la pandemia de covid-19, canceló el programa de Escuelas de Tiempo Completo, no ha atendido la demanda de salud, entre los principales. Pero a vista de López Obrador, el país va bien y está en paz.
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