Ya rebasamos la mitad del sexenio de López Obrador y, la situación del país, lejos de mejorar, está cada vez peor. No hay un solo rubro de la administración que haya mejorado, todas las promesas de campaña han resultado un engaño, que va quedando más claro conforme transcurre el tiempo; millones de ciudadanos, seguidores del presidente, influenciados por el discurso de justificación del actual gobierno, en cuanto a que todo estaba mal en el país, solicitaron tiempo para que los resultados positivos empezaran a mirarse y a sentirse en la vida cotidiana de los mexicanos. Pero la realidad camina en sentido contrario, como lo demuestran algunos ejemplos.
El crecimiento económico, está demasiado lejos de la promesa de campaña que fue de 4% anual, en los tres primeros años de este gobierno, en resumen, hay un decrecimiento del 3.3%, es decir, estamos peor que antes, con las consecuencias funestas que este trae consigo, como la falta de empleo y esto se debe a la política económica errada de López Obrador, que se agrava con la inflación del 7.3 que estamos padeciendo en los días que corren, lo que significa un aumento de precios, por encima del aumento salarial, es decir, el poder adquisitivo de los trabajadores, disminuye. Y lo peor, es que no hay visos de que la situación mejore en lo que resta del sexenio, según opinión de muchos especialistas.
En materia del combate a la corrupción, no hay resultados positivos, por el contrario, a pesar de que fue una de las principales propuestas electorales del presidente. El diario El Financiero en su edición del 15 de octubre de 2021, publicó: “México se encuentra en la posición número 135 a nivel mundial en corrupción, de acuerdo con el ranking Estado de Derecho 2021. Este ranking mide tres formas de corrupción: sobornos, influencia indebida de intereses públicos o privados y, malversación de fondos públicos u otros recursos; la corrupción en sus tres distintas formas se mide en funcionarios del gobierno en el poder ejecutivo, legislativo, judicial, en el ejército y la policía. En el 2019, el país se encontraba en el lugar 117; en el 2020 en el lugar 121; esto quiere decir, que del año pasado al 2021, México retrocedió 14 lugares, según el ranking del World Justice Project”. Por más pañuelos blancos que exhiba el presidente, como fin de la corrupción, la realidad se impone.
El problema de la salud pública, es bastante delicado y se encuentra peor que antes de la llegada de este gobierno, no solo por la pésima conducción de la pandemia que ya costó más de 300 mil vidas de mexicanos, según cifras oficiales, pero que en realidad, supera las 500 mil, esto porque el gobierno federal, fiel a los dictados de la política neoliberal de que se muera quien tenga que morir. Desde el inicio, para no gastar en los trabajadores, despreciaron las pruebas masivas, que hubieran permitido aislar a los enfermos para evitar contagios y defunciones, retrasaron el confinamiento masivo para proteger los intereses de las empresas, además, han manipulado arbitrariamente el semáforo pandémico.
Por otro lado llevaron al colapso, el de por sí, deficiente sistema de salud, dejaron a más de 15 millones de mexicanos sin la atención del seguro popular, por el fracaso del INSABI, que no ha terminado de constituirse, lo que provocó un desabasto criminal de medicamentos para enfermos crónicos, entre los que destacan, los niños con cáncer, de los cuales más de 300 han perdido la vida. La promesa de un sistema de salud, como el danés o el canadiense, solo fue un canto de sirena más.
La inseguridad que vive México en esta administración, es la peor en toda su historia, en sólo tres años del gobierno de López Obrador, las muertes violentas superan los 100 mil, de estas 97 mil 532 fueron homicidios dolosos y 2 mil 812 feminicidios, a medio tramo de su gobierno supero en 16% las muertes del sexenio anterior. Un fracaso total de la política de “abrazos y no balazos”, que en los hechos significa no hacer absolutamente nada para combatir el crimen organizado.
Este cuadro retrata claramente que, México es un estado fallido, a pesar de ello, el presidente insiste cada mañana en pintar una realidad que sólo en su cabeza existe, está confiado en que puede seguir engañando indefinidamente a los mexicanos con sus patrañas; abusa de la desorganización y la buena fe del pueblo, pero esto no puede durar mucho, porque la cruda realidad hará salir de su marasmo a los trabajadores. Y les indicará que el camino correcto para sacar adelante a nuestra patria de una vez por todas, es la organización y la lucha como lo propone el Movimiento Antorchista Nacional. Que conste. Se impondrá tarde o temprano.
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