A lo largo de la historia, con la seguridad de encontrar resultados semejantes entre sí, podemos sondear el empecinamiento de las clases políticas encumbradas en el poder (ya sea respaldadas por los pueblos o llegadas ahí a través de sucesos violentos como guerras de conquista) en destruir y desaparecer cualquier rastro del desarrollo intelectual existente en el régimen anterior al que se desenvuelve en ese momento concreto, con el único objetivo de eliminar cualquier tipo de obstáculo en el ascenso y propagación de la ideología que abanderan esas clases poderosas.
Ejemplos claros podemos encontrar en la historia: la invasión y conquista musulmanas de Alejandría en el siglo VII, importante ciudad del imperio Bizantino; el incendio de la biblioteca de Alejandría (la más grande y nutrida de su tiempo) que representa la decadencia y disolución definitivas del helenismo y el mundo antiguo. Ellos nos demuestran que para consumar el acto de conquista de los árabes musulmanes en la antigua capital helena, era necesario exterminar también todo el conocimiento acumulado durante dos milenios de desarrollo de la cultura greco-romana.
Otro caso similar lo encontramos en las acciones llevadas a cabo por la Alemania nazi. Para Joseph Goebbels, ministro de propaganda del tercer reich, no fue suficiente con realizar hogueras monumentales en Berlín en las que ardieron cientos de libros de las más ilustres mentes de la humanidad, sino que a través de la propaganda y sus esfuerzos de ideologización, logró crear un estigma en torno a esas grandiosas mentes, con el argumento de que los judíos como raza inferior (según el pensamiento nazi) no debían tener acceso al desarrollo intelectual; con ello consiguió la persecución y el hostigamiento de pensadores como Albert Einstein y Sigmund Freud, así como la censura de obras de Kandinsky o Klee, y la persecución de escritores como Bertolt Brecht.
Es evidente que el deseo de borrar de la faz de la tierra todo rastro de un pensamiento opuesto a las ideas del régimen, es lo que motivó tan macabra empresa.
A través de la ideología es que las facciones políticas opuestas al progreso de la humanidad afianzan su permanencia en el poder, pues, una vez convencidas las grandes masas de que la erradicación de un pensamiento científico, e incluso, la aniquilación de los propios pensadores, o de razas completas, es una necesidad para el desarrollo de su sociedad. Por eso, dichos crímenes o atropellos son vistos con naturaleza. Todo a costa de la deshumanización de esas grandes masas de individuos.
En Ixtapaluca (aunque a una escala mucho menor, pero no por ello menos amenazante), se reproduce un hecho parecido. A 11 días del inicio de la nueva administración morenista en el municipio, han sido despedidos de manera injustificada varias decenas de docentes, algunos pertenecientes a dependencias del gobierno, como es el caso de los CDIs (Centros de Desarrollo Infantil), dependientes del DIF municipal.
Otros casos: se persigue a los docentes de la Casa de Música de Ixtapaluca, institución fundada por la primer administración antorchista en el municipio, creada para la educación y profesionalización artística de los hijos emanados del pueblo ixtapaluquense. Se persigue a a docentes que no tienen ninguna afiliación política, que no son militantes del Movimiento Antorchista, sino que están puramente dedicados a la enseñanza de la música. Esto es un indicio de la hostilidad con que pretende manejarse el actual gobierno.
En lugar de continuar con la política orientada al desarrollo y difusión de la cultura en Ixtapaluca, el gobierno de Felipe Arvizu decidió cortar de tajo la inyección de recursos destinados a dicho objetivo: despidió a los docentes sin explicación alguna, les arrebató sus empleos y dejó a una gran matrícula de estudiantes sin la posibilidad de concluir su educación profesional y sin la posibilidad de buscar una alternativa sana y espiritualmente elevada, con lo que los arroja al mundo de las drogas y el alcoholismo.
¿Acaso no es uno de los fundamentos de la ideología morenista permitir que los jóvenes encuentren alternativas adecuadas en su desarrollo para no caer en la tentación de las drogas o la delincuencia?
Lo que hace Morena en Ixtapaluca es un reflejo de las acciones instrumentadas, a nivel nacional, por el gobierno de López Obrador, quien no hace mucho se vio inmerso en el escándalo de la persecución política de cientificos e intelectuales del CONACyT. El recorte de presupuesto a la cultura a nivel nacional o los comentarios de Marx Arriaga, responsable del departamento de la SEP encargado de la edición e impresión de los libros de texto gratuitos, sobre el "fetiche" de las “lecturas para el puro placer”, las condena desde su elevado rango como difusor cultural del gobierno morenista. En fin, un gran número de acciones que perjudican directamente a las grandes mayorías y a nadie más.
En Ixtapaluca tenemos la obligación de defender los logros, alcanzados por las administraciones antorchistas, en cuanto a la difusión cultural y artística y no permitir que desde la cumbre del poder, con tintes de intolerancia fascista, se erradique y se destruya un patrimonio intelectual y cultural que fue forjado con la lucha y el trabajo arduo del pueblo organizado de Ixtapaluca, el pueblo organizado en el Movimiento Antorchista
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