Como organización, en Sonora iniciamos una año más de trabajo ideológico, organizativo y gestoría al lado de nuestra gente; los sencillos, los humildes, los olvidados de siempre, que hoy continúan padeciendo en sus hogares complicadas penurias económicas, sanitarias, de inseguridad y laborales, porque en la mayoría de los hogares sonorenses no se han materializado los buenos propósitos de los discursos oficiales de los gobiernos anteriores y actuales, por eso nuestra actividad diaria es más necesaria que nunca, nuestros ideales cobran mayor fuerza y nuestros trabajo de gestoría se vuelve necesario, todo esto no como un fin en sí, sino como un medio para lograr nuestras metas como movimiento social que nos hemos trazado.
Mientras las grandes carencias históricas sigan lacerando al pueblo humilde y abandonado de Sonora, ahí estaremos pendientes los antorchistas para gestionar su solución, tocando las puertas de las oficinas de las autoridades de los tres niveles de gobierno hasta que se resuelvan. No podemos permanecer indiferentes al borde del camino, contemplando la gran injusticia y desigualdad social que carcome a millones de mexicanos y no hacer nada, ahí están los objetivos y crudos de nuestra realidad mexicana, la queramos ver o no, ahí está en nuestras vidas cotidianas; la economía anual cerró en diciembre pasado con una tasa de inflación del 7,36%, la más alta en los últimos 21 años. Hay 14 millones de familias que no tienen medios para comprar o construir una vivienda, situación que empeoró en los últimos años. Se cometieron 26,124 homicidios dolosos y 41,075 robos con violencia de septiembre a enero del año pasado. Por pandemia o problemas económicos, 5.2 millones de alumnos de todos los niveles educativos no continuaron con sus estudios en el año 2021. El 26% de las viviendas no tienen acceso a los servicios básicos, representando más de 14,5 millones de hogares. A nivel nacional, entre el año 2018 y 2020, se observó un aumento de la población con carencia por acceso a los servicios de salud de 20.1 a 35.7 millones de personas. El 80% de la población en México usa transporte público inseguro, de mala calidad y caro. Hay 31.4 millones de personas que trabajaron en el empleo informal. El poder adquisitivo del salario sufrió su peor caída de los últimos 4 años, la inflación del 7,37% anuló los esfuerzos por mejorar los ingresos de los trabajadores. El índice de los precios de los alimentos de la FAO alcanza el nivel más elevado de los últimos 10 años en 2021. Esta realidad, descrita con algunos datos publicadas en medios de información serios, ¿puede hacer a un México feliz, feliz? Solo un fanático trasnochado, con falta de una dosis de criterio, puede seguir aplaudiendo a un gobierno de cuarta que nos está llevando a un caos social.
En los últimos tres años de gobierno, las administraciones municipales salientes y el gobierno federal no hicieron prácticamente nada para abatir en serio este rezago histórico en cuanto a obras y servicios básicos en beneficio de las mayorías en Sonora y en todo el país, ahí están los olvidados que viven en comunidades y colonias marginadas en espera de que un día les vaya mejor. No podemos seguir aceptando los mismos argumentos de siempre de los funcionarios: “no hay dinero, no hay dinero”. Todos sabemos que los discursos y la atención de los burócratas, por muy elegantes que sean, no resuelven los problemas que padecen los ciudadanos en cada uno de sus hogares en que viven. Los abandonados de siempre y de hoy, siguen esperando que las oficinas de gobierno encargadas de los programas y apoyos sociales actúen en consecuencia y hagan llegar con prontitud y cantidad suficiente los apoyos que se requieran a quienes más lo necesitan, sin anteponer trabas burocráticas y filtros que seleccionan incorrectamente a los beneficiarios. Ahora es cuando se debe empezar a demostrar con hechos que el eje rector de los gobiernos son las mayorías. Vámonos a los hechos que por ellos conoceréis a los gobiernos y sus gobernantes, pues llegó el momento de pasar del discurso a las obras.
Los antorchistas de varios municipios del estado, incluyendo la capital, ingresamos en tiempo y formas los pliegos de peticiones el año pasado, para que nuestras demandas y necesidades que son muchas, fueran contempladas en el año 2022. Pues llegó el momento de acudir a las oficinas de los ayuntamientos a darle seguimiento a nuestros pliegos petitorios. Por eso, con motivo de inicio de año, convoco a todos los compañeros del estado, a mantenernos unidos, fraternos, dispuestos a continuar en la lucha en cada una de nuestras trincheras. En el transcurrir de los años nos han enseñado que las únicas acciones que cambian la realidad para beneficiar a las mayorías son las que emprenden esas mismas mayorías, el pueblo, la ciudadanía, los de abajo, los explotados, los humildes, los que producimos la riqueza social en este país y no la disfrutamos; continuemos dando la lucha por conseguir mejoras en obras y servicios, en un primer momento, hasta llegar a lograr un cambio profundo de raíz, que beneficie a cada uno de los mexicanos. Todos compañeros a cumplir nuestras tareas para fortalecer nuestro ideal y hacer triunfar nuestra lucha para mejorar nuestras condiciones materiales, adelante camaradas, las causas por las que luchamos ahí están, más vivas que nunca y por ellas vale la pena apostar la vida entera.
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