El 30 de septiembre se termina el Gobierno que encabezó el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se termina el Gobierno que, según prometieron, sería benéfico para las grandes mayorías trabajadoras, porque “primero los pobres”.
Es tiempo de evaluar, sin temor a equivocarnos, si Morena y AMLO cumplieron con lo prometido o no. Y la evaluación, para ser justiciera y real, debe nacer de los datos que ofrecen organismos internacionales, los propios datos del Gobierno y de especialistas en la materia.
La desigualdad en México sigue creciendo de manera alarmante, beneficiando a una élite privilegiada que acumula riquezas exorbitantes mientras millones de personas se hunden cada vez más en la pobreza extrema.
En enero de 2024, la organización no gubernamental Oxfam presentó un informe titulado “El monopolio de la desigualdad. Cómo la concentración del poder corporativo lleva a un México más desigual”, mismo que ofrece varios datos alarmantes que deben preocupar al Gobierno del país porque nos dicen lo que vemos en la realidad: los mexicanos empobrecidos por los Gobiernos de la “mafia del poder” se hicieron más pobres con el Gobierno de Morena.
En 2018 los pobres votaron por Morena creyendo que les ayudaría a resolver sus problemas… ¡pero se los empeoró! “La desigualdad extrema de la riqueza en México no deja de aumentar”, dice el informe.
¿Qué pasa con los pobres en México? Todo el que camina por las calles del país, de cualquier ciudad o cualquier pueblo, tiene claro que el hambre aumenta: poco empleo, que además está muy mal pagado, muchas horas de trabajo cada día, explotación brutal en las fábricas con los obreros o en los campos con los jornaleros, así como cero inversión en las escuelas para que la gente no estudie, cero inversión en salud para que la gente no se cure, cero inversión en las colonias populares o las comunidades para construir casas, parques, jardines, canchas, recintos de arte, pavimentaciones, etcétera.
La gente se empobrece en el trabajo, el Gobierno no hace obras y se le cobran altos impuestos, una triple forma de someter a la población. Pero no es todo: por el contrario, el Gobierno de Morena ayuda a los ultrarricos a extraer cada día más ganancia y a aumentar sus fortunas.
“La extrema desigualdad es resultado de transferencias masivas de riqueza del Estado a un pequeño grupo de magnates durante las pasadas cuatro décadas”, señala el informe de Oxfam México, institución parte de un movimiento global que trabaja en más de 80 países para poner fin a la injusticia de la pobreza.
“Once de las catorce personas ultrarricas mexicanas se han beneficiado de privatizaciones, concesiones, licencias y permisos otorgados por el Gobierno, lo que ha derivado en un poder político que no sólo les permite conservar sus fortunas, sino hacer más pobre al resto de la población con los controles de precios que pueden ejercer a través de sus monopolios”, afirmó el analista del portal resumenlatinoamericano.org Gerardo Villagrán del Corral, sobre el informe de la Oxfam.
Y es que el informe sostiene: “Los ultrarricos en México lo son, sobre todo, por décadas de Gobiernos que han renunciado a regular su acumulación de poder e influencia”. Es decir, porque los Gobiernos del PRI, el PAN, el extinto PRD o Morena, les facilitaron la explotación de la clase trabajadora de México y la represión contra quienes les representen un peso a los empresarios.
Y así se explica, por ejemplo, quena en e “la fortuna conjunta de Carlos Slim y Germán Larrea creció en 70 % durante los últimos cuatro años (o sea, de 2018 a 2022, periodo de Gobierno de Morel país)”, dice Oxfam. La fortuna de Carlos Slim es superior a los 100 mil millones de dólares y la de Germán Larrea es de 30 mil millones de dólares.
“Esa fortuna equivale a la mitad de la población más pobre de América Latina y el Caribe, unos 334 millones de personas”, según las cuentas de Oxfam.
Y AMLO lo confirmó en varias conferencias mañaneras. En la del 20 de julio afirmó: “Ningún empresario ha fracasado, todos tienen utilidades, aumentaron sus fortunas”. ¡Los más ricos del país dicen que sí es cierto! “En México, los ultrarricos son protagónicos, aunque algunos han optado por la discreción, según sea más cómodo para sus negocios. La lista de los catorce está conformada, en orden de fortuna, por Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas Pliego, Alejandro Baillères, María Asunción Aramburuzabala, Antonio del Valle Ruiz, Rufino Vigil, Carlos Hank Rhon, Juan Domingo Beckmann, Fernando Chico Pardo, Karen Virginia Beckmann, Roberto Hernández Ramírez, David Peñaloza Alanís y Alfredo Harp Helú. Carlos Slim, el rostro de Telmex y otra decena de empresas, es el más adinerado de los ricos: su sola fortuna es mayor a la de los otros trece ultrarricos. Esto lo convierte en el más rico no sólo de México, sino de toda América Latina y el Caribe”, dice el diario El País, en la nota “La fortuna de Carlos Slim, Germán Larrea y otros 12 ultrarricos de México se duplicó desde el inicio de la pandemia”.
Oxfam dice que los catorce ultrarricos de México concentran 8.18 pesos de cada 100 pesos de la riqueza privada nacional, equivalentes a casi 180 mil millones de dólares. Slim acumula 4.5 de esos 100 pesos.
Su riqueza, que creció 58 % en términos reales desde el inicio de la pandemia bajo el Gobierno de su gran amigo AMLO, “es tanta como la que tiene la mitad más pobre de los mexicanos, alrededor de 63.8 millones de personas”.
Mientras tanto, los pobres siguen siendo los olvidados de Morena, la nueva “Mafia del poder”. “Poco más de nueve millones de personas en nuestro país no saben si podrán comer al día siguiente”, denuncia Oxfam.
¿Usted conoce a alguno de esos nueve millones que no saben si comerán o no? Yo creo que sí: los vemos en las calles deambulando, en los semáforos pidiendo dinero, en las comunidades sin trabajo, en el ambulantaje vendiendo cacahuates, en las fábricas con salarios mínimos, en los microbuses contando chistes para ganarse una moneda y usted sabrá en dónde más, porque esta cifra implica que casi uno de cada diez mexicanos es tan pobre que no sabe si comerá algo, lo que sea, cada día.
Para el especialista en medición de la pobreza, Julio Boltvinik, en México ahora hay 96 millones; o sea, hay más que en el sexenio anterior.
“También los pobres mueren antes y pocos llegan a viejos. Es una cruda realidad, porque no tienen acceso a servicios de salud, no tienen buena alimentación”, sostiene el investigador. La pobreza mata. Y mata a niños y a los viejos. “En un hogar con pobreza, un viejo que podría llegar a los 80 años, sólo llega a los 70 en promedio”, se escribe en una nota que recoge algunos de sus análisis.
En Puebla, el Coneval reportó que Puebla ocupa el cuarto lugar nacional de pobreza, según la medición de 2022. En el estado, el 54 % de la población (3 millones 626 mil 900 personas) se encuentra en condiciones de pobreza, mientras que el 11.4 % (765 mil personas) vive en pobreza extrema.
De los 217 municipios de Puebla, diecinueve tienen un índice de pobreza igual o mayor al 90 %. De acuerdo con el Coneval, Chiapas encabeza la lista de entidades con mayor índice de población en pobreza, seguido de Guerrero, Oaxaca y Puebla.
¿Qué debemos hacer? No debemos esperar a un caudillo que, en el Gobierno, nos resuelva los problemas. Lo que nos toca hacer es organizarnos, educarnos y formar un partido político que tome el poder político del país para hacer cambios radicales en el modelo económico, para que todos puedan trabajar, comer, estudiar, curarse y vivir dignamente.
Sólo así desaparecerán la pobreza y la desigualdad. Es la única salida.
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