Con descaro se ha estado jugando con la población de la capital del país y de la nación entera respecto al culpable o culpables de la tragedia en el desplome de la Línea Dorada del Metro, y lo mismo ha venido ocurriendo en lo que toca al arreglo y puesta a funcionar nuevamente de este servicio de transporte, usado por 350 mil usuarios. La afirmación del presidente Andrés Manuel López Obrador de que bajo su responsabilidad y con su vigilancia en un año quedará en funcionamiento la Línea colapsada se antoja más una salida al fondo del problema que la verdadera solución: la justicia a las víctimas, el castigo a los culpables dentro de los cuales están señalados destacados miembros de su partido y gobierno, y, desde luego, el arreglo seguro con los estándares de calidad internacional que merece el que no se vuelva a repetir nunca jamás la desgracia del descarrilamiento de dos vagones que dejó 26 muertos y 80 heridos.
En tanto, hay que considerar y hacernos eco en todo el país, de los padecimientos de los 350 mil pasajeros para los cuales la Línea 12 era una solución en tiempo y economía para el traslado a sus diversas actividades diarias, y que ahora cargan a diario por el difícil traslado en tiempo a sus actividades; con desesperanza se preguntan ¿cuándo volverán a contar con el Metro?
La publicación de los primeros resultados de la investigación, del porqué se venció la trabe que sostenía el paso del convoy, es que fueron “fallas técnicas de origen”, y de acuerdo a esa investigación, ¿de quién es la responsabilidad? ¿quién construyó la obra? ¿Quién la supervisó? ¿quién la ordenó? Y posteriormente ¿porqué no se corrigió antes de la tragedia? pues a tiempo los propios vecinos advirtieron del peligro que a simple vista tenía el tramo elevado sin que las autoridades del Metro y sus superiores hiciera algo al respecto. Desgraciadamente no es el único caso denunciado por los usuarios, a saber, las malas condiciones en que funciona el Metro, y ¿por qué no se atienden? ¿Por qué no se le da mantenimiento al Metro? ¿esperan nuestras autoridades a que se dé otro accidente, para que reaccionen?
La razón del increíble desprecio y descuido a la seguridad de los pasajeros, lo señala y denuncia todo mundo: es la criminal política de “austeridad” del presidente López Obrador por recortar a su capricho recursos a servicios de primera necesidad como: a la salud, a las guarderías, a los niños con cáncer, al sistema del Metro para su mantenimiento, por mencionar algunas. No hay dinero y seguirán los recortes, porque al presidente se le ocurre que debe seguir destinando el recurso de nuestros impuestos para sus obras símbolo, la refinería Dos Bocas, el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía, y seguir tirando el dinero sin ton ni son, sin inteligencia, al barril sin fondo de Pemex, dejando en el abandono problemas más urgentes, para millones de mexicanos que son los que están pagando los recortes desmedidos e irracionales de López Obrador.
Los problemas que se padecen no solo en la capital de la República se agravan porque a la criminal política de austeridad se suma el descuido de las autoridades capitalinas. La Auditoría Superior de la Ciudad informa que del presupuesto del Metro no se gastaron el año pasado un mil 59 millón de pesos destinados al mantenimiento y a la operación del sistema, lo que deja al descubierto la indolencia de las autoridades de la capital sobre el mantenimiento de las 20 líneas del servicio usado a diario por 5 millones de pasajeros. Resumiendo. En este sexenio se la han recortado recursos al Metro, y los que hay, ni siquiera se utilizan.
Como era de esperarse, al estilo de Morena, a Florencia Serranía, directora del Metro, amiga por 20 años de la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, una de las responsables, por negligencia, de la tragedia del Metro; una de las responsables de los 26 muertos y más de 80 heridos, simplemente se le despide, sin que se le finquen responsabilidades por las muertes en la tragedia. Esa es la forma de gobernar de Morena, a los amigos todo se le perdona hasta lo criminal de sus acciones, no así a sus enemigos políticos, a quienes se les persigue y se les acusa, y en ocasiones incluso, se les calumnia, por la sencilla razón de que al presidente le resultan incómodos y molestos.
La “solución” del presidente de hacerse cargo de poner en pie la Línea Dorada, está en el método predilecto del jefe del ejecutivo: prometer para engañar y no cumplir y de paso quitarle culpas con un manto protector a los responsables porque son sus protegidos, sean políticos, como es el caso de la jefa de Gobierno, o sean empresarios, como es el caso de Carlos Slim, el hombre más rico de nuestro país.
No confiamos en las declaraciones y promesas hechas con respecto a la atención del Metro. En “El Universal” de fecha 30 de junio, se lee, lo que ya es conocido por millones de mexicanos, las miles y miles de mentiras de López Obrador, que citando a la consultora política SPIN, son casi 80 afirmaciones no verdaderas cada día las que se han registrado en las “mañaneras, que suman la cantidad de ¡56 mil 181 afirmaciones falsas o engañosas!”.
La tarea del momento en nuestro caso, es salir a la calle y seguir exigiendo el mantenimiento a las once líneas del Metro para un Metro seguro y la pronta puesta en marcha de la Línea 12. ¡Un Metro seguro para todos!, es la solución completa al problema del Metro de la ciudad de México.
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