MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La historia es otra

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Oficialmente el CEU nació el 31 de octubre de 1986, sin embargo, sus raíces surgieron los días 11 y 12 de septiembre de hace 36 años, cuando los consejeros universitarios y estudiantes de posgrado como Imanol Ordorika y Antonio Santos, Carlos Imaz, Guadalupe Carrasco en segundo plano Claudia Sheinbaum Pardo, Rosario Robles, Oscar Moreno, Fernando Belaunzarán, Adolfo Llubere, levantaron la voz en medio de la votación mayoritaria oficial, en contra de la reforma promovida por el rector Jorge Carpizo, para engrandecer las fortalezas y superar las debilidades de la UNAM.

El CEU fue el brazo juvenil de la fundación del PRD, fue la fuerza juvenil que impulsó la candidatura del expriista Cuauhtémoc Cárdenas. Fueron ellos quienes llevaron a Cárdenas a Ciudad Universitaria y lo convirtieron en el candidato de la UNAM, con mítines masivos en la explanada de la Rectoría; fueron ellos quienes, a huevazos y empujones, con capuchas y descalificaciones, corrieron de CU a otros candidatos que quisieron hablar ahí no sólo en 1988, sino en 1994, cuando además hubo agresiones contra el panista Diego Fernández de Cevallos y el priista Ernesto Zedillo en el auditorio de la facultad de contaduría y administración.

De aquí podemos observar que Claudia Sheinbaun, sin ser una destacada activista dentro del Movimiento del CEU, brinca al poder durante su etapa estudiantil, quizá lo más destacado fue ser la novia y esposa de uno de los dirigentes más destacados de ese momento, Carlos Imaz, quien posteriormente se verá relacionado en escándalos de corrupción y de traición al movimiento estudiantil de 1986; luego fue vinculado al gran escándalo junto a René Bejarano de recibir dinero del empresario Carlos Ahumada, en ambos casos la flamante jefa de Gobierno aún  esposa de dicho personaje, la pregunta siempre ha sido acaso no sabía de los actos de corrupción de su esposo.

Es importante mencionar que en estos momentos, Carlos Imaz buscaba ser presidente del PRD, bien podemos checar las mentiras con las que, desde sus inicios, Claudia Sheinbaum ha dirigido su carrera política dentro del mismo movimiento del CEU una de las peticiones era el reconocimiento de las preparatorias populares, las cuales apoyaron en un inicio al movimiento, que después de ver el giro del famoso triunvirato retiraron su apoyo al CEU y este a su vez negocio el rechazo a las mismas sobre todo el de las dos Preparatorias Populares más importantes la preparatoria Mártires de Tlatelolco, y la preparatoria Popular Tacuba ambas acusadas por el CEU escuelas porriles traicionando de esta manera la esencia del movimiento estudiantil.

Hoy podemos ver que la historia se quiere repetir por la jefa de Gobierno al nombrar a otro de los dirigentes del CEU, como parte de su equipo de trabajo, Martí Batres como secretario de Gobierno consolida el bloque que disputará la candidatura presidencial y de jefe de Gobierno ante el canciller Marcelo Ebrard y el presidente de Morena, Mario Delgado, la derrota en nueve de las 17 alcaldías, incluyendo Tlalpan que gobernó Sheinbaum, y numerosas diputaciones sacudió a Morena,  la designación de Batres busca fortalecer la base territorial que quedó exhibida en las elecciones del 6 de junio y muestra a quien el bloque de izquierda pretende sea su carta para la candidatura a jefe de Gobierno ante Delgado, impulsado por Ebrard.

Treinta y seis años después hemos visto que los cuadros políticos formados en ese gran movimiento siguieron diferentes caminos: la participación político-electoral, la militancia en la sociedad civil y la aportación como profesionistas destacados en diversas áreas del saber. Asimismo, hubo casos de quienes no terminaron carrera, aunque se titularon por favores políticos o económicos.

También se debe recordar que Sheinbaum sabía del modus operandi del financiamiento de actividades políticas a través de sobres amarillos y ligas. La congruencia es algo difícil de mantener para quienes buscan vivir permanentemente del erario.

En el México de 2022, después de que ganó la Presidencia de la República un partido que dice ser de izquierda y arribó un gobierno que se ha nutrido de lo peor del resto de los partidos (como ejemplo baste citar el caso de Manuel Bartlett Díaz, operador del fraude electoral de 1988 contra el Frente Democrático Nacional y Cuauhtémoc Cárdenas), podemos darnos una idea de que mucho ha cambiado en los principios y la actuación de personajes que emergieron en el movimiento del CEU.

En la actualidad podemos medir el grado de congruencia de funcionarios que reclaman sus orígenes de activismo social en el CEU a partir de sus dichos y acciones concretas, aunque hayan traicionado los postulados del movimiento estudiantil.

Como funcionaria, Sheinbaum se ha agachado frente a su jefe, una postura política y hasta corporal que nunca sería avalada en el CEU. Ejemplos: cuando fue secretaria de Medio Ambiente en el Gobierno del Distrito Federal (2000-2006) priorizó la política privatizadora y contaminante en el transporte y benefició al automovilista en lugar del servicio colectivo. 

Los segundos pisos y el Metrobús representaron jugosas cantidades de dinero que se manejaron y aplicaron (¿desviaron?), información que sigue siendo secreta, lo que impide a los ciudadanos de la capital del país tener las cifras de cuánto y cómo se gastó. La oposición habla de un desvío de 2 mil millones de pesos. ¿Será por eso que es la “corcholata” favorita?

Como delegada en Tlalpan, pesa sobre sus hombros la muerte de 19 niños y siete adultos en el Colegio Enrique Rébsamen por el sismo del 19 de septiembre de 2017, fallecimientos que se pudieron evitar, pero qué fácil es autorizar construcciones sin hacer los estudios de impacto y los peritajes pertinentes, qué sencillo es autorizar construcciones a cambio de sobres amarillos ¿O sólo fue desconocimiento?

Como jefa de Gobierno, su política ha sido constante en contra del Sistema de Transporte Colectivo Metro al recortar recursos para su mantenimiento oportuno, lo que causó, junto con las “brillantes” decisiones de su predecesor que construyó la obra, el colapso de la Línea 12, lo que provocó el fallecimiento de 26 personas y lesiones en un centenar, habitantes de una zona de la capital del país donde campean la pobreza y la marginalidad acentuadas. Ella dice que fue falla estructural, mientras que aquél dice que fue falta de mantenimiento; los dos tienen razón, y ninguno debería ser candidato a cualquier cargo público.

Un tema muy sensible es la militarización del país propuesta por el presidente de la República. El movimiento estudiantil vivió la represión y el atropello a la autonomía universitaria, las matanzas de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 y, después, la del 10 de junio de 1971, perpetradas por un gobierno represor que utilizó indebidamente al Ejército mexicano, lo que marcó una época en la que la sociedad civil tuvo miedo a manifestarse por una posible represión.

Hoy, 36 años después, la jefa de Gobierno aplaude y avala la militarización del país para involucrar a las fuerzas armadas en tareas que no le corresponden de acuerdo con la Constitución. El CEU jamás estaría de acuerdo con tener al Ejército en las calles ante la incapacidad del gobierno federal para combatir la delincuencia y frenar la violencia.

Otro ejemplo muy claro es la criminal e irresponsable actuación del ceuísta Hugo López-Gatell como subsecretario de Salud en el manejo que le dio a la pandemia desde el gobierno federal, línea que fue seguida en la Ciudad de México. El sistema de salud pública del capital destinado a los más pobres se encuentra peor que nunca, y Sheinbaum ha realizado recortes presupuestales, por lo que el desabasto de medicamentos y la falta de personal son problemas de todos los días.

El personal de salud no ha mejorado sus condiciones laborales y salariales; médicos y enfermeras hacen lo que pueden ante la falta de insumos y hasta son considerados héroes, pero son tratados como indeseables, con puestos eventuales y carencia de plazas definitivas. La pre-pre-precandidata de Morena está más interesada en los eventos anticipados e ilegales de campaña.

En el terreno de la educación pública la jefa de Gobierno se ha sumado a la política clientelar-electoral de asignar “becas” diminutas para comprar votos. Lejos quedaron los días del Congreso Universitario, cuando el CEU y ella misma reclamamos el 8 por ciento del producto interno bruto para la educación y, dentro de ese porcentaje, el 2.5 por ciento para la ciencia, la investigación y la tecnología. Las becas del Gobierno de la Ciudad de México dispersan recursos y no abonan en la independencia tecnológica de México. Dicen que gobierna la izquierda y que murió el neoliberalismo, pero sólo vemos políticas de recorte presupuestal y reparto de recursos al estilo del populismo de derecha.

Exigimos que se dejen de usar recursos públicos de la Ciudad de México para fines electorales y de partido. Es menester recordar que luchamos contra la corrupción del partido de Estado, el PRI, por lo que hoy la realidad nos obliga a pronunciarnos contra la corrupción de Morena.

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