En la semana que concluye quedó demostrado de qué lado están los que tienen las armas y el poder de su lado, pues en Mexicali, municipio capital de Baja California, la policía municipal desalojó a una familia de escasos recursos económicos, sin previo aviso llegaron los elementos policiales a una vivienda en la colonia Vistas del Valle; con un fuerte operativo y con violencia sacaron a la calle a los integrantes de la familia que vivía ahí desde hace siete años.
De acuerdo con el cotejo de información que ha realizado la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios sección Mexicali, se ha identificado a un gran número de casas abandonadas en la periferia de la mancha urbana. Ricardo Vizcarra, presidente de la asociación, informó que este problema deriva que también existe la invasión de casas, lo cual ocurre de manera desmesurada como consecuencia de que las autoridades en la materia no se manifiestan al respecto.
“Se habla de 30 mil viviendas abandonadas en el estado, de las cuales el 40 por ciento, aproximadamente, corresponde a Mexicali, alrededor de 12 mil viviendas”, precisó.
Aunque el Movimiento Antorchista ha solicitado en el municipio y en todo el estado un programa de vivienda popular para recuperar estas viviendas abandonas, hasta la fecho no existe uno que garantice a las familias de escasos recursos un techo digno, un patrimonio para sus familias, derivado de los escasos salarios que tienen y que no les alcanza para cotizar en los programas que maneja el Gobierno federal y estatal.
Veamos; si una familia gana alrededor de mil pesos a la semana, pero en gastos del día con día, tiene un presupuesto de 800 pesos, no le alcanzará para ir pagando cantidades exorbitantes que exige una inmobiliaria o algún programa de puntos, como lo exige el INDIVI o el INFONAVIT, entonces, las familias de escasos recursos económicos sin un empleo formal están fuera de estos programas de ayuda al pueblo trabajador.
Antorcha nunca ha promovido las invasiones de casas abandonadas, como se le ha acusado; en cambio, sí ha impulsado que estas casas sean regularizadas por las autoridades para que las familias que están dispuestas a entrar a un programa para irlas pagando poco a poco, con cantidades prudentes y que estén dentro de sus posibilidades. Las familias no quieren nada regalado, al igual que todos los mexicanos, están dispuestos a seguir pagando sus servicios como hasta ahora, pero además, están en plena consciencia que ante las posibilidades de ser desalojados, de un día para otro, cuentan con la fuerza y el apoyo del pueblo organizado en Antorcha.
Por un lado, exigimos al gobierno un programa de vivienda popular, y por el otro, hacemos un llamado a todos los que están ocupando una vivienda en esta situación, a que se organicen y luchen por este programa, que juntos avancemos como una sociedad organizada en la búsqueda de una vida más justa y equitativa, en la búsqueda de un sociedad que brinde una mejor calidad de vida, no solo para unos cuantos, sino para los mexicanos en general, que no se nos discrimine por ser pobres, que no se nos niegue la oportunidad de tener una vivienda. A todo aquel que esté dispuesto a organizarse y luchar, las filas de Antorcha están abiertas.
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