La crisis de la pobreza alimentaria en la ciudad de Cancún, municipio de Benito Juárez, al norte de Quintana Roo, alcanza dimensiones preocupantes, según los últimos datos proporcionados por la Secretaría de Bienestar. Una quinta parte de la población, la joya del Caribe mexicano, carece de una alimentación nutritiva y de calidad.
Se estima que alrededor de 228 mil personas de Benito Juárez experimentan escasez de alimentos, la gran mayoría habita en las colonias de la periferia de la ciudad y asentamientos irregulares.
Se estima que alrededor de 228 mil personas de Benito Juárez experimentan escasez de alimentos; algunas sacrifican una o dos comidas al día para dárselas a sus hijos.
En esa situación se encuentran los pobladores de colonias como Avante, Tres Reyes, La Chiapaneca, Nuevo México, La Jungla y Unidad Antorchista, por mencionar algunas. En esta última, reside desde hace diez años la señora Carla Tun Ucan, quien explicó que la falta de un empleo seguro y bien remunerado ha limitado a ella y su familia el acceso a mejores oportunidades de vida.
¿Cómo es vivir al día con un salario mínimo para usted y su familia?
Es imposible vivir con el salario mínimo que ronda los 248 pesos. Es una burla, pues alcanza para muy poco. El Gobierno federal presumió a los cuatro vientos que este incremento sería histórico y beneficiaría a los trabajadores, pero nada de eso. La inflación ha traído sólo aumentos en el precio de los productos de primera necesidad. Es imposible obtener más alimentos con menos dinero, lo que nos afecta especialmente a quienes vivimos al día. Esto ha provocado que sacrifique una o dos comidas al día para dárselas a mis hijos.
Entonces, ¿alguna vez se ha ido usted a la cama con hambre?
Desde luego que sí. A veces no tengo dinero y me las arreglo para darles comida a mis hijos. Es un sacrificio que hacemos las madres para que nuestros hijos no se vayan a la cama con el estómago vacío. Luchamos todos los días por ellos. Esta es nuestra realidad como personas de escasos recursos. No hay otra opción más que enfrentar los obstáculos de la vida.
¿Ha recibido usted apoyo alimentario del Gobierno del estado?
Recientemente, el gobierno del Estado abrió la convocatoria de registro para ampliar el programa alimentario "Mujer es Poder", antes llamado "Mujer es Vida". Sin embargo, hubo muchas dificultades para acceder a la plataforma para realizar el registro. Lamentablemente, miles de jefas de familia nos quedamos sin la posibilidad de ser consideradas y validadas para ser beneficiarias de este programa asistencialista.
Es muy limitada la ayuda de los programas de combate a la pobreza alimentaria, ya que no todos los que la necesitan tienen oportunidades de ser incluidos. En Cancún somos 228 mil personas con carencias alimentarias, pero si consideramos todo el estado, la necesidad probablemente ascienda al doble o más.
Se dice que Cancún es un paraíso terrenal, ¿será cierto?
Cancún tiene hermosas playas y enormes hoteles de lujo, pero no todos tenemos la posibilidad de disfrutar de esos placeres. Sólo la gente adinerada puede hacerlo, y está bien por ellos. Lo que me molesta es que el Gobierno diga que hubo millones de dólares de derrama económica por concepto de turismo, pero a nuestras colonias no ha llegado un solo peso transformado en obras y servicios básicos. Somos una ciudad profundamente desigual, pero se habla muy poco de ese aspecto de Cancún.
¿Cuál sería la solución para erradicar la pobreza alimentaria en Quintana Roo?
Estar desempleado o en una situación laboral precaria implica la desaparición o disminución de los ingresos. Si no hay ayuda del Gobierno, nos resulta imposible sostener a la familia, lo que aumenta la posibilidad de caer en la enorme lista de pobreza y pobreza extrema. Más de la mitad de los quintanarroenses se encuentran en esta situación.
El Gobierno del estado tiene el reto de crear empleos seguros y bien remunerados, ya que esa es la única manera de ayudar a los trabajadores a acceder a mejores oportunidades de vida. Los programas asistencialistas son buenos, pero no erradicarán la pobreza. Al contrario, hacen dependiente a la gente y los condicionan a no exigir lo que por derecho les corresponde: salarios justos y bien remunerados, así como la inclusión de obras de infraestructura y servicios básicos en las colonias populares.
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