“Michoacán nuevamente se coloca entre las tres entidades con mayor aumento de precios”, informó el 25 de enero, el periódico La Voz de Michoacán; solamente detrás de Yucatán (10.33 por ciento) y Campeche (10.33 por ciento). “La inflación de Michoacán se ubicó durante la primera quincena de enero en 9.92 por ciento, después de que el año pasado cerró en 9.72 por ciento, esto por supuesto extraído de los datos que emite el índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que realiza el INEGI”.
Si, efectivamente el alza de precios es un problema muy fácil de comprobar en la práctica, por mi labor cotidiana, que consiste en trabajar muy de cerca con cientos de familias humildes de algunos puntos del estado como por ejemplo, el municipio de Jacona, que es uno de los que destaca por la elevada inflación, basta observar a una jefa de familia que después de trabajar ocho extenuantes horas bajo el calor intenso de los túneles, va al mercado y con su mísero salario solo le alcanza para comprar unos cuantos productos de todo lo que su familia requiere.
Porque, efectivamente, el informe quincenal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sostiene que los productos que más elevaron su precio durante las primeras semanas del año fueron el tomate verde, que elevó su costo 13.95 por ciento; el plátano, que se encareció en 8.51 por ciento y los cigarrillos, cuyas cajetillas reportaron un incremento del 3.13 por ciento, que además, estos últimos es de los más consumidos.
También subieron su precio la gasolina de bajo octanaje (0.65 por ciento), derechos por el suministro de agua (1.94 por ciento), la electricidad (0.90 por ciento) y los refrescos envasados (1.02 por ciento). Lo que revela que Michoacán se mantiene prácticamente dos puntos por encima de la media nacional y entre las entidades más caras.
La precariedad azota a las familias michoacanas, el poder adquisitivo es cada vez menor, es decir los que cuentan con un salario o un ingreso cada vez pueden comprar menos, lo que les impide cubrir la canasta básica.
Pero la situación se repite en miles de hogares michoacanos, el año inicia con serios problemas para solventar el gasto corriente, porque a esto se le agregan los pagos que se acumulan en el inicio del año como es el caso de servicios básicos agua, predial, lo que hace que miles de personas tengan que enfrentar con muchos apuros esta cuesta.
Por otro lado, llama la atención que para los especialistas en economía parece ser que toda la responsabilidad se la atribuyen a una mala administración del recurso que reciben los trabajadores en fechas decembrinas y puede ser que sí, pero, ¿qué análisis le aplicamos entonces a quienes no cuentan con un salario fijo un aguinaldo o un ingreso que les permita apartar para el gasto de este tan sufrido mes?
Para los desprotegidos, para la gente humilde que vive al día no hay manera de aplicar tal razonamiento. Mas bien para ellos se tendrían que buscar alternativas de vida y eso es precisamente la responsabilidad que tienen los diferentes niveles de gobierno: la generación de empleos, la promoción de un salario digno, una mejor distribución del gasto social y lo principal una política fiscal progresiva, medidas que mitiguen un poco los daños de la inflación para que se combata este severo problema, de lo contrario la cuesta no sólo será en este mes de enero, sino el año entero.
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