Muchas personas se preguntan sobre el retorno a clases presenciales y, a medida que avanza el segundo año de la pandemia por covid-19, es fundamental priorizar los esfuerzos para regresar a la educación presencial en las mejores condiciones posibles de seguridad en todas las escuelas.
El impacto del cierre de las escuelas ha sido devastador a nivel mundial, afectando los aprendizajes, la protección y el bienestar de niños, niñas y adolescentes. Es evidente que los niños y jóvenes más vulnerables son quienes sufren las peores consecuencias.
A nivel local se ha identificado el impacto secundario de esta emergencia en la situación emocional de hombres y mujeres, en cambio, en los hábitos de sueño y alimentación en los más pequeños, angustia y depresión en los mayores, cambios que afectan el desarrollo emocional y cognitivo.
Regresar a clases presenciales es fundamental para el desarrollo de todos los niños, niñas y adolescentes, priorizando a aquellos que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, sin posibilidades de sostener contacto con las escuelas, por falta de recursos, de dispositivos tecnológicos pues el gobierno nunca atendió a los auxilios de los jóvenes estudiantes que pedían que se le apoyara con un dispositivos e internet para que pudieran continuar con sus estudios.
La situación revelada en el estado de Chiapas indica que menos de la mitad de los hogares cuenta con acceso fijo a internet de buena calidad en la señal y uno de cada 3 no cuenta con una computadora disponible para usos educativos. Lo que pone en riesgo la continuidad de sus estudios a los niños, niñas y jóvenes.
Por estos motivos, cerrar las escuelas debe ser una medida de último recurso que solo deberá tenerse en cuenta tras haber considerado todas las opciones posibles. Porque de no ser así, otra pandemia o impacto social a futuro, encontrará de nueva cuenta a las autoridades, sin un plan y medidas que impidan la decadencia escolar de las pobres.
El derecho a la educación de los niños, niñas y jóvenes debe trascender las diferencias políticas y unificar a una sociedad golpeada por la pandemia, que impida a futuro un impacto económico desolador en el ámbito social y emocional. Y en este momento, presente de la 4T, deben tomarse medidas oportunas que ayuden a combatir el retraso al que hemos caído después de casi un año de haber aislado de la educación a los aprendices.
Es necesario regresar a clases presenciales que aseguren en cada institución de cualquier nivel educativo condiciones en infraestructura, útiles, equipos de ciencia y tecnología y becas que ayuden a ser menos dura la situación económica de cada hogar, es justo y pertinente.
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