Cuando el promotor de la cuarta transformación y presidente de México Andrés Manuel López Obrador, dijo desde su llegada al poder que “primero los pobres” de inmediato se pensó que se estarían brindando fuertes apoyos y total respaldo a las familias del sector campesino para que lograran mejorar sus niveles de vida, sin embargo sucedió todo lo contrario, con la mano en la cintura el Ejecutivo envió sendas iniciativas a sus corifeos del movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tanto en la cámara de diputados como del senado, a las cuales no se les quitó una sola coma, pasaron a ser aprobadas a pesar de que estaban cargadas con medidas que incrementaron la miseria de mujeres, hombres y niños del campo.
Se cancelaron programas y fideicomisos que resultaban de amplio beneficio para millones de mexicanos, ya que con ellos el Estado mexicano ofrecía ayuda y servicios de calidad a grupos vulnerables, a decir de las instancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras, Apoyo a la Vivienda, Atención a Jornaleros Agrícolas, de Bienestar, Empleo Temporal, Comedores Comunitarios, Apoyo a la Comercialización, Apoyo para la Protección de Personas en Estado de Necesidad, de Salud, entre otros.
Ha sido de esa forma como la 4T y el Gobierno federal que la encabeza, se ha dedicado a desmantelar prácticamente lo bueno que se tenía para erradicar o combatir la pobreza y el hambre de las familias que habitan en las comunidades rurales, condenándolas a una mayor miseria y donde no se observa la famosa frase de la “Esperanza” promovida por los que han emanado de Morena.
De tal forma que el compromiso de la 4T de erradicar la pobreza contrasta con la desatención al campesinado mexicano y su olvido de los más pobres que, ante la imposibilidad de subsistir cultivando su parcela, no tienen más alternativa que abandonarla y emigrar.
Ha sido un gobierno federal que no cumple sus promesas, que lejos de trabajar por erradicar la miseria existente en México, la ha acentuado, la alienta mediante la aplicación de equivocadas políticas sociales que dan al traste con la realidad que están viviendo millones de compatriotas.
Una verdad incuestionable es que el campo de México se está quedando abandonado a su suerte, donde los ancianos mueren esperando alguna medida que les ayude a terminar con su calvario, donde no hay oportunidades de desarrollo para niños y jóvenes y donde las mujeres hacen milagros para poder alimentar a sus pequeños, aunque sea con una tortilla con sal al día.
Se ha presumido por parte de la 4t que México se encuentra preparado para enfrentar los retos de un acuerdo comercial con otras naciones del mundo; sin embargo, en el campo mexicano se ha frenado el desarrollo, no se cuenta con acceso a la educación, ni aplicación de avances tecnológicos, mucho menos hay créditos oficial o privado para los jornaleros.
La mentira sigue siendo una palabra constante del gobierno lopezobradorista, porque mientras afirma que todo es miel sobre hojuelas en el país, hay sectores como el campesino, enfrentándose a la miseria extrema y la hambruna, sin semillas para sus siembras, vaya pues muchos ahora sin tierra para sembrar.
Han bastado solo tres años del Gobierno morenista para transformar el sector campesino nacional en tragedia, donde sus habitantes sucumben empantanados en la pobreza y graves problemas como el de la donde a pesar de los estragos causados no se movió un dedo en ese sentido para pandemia covid-19 tratar de auxiliarlos.
Sigue ausente alguna estrategia integral que eleve la producción agrícola nacional y en su lugar se aplican recortes y cancelación de programas con el signo distintivo de la “Cuarta Transformación”.
Ahí están nuestras mujeres, hombres y niños del campo mexicano clamando una justicia que no se ve por dónde habrá de llegar, después de que se pueden observar grandes trabas burocráticas que impiden a los campesinos acceder a los programas de apoyo con semillas, fertilizantes, créditos y demás.
La emigración y el abandono del campo en el país ha incentivado por igual la presencia de grupos delincuenciales al convertirse en caldo de cultivo para engrosar esas filas al tener más de 30 millones de campesinos hundidos en la pobreza.
Tal parece que la tarea de la 4t no es atender a los campesinos sino desaparecerlos, aunque su cantaleta de “primero los pobres” haya quedado únicamente como simple slogan populista.
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