Algo tendrán que hacer las autoridades de los tres órdenes de gobierno, como trabajar en coordinación a fin de controlar o intentar frenar la grave delincuencia que lesiona severamente la estructura social de los habitantes de Quintana Roo que cada día pierden más la confianza en sus gobernantes, pero además sienten temor.

Los grandes grupos del narcotráfico y de la delincuencia organizada cada vez tienen mayor presencia de las entidades del sureste, y valga la confirmación a través de los datos ya dados a conocer por la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi). 

Un día sí y el otro también, es común leer en los medios de comunicación y percibir los hechos relacionados con la seguridad o inseguridad, depende del cristal con que se mire, de cómo ocurren asaltos, robos y ejecuciones, todos con características violentas, y en el caso de los crímenes, en los que muchos han perdido la vida, el común denominador son las armas de alto calibre, inclusive metralletas.

El exjefe de la Comisión Nacional de Seguridad, durante la administración de Enrique Peña Nieto y actual Fiscal General del Gobierno de Campeche, Renato Sales Heredia, reveló que, en 2007, en el país, de cada 10 asesinatos en tres se utilizaron armas, pero ahora en 2022 son ocho de cada 10 los asesinados por armas de fuego. Impactante dato que nos ubica en que cada vez hay más crímenes sangrientos.

Pero ubicándonos en nuestra entidad, Quintana Roo, donde la actividad económica es superior en todos los sentidos a la de Campeche y Yucatán, los mismos datos del Inegi, de su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, expone que los habitantes de Cancún, cada vez son más afectados por la violencia en la entidad.

Según los datos, casi la mitad de los jóvenes de 18 años y más, en concreto el 47.2 por ciento, ya experimentó conflictos o enfrentamientos delictivos en el tercer trimestre de este año. Están padeciendo de alguna manera las consecuencias de esa inseguridad que trastocó incluso las esferas del poder.

Se detalla que en los últimos tres meses se ha dado un aumento del 4.8 por ciento, pues durante el segundo trimestre del año en curso se registró un 42.4 por ciento de personas que vivieron estos conflictos o enfrentamientos.

Y las cifras preocupan y prenden las alarmas, ya que Chetumal, la capital del estado, tuvo un 35.9 por ciento; mientras que otras ciudades de la Península, como Campeche, 35.1; Ciudad del Carmen, 34.4 y Mérida, que contabilizó 25.5 por ciento.

La ciudad del Caribe Mexicano, inclusive supera a otras entidades consideradas violentas como Ecatepec en el Estado de México, la cual contabilizó 41.3 por ciento; Culiacán, Sinaloa, obtuvo 11.2; y Acapulco en Guerrero, 41.2 por ciento. 

De la población de 18 años y más, que reconoció haber tenido conflictos o enfrentamientos de manera directa por causa de incivilidades en su entorno, 71.2 por ciento mencionó que éstos fueron con vecinos; "mientras que 31.1 por ciento manifestó sufrirlos con desconocidos en la calle”, se lee en el informe. 

De acuerdo con el informe, el 77.5 por ciento de los habitantes de Cancún dijo sentirse inseguro en su ciudad; esta misma situación la consideró el 60.5 por ciento de los residentes de Chetumal, lo cual deja ver que las cifras que se registran en el estado están muy por encima de la media nacional, que es del 64.4 por ciento.

 “En cuanto a la percepción de inseguridad en espacios físicos específicos, en septiembre de 2022, el 73.6 por ciento de la población manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos localizados en la vía pública; 67.4, en el transporte público; 58.5, en bancos; y el 57.4 por ciento, en las calles que habitualmente usa”, finaliza el informe.

Ese es el panorama que hoy tiene Quintana Roo, hay preocupación, intranquilidad y los ciudadanos exigen medidas efectivas para frenar los hechos que les quitaron el sueño, tendrá que ser, sin duda, una acción coordinada entre los tres órdenes de gobierno.