La juventud y niñez mexicana serán uno de los sectores más afectados a raíz de la pandemia y las malas políticas del gobierno de la 4T. En marzo de 2020, a casi dos años de que se suspendieran las clases presenciales y debido a que no se ha vacunado universalmente a los mexicanos la educación en México se ha encontrado con diversas modalidades y complicaciones, mismas que nuestro gobierno no ha querido ver y que afectarán el futuro de nuestros hijos y de el país entero.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria indicó: “en el año en el que se reanudarán las clases presenciales en México, el gasto público educativo será el más bajo de los últimos 12 años respecto al Producto Interno Bruto (PIB)”. Si tomamos en cuenta que ya antes de la pandemia el presupuesto destinado a la educación era insuficiente, pues cientos de escuelas no contaban con la infraestructura mínima para funcionar, no había becas suficientes para los estudiantes ni se podía desarrollar verdadera ciencia en las aulas, etc., ahora, después de meses de abandono, las instalaciones están deterioradas y se requiere de una inversión mayor, no menor como lo está haciendo el gobierno de la 4T.
Se calcula por expertos que cerca de 846 mil alumnos de educación básica han abandonado la escuela, ya que México es el noveno país a nivel mundial en el cierre de escuelas más prolongado por la pandemia. No debemos olvidar que de por sí nuestro sistema educativo no cubría al 100 por ciento a los niños en edad escolar y con este abandono escolar está lanzando a miles de niños más a las calles, en el mejor de los casos, a trabajar sin un mínimo de educación.
Según una investigación de Mexicanos Primero: “Si alguien no va a la escuela pierde aprendizaje, no se queda donde estaba; es una especie de desnutrición intelectual”. Y lo calculan en un retroceso de tres ciclos escolares, sobre todo en los primeros años de educación, por el cierre de escuelas. Recordemos que ya desde antes de la pandemia nuestra educación dejaba mucho que desear a nivel mundial, pues en las pruebas internacionales de Matemáticas y Comprensión lectora ocupábamos muy malos lugares ¿a qué grado llegaremos ahora con este retroceso?
Desde los tiempos más antiguos las clases dominantes han monopolizado la educación, así, desde la época de los aztecas cierta instrucción estuvo reservada sólo para los hijos de los nobles; otro ejemplo de ello es que en la edad media los hijos de la realeza eran los que podían ser educados por profesores eclesiásticos. Más adelante se vino a masificar la educación cuando surgió la necesidad de que el pueblo supiera lo elemental para mover las grandes fábricas y talleres, pero no ha sido una educación de calidad que genere ciencia; por eso ahora, ante la pandemia, a AMLO no le ha importado que los jóvenes y niños retrasen o retrocedan en su educación, y pretende hacer creer a todos los mexicanos que resuelve el problema de los jóvenes otorgando diferentes tipos de becas, como las Benito Juárez para los estudiantes, a sabiendas de que esa no es la solución real para la educación del estudiante, que cuando mucho sólo ayudará a una arista del problema, pero deja sin modificación la parte principal, que es la necesidad de una educación de calidad, una educación científica y popular a la que pueda acceder cualquier mexicano y que para ello se le debe designar mayor presupuesto. Estamos de acuerdo con que se deben abrir las escuelas, pero esto deberá ser bajo un mínimo de seguridad sanitaria y se debe evitar la deserción escolar dando condiciones reales para el estudio.
Por eso se hace indispensable que todos los jóvenes y niños en edad de estudiar lo tengan claro y se organicen para exigir una mejor educación a nuestro gobierno, que no nos conformemos con las dádivas que ahora recibimos y sepamos que la necesidad de una educación de calidad es indispensable para ellos y para el futuro de nuestro país. A nosotros nos toca apoyarlos.
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