Cada día se escucha más la desesperación de obreros, campesinos, comerciantes, amas de casa, etc. Por regresar a la normalidad y con ello a los trabajos asalariados que permiten tener un ingreso para sustentar a una familia, así como proveerla de lo elemental para su desarrollo; la salud, porque muchos de los jefes del hogar no tienen un seguro que garantice atención médica; la educación, con el regreso a clases presenciales, ya que la escuela es un lugar seguro donde los niños y jóvenes permanecían alrededor de seis horas al día recibiendo los aprendizajes necesarios para desarrollarse en la sociedad, mientras los padres de familia realizan otras actividades para la economía de la casa, ahora, los jóvenes lejos de estudiar, se están integrando al ámbito laboral.
Lamentablemente, conforme va pasando el tiempo, la gravedad de la covid-19 se va desvalorizando a tal grado que se ve cotidiana esta enfermedad; además, es preocupante que la gran mayoría de las personas no vea aún todos los estragos que está dejando en cuanto a la salud, economía, seguridad, empleo e incluso en la forma de relacionarse, pensar y actuar.
Por otra parte, los distintos niveles de gobierno no aplican medidas que realmente ayuden a disminuir los contagios, no hay dinero destinado para la compra de vacunas, los hospitales están al tope y los decesos rebasan ya los más de 166 mil; sin embargo, escuchamos con frecuencia: "la pandemia está domada”.
El gobierno se encuentra desfasado de la realidad o "tiene otros datos”. Esto se lo debería de explicar a las miles de familias que han perdido a algún familiar por el virus, a los que se endeudaron para poderse curar, porque no tenían un seguro médico que los respaldara, que le explique a todos aquellos alumnos que no pudieron seguir sus estudios por falta de recursos, internet y computadora, a todos los obreros que fueron despedidos de sus centros de trabajo. No se puede tener un gobierno ciego, sordo y mudo cuando se trata de defender los intereses de los mexicanos en el Congreso local y federal.
Lo único que se ve en la actual administración morenista es eliminación de fideicomisos; del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), del Ramo 23, recortes a la ciencia, cultura y deporte, "programas sociales con irregularidades” y pagos duplicados, discrecionalidad y opacidad al manejar los recursos públicos, esto último de acuerdo a la investigación que se realizó en el medio Latinus. Dejando en evidencia que no está combatiendo la corrupción que es la bandera publicitaria de la 4T.
Se necesita un gobierno diferente, atento a la voz del pueblo, de lo que necesita, de lo que hace falta, que enseñe, guíe, ponga el ejemplo, que se gane el respeto, la confianza y por añadidura ganarse el apoyo; hacer entender a través de la persuasión que la política utilizada es la correcta con acciones concretas, de lo contrario estaremos perdidos, en la misma política de siempre. Sin que se legisle en favor de los trabajadores que son los que generan la riqueza del país.
Este año 2021 tenemos la oportunidad de cambiar las cosas, darle un nuevo rumbo al país, de al menos equilibrar la balanza y poder hacer contrapeso a las decisiones del ejecutivo que no han sido las correctas a lo largo de su administración, necesitamos poner a los mejores representantes, a los mejores candidatos con experiencia, hombres y mujeres emanados del pueblo y hacerlos llegar al poder a través del voto consciente, tomar el poder y eliminar la desigualdad económica y política que sigue imperando en nuestro país.
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