Entre 2018 y 2024, México no ha experimentado un notable incremento en el presupuesto destinado a infraestructura de caminos y puentes, lo que refleja cambios en las prioridades gubernamentales y ajustes económicos.
En 2018, el gobierno de México, según los datos reflejados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), asignó recursos significativos para la construcción y mantenimiento de carreteras, proyectando inversiones para construir 5 mil 500 kilómetros de carreteras con un presupuesto de 14 mil 200 millones de pesos.
La situación de la pavimentación de calles en Ixtapaluca también ilustra el impacto del insuficiente gasto en rehabilitación y nueva obra en calles.
Sin embargo, en 2024, el presupuesto para infraestructura carretera aumentó a 24 mil 800 millones de pesos. Aunque este aumento puede parecer considerable, se debe a una reorientación de las prioridades gubernamentales hacia proyectos “emblemáticos” como el Tren Maya y programas sociales, en los que sí hay aumentos multimillonarios cada año.
A pesar de este incremento, el monto sigue siendo insuficiente en comparación con la necesidad real. La población crece y, a la par, también lo hacen los precios de los materiales de construcción, lo que demuestra que el aumento presupuestario es limitado.
Las implicaciones de estos recursos insuficientes han sido profundas, afectando la conectividad y la seguridad vial en diversas regiones del país.
Ixtapaluca, en el Estado de México, es un claro ejemplo de cómo esto ha impactado la infraestructura local. La carretera federal México-Puebla, una alternativa crucial a la autopista afectada por el tráfico intenso debido a las obras del trolebús Santa Martha-Chalco, se encuentra en un estado de deterioro significativo. Baches, coladeras destapadas y vados reflejan un mantenimiento nulo.
A pesar de la importancia de esta vía, no se han realizado mejoras sustanciales en los últimos tres años, exacerbando los problemas de tránsito en el municipio.
La situación de la pavimentación de calles en Ixtapaluca también ilustra el impacto del insuficiente gasto en rehabilitación y nueva obra en calles. Durante la administración municipal antorchista, se inauguraban nuevas pavimentaciones casi a diario.
En contraste, el ritmo de pavimentación ha disminuido drásticamente, con sólo unas pocas calles nuevas pavimentadas en los últimos años. Esta falta de avance en la infraestructura vial afecta directamente la calidad de vida de los residentes y contribuye a problemas de tránsito y accesibilidad.
A pesar de estos desafíos, la reciente apertura al diálogo por parte del alcalde Felipe Arvizu con representantes de la organización popular Antorcha Popular, la ciudadanía organizada, ofrece una oportunidad. Aunque aún queda por ver qué resultados concretos surgirán de este diálogo, la disposición a la conversación es un paso importante hacia la resolución de los problemas de infraestructura en el municipio.
En conclusión, la asignación insuficiente para infraestructura de caminos y puentes ha tenido un impacto tangible en Ixtapaluca, evidenciado en el deterioro de las carreteras y la disminución en la pavimentación de calles, lo cual afecta el desarrollo de las colonias humildes.
Esto pone en evidencia que los intereses del gobierno en turno no se centran en el mejoramiento de las condiciones de vida de los mexicanos. Sin embargo, también es claro que la manera de combatir esta política gubernamental de olvido y abandono es, y siempre ha sido, la organización popular: la unidad de los olvidados con el objetivo de conquistar mejores condiciones de vida y, por qué no, tener un mejor país para todos.
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