¡Qué gran diferencia entre el decir y el hacer! El Gobierno mexicano se pronuncia porque todos los países defiendan su soberanía y su derecho a la libre autodeterminación. ¿Verdaderamente el gobierno mexicano lo ha hecho, con respecto a las presiones norteamericanas? Sabemos que no.
A estas alturas, toda la caterva de propaganda en los medios informativos proimperialistas se ha volcado al servicio del imperialismo yanqui, se han sumado sus aliados, y lo mismo han hecho sus organismos económicos, militares y políticos para presentar, ante el mundo, a Ucrania como víctima, y a Rusia como victimaria.
¿Qué pasó en nuestro país? El Gobierno mexicano, en su primer pronunciamiento, fue muy tibio, pero, ante la presión de la diplomacia norteamericana tuvo que pronunciarse en contra de la supuesta invasión rusa por su acción militar.
Desde mi opinión, amigo lector, mencionaré algunas consideraciones.
Ya decía Karl Marx y Friedrich Engels, en El Manifiesto del Partido Comunista de (1848): "Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otra franca y abierta, en una lucha que conduce, en cada etapa, a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes."
Esta sentencia, viene en contexto porque estas pugnas forzosamente se reflejan en la base económica de la sociedad. La escalada de guerras, a lo largo de la historia, tienen en su haber la base económica, y en esta etapa capitalista imperialista no es la excepción. Y ya que estamos en vilo, si este conflicto actual se convierte en una conflagración mayor, recordemos muy apretadamente que, las guerras mundiales fueron los conflictos bélicos que involucraron a casi la totalidad de las grandes potencias internacionales de ese momento. Fueron las guerras más cruentas, destructivas y dañinas que ha vivido la humanidad. Ha habido dos de ellas, hasta el momento.
La Primera Guerra Mundial (1914-1918), referida por muchos años como la “Gran Guerra”, fue protagonizada por dos bandos opuestos que reunían a la totalidad de las potencias coloniales europeas del momento. Por un lado, se encontraba la Triple Entente: Gran Bretaña, Francia y la Rusia zarista; por otro lado, se agruparon las Potencias Centrales de la Triple Alianza: Alemania, Italia y el Imperio Austrohúngaro. A cada bando se unieron, además, sus respectivos aliados, arrastrando al conflicto a Grecia, Bélgica, Serbia, Montenegro, Estados Unidos, Rumania, Japón y Portugal (del lado de la Entente); y el Imperio Otomano, Bulgaria, Azerbaiyán, Sultanato de Darfur, Estado Derviche y Emirato de Jammal Shammar (del lado de la Alianza). El conflicto culminó con la derrota de las Potencias Centrales y la firma del Tratado de Versalles. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Quizá el conflicto bélico más célebre de la contemporaneidad, no solo por el talante destructivo del mismo, que arrasó con Europa entera, sino por los métodos extremos a los que acudieron sus combatientes, entre ellos el bombardeo masivo e incendiario, o el uso de bombas atómicas. Además, fue célebre la aplicación de la esclavitud por parte de las fuerzas del nazismo alemán, en los tristemente célebres campos de concentración y exterminio. Los bandos opuestos en esta ocasión fueron los Países Aliados: Francia, Inglaterra, Estados Unidos y la URSS; versus las Potencias del Eje: Alemania, Japón e Italia. Las consecuencias de este tipo de conflictos, como se supondrá, son devastadoras.
En dos ocasiones ha quedado Europa en ruinas, especialmente en la Segunda Guerra Mundial, y la pérdida de vidas humanas ha sido impresionante: 16 millones de personas murieron en la Primera Guerra Mundial, y entre 55 y 60 millones en la segunda cuando el pueblo ruso aportó la escalofriante cifra de 27 millones, para salvar al mundo de Hitler y el nacismo destructor.
Por eso decía que no solo es decir como lo ha hecho el Gobierno mexicano, sino hacer.
Y si Rusia, en el plano internacional, ha defendido su nacionalismo y ha defendido la soberanía, la autodeterminación y los intereses de su país, esto ha propiciado que automáticamente se convierta en un blanco del imperialismo de Estados Unidos. Así como los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Siria, Irán, Corea del Norte y China, países que defienden su soberanía y su derecho a la libre autodeterminación, lo que los lleva a hermanarse en el plano internacional para resistir los embates del imperialismo gringo. Rusia está en esa misma situación, pertenece a este grupo de presidentes que se niegan a inclinar la cabeza ante los norteamericanos, a cambio de sobrevivir.
Pero ¿Cuál es la causa última del conflicto actual por el que se pretende poner a Rusia como un engendro del mal? La causa última del conflicto es económica: el interés del imperialismo estadounidense y de los capitales europeos por hacerse del mercado y los recursos de todo el mundo, Rusia incluida.
Es necesario analizar cómo de esa causa última se llega al conflicto armado, y ahí entra un conjunto de factores que van más allá del aspecto puramente económico, como las consideraciones geopolíticas y estratégicas de los estados. Al intervenir en Ucrania, Putin no busca apoderarse de sus mercados o sus recursos naturales para beneficio de los capitales rusos, sino de seguridad territorial.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se formó en 1949 con la firma del Tratado de Washington y bajo el amparo del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. El espíritu de esta carta es el de mantener la paz y la seguridad internacionales, pero en la realidad ha demostrado que la OTAN viola permanentemente la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, sin que ninguno de los gobiernos que hoy se rasgan las vestiduras ante las acciones en defensa de Rusia que Vladimir Putin emprendió en Ucrania hayan alzado la voz ante las múltiples atrocidades cometidas por la OTAN.
En la escalada Estados Unidos-OTAN-Rusia, claramente destinada a hacer estallar una guerra en medio de Europa, entran en juego las armas nucleares, que están prohibidas por el Derecho internacional, ya que Estados Unidos desplegará armamento de este tipo en varios países de toda Europa apuntando directamente hacia Rusia.
Si Ucrania se hubiese incluido a la OTAN, sus misiles tendrían la capacidad de atacar ciudades rusas como Moscú o San Petersburgo en 5 o 7 minutos solamente, según el misil que utilizaran. Putin consideró inaceptable una amenaza a la seguridad nacional rusa. Habría que rememorar cuando en la entonces Guerra Fría, Estados Unidos obligó a la entonces URSS a retirar sus misiles de Cuba bajo una gran tensión en octubre de 1962, generado a raíz del descubrimiento por parte de Estados Unidos de bases de misiles nucleares de alcance medio.
Hay muchas verdades ocultas. Vivimos sumidos en la mentira, en la falsificación, en el engaño. Habría que preguntarse: ¿Quién controla a la OTAN? ¿A quién afecta la guerra en Ucrania por la expansión de la OTAN? ¿A quién afectan las sanciones económicas contra Rusia?
Por eso, desde mi punto de vista, tarde que temprano la verdad se impondrá sobre la mentira, pues el gran ganador de esto es Estados Unidos, mientras Europa pierde en todos los terrenos. Pero Europa no tiene reparos en seguir envileciéndose a favor del poderoso del mundo.
Ahora, la prensa imperialista y sus miles de repetidoras en el mundo darán cuenta de los soldados o civiles muertos en Ucrania, de los sitios bombardeados, de los avances del ejército ruso, pero se cuidarán muy bien de explicar pacientemente de qué se trata el conflicto, cuáles son sus causas últimas y por qué ha ido a parar a estas circunstancias. Nadie se sorprenda.
Por último, sí me siento con la obligación moral de hacer claridad a las masas empobrecidas para que no nos dejen engañar y combatir la mentira sobre la vida social, teniendo conciencia del papel que desempeñamos en la sociedad e identificar a los países que ocultan la esencia de la obtención y apropiación de ganancias fabulosas a favor de unos cuantos, mientras hay otros países que su idea y accionar es a favor de que las grandes masas de trabajadores salgan de su pobreza, que se tengan mejores condiciones de vida y haya paz en el mundo.
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