En México y en casi en todo el mundo entero se necesita una revolución radical, desde la raíz misma de las relaciones sociales existente en el contexto actual de nuestra sociedad moderna, vivimos en un mundo un tanto acelerado, esto a mi modo de ver las cosas, y quizá estemos equivocados, pero la idea es tratar de aclarar y aclararnos el porqué del comportamiento de nuestra sociedad moderna y sus consecuencias en el corto, mediano y largo plazo, nada fácil de dilucidar.
El modelo económico prevaleciente en casi todo el mundo, la sociedad se divide fundamentalmente en dos clases sociales, los que producen la riqueza con sumo y gran esfuerzo y los que la disfrutan sin mayor esfuerzo y con excesos, siendo los menos. Así las cosas, los dominadores queriendo prevalecer en la dominación del mundo a costa de lo que sea y como sea y para esto utilizan todo su poderío económico y social, todo tipo de herramientas que le permitan abonar a su dominación, es aquí donde podemos puntualizar algunas cosas que a simple vista parecen ser inofensivas, sobre todo para la clase que vive absorta día a día trabajando para poder vivir una vida medianamente llevadera, háblese de alimentarse para no morirse de hambre, de educarse para seguir sirviendo al sistema que lo explota, de mal curarse de alguna enfermedad para enseguida regresar al trabajo, y viene la distracción, el enajenamiento del humano casi en general, con las herramienta que sirven para tal efecto, de que estamos hablando, de la tecnología al servicio de los dominadores como los celulares, las tabletas, la TV entre otros muchos instrumentos y todas su formas de transmitir un sinfín de ideas para vender, enajenar, alienar, embrutecer la mente de cualquier ser pensante, y ahora el mundo conectado por medio de las redes sociales y con toda la instrumentación móvil y fija a su servicio, ahí está Facebook, Instagram, LinkedIn, Snapchat, Pinterest, TikTok, X, YouTube, que pueden servir para un bien social en el mejor de los casos para saber lo que pasa en el mundo entero de manera inmediata.
En enero de 2024 Facebook contó con cerca de 3.050 millones de usuarios activos en un mes. Tenemos el caso de varios países de América Latina que están entre los que más tiempo pasan en redes sociales en el mundo, superando la media mundial de 2:23 horas al día: Brasil es el número 3, Colombia es el número 6, Chile es el número 7, México es el número 8, Argentina es el número 11.
Nos queda claro que las redes sociales sirven para comunicar y compartir, mantener o establecer contacto, informarse, entretenerse, vender/comprar. Muchas redes sociales se han erigido como canales para la compra y venta de bienes o servicios. En plataformas como Instagram o Facebook, el usuario puede seguir a los negocios, comercios o trabajadores independientes que sean de su agrado y establecer con ellos relaciones comerciales. Todo este cuerpo de plataformas de redes sociales es en gran medida la herramienta de la clase dominante, que por ende está a su servicio, de ahí que sirva para tener cautiva, absorta y sometida a la sociedad en su conjunto con sus honrosas excepciones.
En un mundo enajenado a conveniencia, impera la necesidad de una clase distinta nacida en el mismo seno de esta sociedad, para contrarrestar el individualismo producto del depredador mundo capitalista que por nada del mundo le conviene la colectividad, una colectividad que busque humanizar al genero humano, que vive una superficialidad devastadora donde el hombre para el hombre es un lobo, importando solo poder sobrevivir sin importar para nada sus congéneres.
Para tal caso necesitamos de una ideología diferente, dentro un modelo económico distinto, donde prevalezca la sana convivencia humana, engendrada en la misma condición gregaria de la raza humana, prevaleciendo los valores de justicia y equidad, resultado del trabajo humano transformador y generador de toda riqueza, riqueza que distribuya según su necesidad a cada cual. Y ahora las herramientas como las redes sociales, verdaderamente sirvan para difundir la idea revolucionaria y mejorar la condición humana mientras se encuentre en este mundo.
El objetivo principal de la lucha revolucionaria, varía dependiendo del contexto histórico y el movimiento revolucionario en cuestión. Pero en general, su objetivo principal es producir un cambio de raíz profundo y transformador en las estructuras políticas, sociales y económicas existentes. Las luchas revolucionarias buscan la emancipación y la justicia social, luchando contra la opresión, la desigualdad y la explotación, la conquista de derechos y libertades, la redistribución de la riqueza y la búsqueda de una sociedad más equitativa y justa.
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